Durante el "Santiagueñazo" el pueblo hambreado se reveló e hizo caer a los tres poderes provinciales incendiando los edificios de gobierno y administración publica y las casas de los políticos corruptos. El ministro de Economía Domingo Cavallo y el Presidente Cárlos Menem habían asegurado que la provincia era "inviabvle" y pretendían anexarla a Córdoba
EL Santiagueñazo es uno de los antecedentes del "Argentinazo" de diciembre de 2001, al igual que los piquetes, cortes de ruta y movilizaciones de Tartagal, General Mosconi, Cutral Có, Corrientes y Provincia de Buenos Aires, pero con la particularidad de haber sido él único en el que se logró la renuncia del gobernador y la huida de todos los representantes del poder
Lo recordamos con:
-Cárlos Scrimini, médico santiagueño, fue uno de los organizadores del "Cordobazo" como dirigente estudiantil. Histórico militante del PC de Córdoba y Santiago del Estero. Participo de la pueblada de diciembre de 1993.
-Julio Carreras, periodista, escritor y santiagueño. Ex militante del PRT-ERP, preso político de la dictadura. Participo de la pueblada de diciembre de 1993.
-Agustina de Salvo, socióloga, investigadora de CONICET, responsable editorial de la re-edición del libro "EL Santiagueñazo, Crónica de una pueblada argentina" publicado por "Razón & Revolución" y escrito por el intelectual, artista y militante de izquierda Raul Dargoltz, (fallecido en 2009)
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Otros contactos con Julio Carreras:
El Santiagueñazo.
Crónica de una pueblada argentina.
Raúl Dargoltz
El Santiagueñazo constituye un relato imprescindible para
quien quiera conocer no sólo la historia reciente de Santiago del Estero, sino
también uno de los acontecimientos que permitirá entender, años después, el
Argentinazo. Se trata de un libro rico en datos que provienen tanto de fuentes
periodísticas como de entrevistas realizadas por el autor a militantes
políticos y sindicales y a ciudadanos santiagueños que participaron en los
hechos del 16 diciembre de 1993, cuando “una semana antes de las tradicionales
fiestas de fin de año ‘ardió’ Santiago del Estero”. Quien quiera, por lo tanto,
conocer qué pasó en Santiago del Estero ese día no puede dejar de leer este
libro. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la Argentina actual es la
misma que la de los ’90, aunque sus contradicciones profundas hayan sido
barridas bajo una alfombra de soja…
Sobre el autor
Raúl Dargoltz era abogado, periodista, Master en Ciencias
Sociales, investigador del CONICET desde 1992, profesor de la Universidad Nacional
de Santiago del Estero, director y dramaturgo. Falleció en diciembre del 2009 a los 64 años. Además
de éste, se destaca entre sus libros Hacha y quebracho. Historia ecológica y
social de Santiago del Estero, publicado por primera vez en 1980. En 1984 creó
el grupo de teatro Hacha y quebracho, desde donde dirigió varias obras, entre
ellas: Hacha y quebracho (1984) y El Santiagueñazo (1993), que evidencian la
notable vinculación que el autor establece entre ciencia y arte. La primera
edición, de 1994, del libro que reeditamos le costó un juicio por el delito de
calumnias e injurias, del que quedó finalmente absuelto en marzo del 2002.
OTROS TÍTULOS DE LA BIBLIOTECA MILITANTE DE R&R
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A lo largo de la historia, la lucha de nuestro pueblo contra
la burguesía ha ido adquiriendo diferentes métodos y formas de manifestarse
según la coyuntura imperante, la rabia popular y el nivel de madurez en la
organización. Pero siempre nutriéndose de las antiguas experiencias que fueron
marcando un camino claro hacia nuestra liberación.
Los días 16 y 17 de diciembre de 1993, en Santiago del
Estero se desato una enorme manifestación social, obrera y popular, marcando en
Argentina un nuevo auge en la combatividad, y mostrando cada vez mayor nivel de
organización para enfrentar la represión policial.
Este hecho denominado “el Santiagueñazo”, marcó un
antecedente fundamental para las futuras rebeliones populares que empezaron a
desatarse a lo largo del país, tomando el carácter de puebladas. Se produjeron
principalmente en ofensiva contra los planes del gobierno nacional, mandatados por el imperialismo.
Desde mediados de los 70 hasta la actualidad, todas las
políticas económicas que se aplicaron en el país, como en gran parte de América
Latina, fueron políticas de ajuste que respondieron claramente a lo que se
llamó el “modelo neo-liberal”, que no es otra cosa que la profundización del
capitalismo, a través de políticas funcionales a los grandes monopolios
económicos y organismos multilaterales de crédito con una fuerte política
privatista de los bienes comunes y empresas del estado.
Durante 1993, como resultado de la profundización de las
políticas del equipo Menem -Cavallo, donde el desempleo total o parcial
afectaba a más de 4 millones de argentinos, el gobierno respondió profundizando
el ajuste, las privatizaciones, el pago de la deuda externa ilegitima y
fraudulenta, con “flexibilización” laboral, el despido de miles de trabajadores
y la eliminación de las conquistas históricas de la clase obrera.
A pesar de estos duros golpes, el pueblo, consecuente con la
historia de lucha que ha heredado, sigue respondiendo a esta crisis, ganando
las calles y manifestándose contra los
gobiernos burgueses y sus planes de hambre.
La última intervención federal a la provincia de Santiago del Estero fue decidida por el ex presidente Carlos Menem un día después de que los santiagueños incendiaran los edificios de los tres poderes provinciales y las casas de los principales dirigentes justicialistas, como respuesta desesperada a una crisis económica extrema. El "Santiagueñazo" se desató el 16 de diciembre de 1993 y sin demora, al día siguiente, el presidente Menem firmaba el decreto que ponía en funciones como interventor federal al por entonces cavallista Juan Schearetti, hoy vicegobernador de Córdoba. El interventor responsabilizó del estallido social a las "administraciones anteriores sumidas en una crisis moral y ética" y prometió investigar la corrupción. Sus principales anuncios fueron el pago de 500 y 300 pesos a empleados estatales y jubilados, respectivamente, a cuenta de las abultadas deudas salariales que tenía la provincia y que en parte produjeron el estallido social. El 19 de diciembre, asumieron los nuevos miembros del Superior Tribunal de Justicia y comenzó el pago de los adelantos con largas colas vigiladas por tropas de gendarmería. La intervención federal estuvo integrada por funcionarios del equipo del por entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, quienes con dinero fresco del estado Nacional comenzaron a normalizar las cuentas de la provincia. La gestión de Schearetti se prolongó 18 meses y a su término, el caudillo peronista Carlos Juárez ganó las elecciones por amplia mayoría pese al antecedente de haber sido un gobierno justicialista el que provocó una crisis social, económica y política sin igual en la historia de la provincia.
INFO DESDE FOGONEROS.ORG
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"RAUL DARGOLTZ"
En Santiago del Estero, cuenta una leyenda muy difundida que
San Francisco Solano tuvo un percance en su carreta al transitar una
región(algunos hablan que se encontraba en la desaparecida Esteco, cerca de la
actual Rosario de la
Frontera- Salta , otros en Río Hondo) y le solicitó ayuda a
los pobladores y al ser negada la misma, sacudió sus sandalias, manifestando
que no quería llevarse “ni el polvo de estas tierras”.
De esta creencias popular, por supuesto sin documentar,
surgió la interpretación popular que la razón de los males provincianos que
transformó a una provincia rica, obedece a la “maldición de San Francisco
Solano”. Un fatalismo sin solución, relacionado también con la creencia de la
tradicional vagancia del santiagueño, siempre cansado, con poco apego al
trabajo y amante de dormir la siesta.
Es por eso que cuando se produjo el “despertar” del 16 de
diciembre de 1993 y se ensayaron y aún se continúan haciendo toda clase de
explicaciones sobre este hecho que sacudió el país y conmociono al mundo entero.
Desde las oficiales provenientes del gobierno, las periodísticas, las surgidas
de los círculos intelectuales, políticos, literarios, religiosos, hasta las
simbólicas.
La mayoría de estas interpretaciones ponen su acento en
circunscribir el hecho a un fenómeno local, surgido sobretodo por la
“hipercorrupción” de la clase dirigencial, por la disparidad de los sueldos y
por la falta de ajuste y “modernización” del Estado provincial. La falta de
pago de los salarios durante tres meses actúo como un verdadero detonante.
El sociólogo Carlos Zurita, en un muy interesante ensayo,
también cae, a mi juicio , en el mismo error, al entender que: “…..No se trata , claro está, de obviar y
excluir las variables del contexto, de soslayar totalmente la incidencia de la
situación nacional y aún internacional, pero sí de poner en foco al objetivo
preciso, al punto de la cuestión. En esta perspectiva, trataremos de sugerir
que lo acontecido el 16 de diciembre es, sobretodo, el resultado de un proceso
complejo, pero nítido, que hunde sus raíces en aspectos centrales de la
fisonomía espiritual de la provincia…”(1)
No coincido con aquellos que analizan a Santiago del Estero
de esta forma, aislada del contexto regional y nacional y sin contemplar el
marco de la economía global del planeta.
Es totalmente cierto que si “Pintamos nuestra aldea
estaremos pintando a la humanidad” como diría
León Tolstoi. Pero este pensamiento del genial escritor ruso encierra
una verdad a medias, ya que las semejanzas de Santiago del Estero con el resto
de las provincias pobres de las Repúblicas de América Latina es evidente. En
todas ellas el colonialismo depredador destruyó sus recursos naturales y
humanos.
El bosque
santiagueño, el petróleo venezolano, el cobre chileno, la banana, el café, el
azúcar centroamericano, el estaño de Bolivia etc. La historia es idéntica,
sólo es necesario cambiar algunos nombres.
Pero no podemos “pintar” a la otra “humanidad” que nos ha
totalmente excluído. La constituída por
el 18% de la población mundial, la de los países ricos, desarrollados,
industriales, que acaparan el 82% de la riqueza total del planeta. Y cuya disparidad de ingresos con los países
pobres es cada vez mayor, doblándose en los últimos treinta años.
Y es esta humanidad , la que diseña las actuales políticas
económicas del Nuevo Orden Internacional y que nos dice que hay que ABRIR LOS
MERCADOS que el modelo económico triunfante es el de la ECONOMIA ABIERTA.
En el Informe 1992 del PNUD(Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo) se analiza la forma en que los mercados internacionales
satisfacen o dejan de satisfacer las necesidades de las personas más pobres del
mundo. Y en su conclusión este esclarecedor informe, tan poco difundido,
destaca que : “El acceso restringido o
desigual a los mercados mundiales le cuesta a los países en desarrollo s$d 500.
000. 000.- anuales, cifra que equivale
a lo que reciben a manera de asistencia internacional” (2)
Cómo es posible entonces , que en la era de la gran
revolución tecnológica, de las comunicaciones, de la supercarretera
informática que vincula instantáneamente a los mercados y capitales del mundo,
de los grandes avances en la biotecnología, medicina, etc, se acentúe la
miseria del 80% del planeta donde viven miles de millones de marginados, que
fueron arrojados de ese mundo informático?
Porqué los mercados mundiales no han beneficiado a los más
pobres y por el contrario han creado más prosperidad para pocos y más
desesperación para muchos?.
El informe mencionado de las Naciones Unidas identifica dos
razones fundamentales que no podemos ignorar:
l)En primer lugar, allí donde el comercio mundial es
completamente libre y abierto(mercados financieros)funciona en beneficio de
los más fuertes. Los países en
desarrollo ingresan al mercado en calidad de socios desiguales y salen con
recompensas desiguales.
2)En aquellas áreas donde es posible que los países en
desarrollo tengan una ventaja competitiva las reglas del mercado se cambian
con frecuencia para evitar la competencia libre y abierta.
Dice el PNUD con meridiana claridad:”Si los mercados
internacionales fueran verdaderamente abiertos, permitirían el libre flujo de
capital, trabajo y bienes por el mundo y ayudarían a igualar oportunidades
económicas para todos. Pero éstos no son
ni libres ni eficientes. Ahora cuando
los mercados nacionales tienden a abrirse, los mercados internacionales siguen
estando muy restringidos. Salvo algunas
excepciones notables, a los países en desarrollo les está resultando difícil
explotar a cabalidad el potencial de dichos mercados. Esto refleja la debilidad de sus políticas y
las restricciones impuestas sobre los mercados internacionales”.(3)
Esta realista publicación del organismo de las Naciones
Unidas rebela que la actual política económica nacional, que no puede ocultar
el aumento del índice de desocupación y pobreza, ignora las lecciones y
enseñanzas que nos brindaron a través de la historia y nos siguen ofreciendo
las superpotencias mundiales.
En efecto ,Estados Unidos, Japón y Europa, se enfrentan en una feroz guerra comercial.
Las armas que emplean son las del proteccionismo y los subsidios, impelidos
por la crisis global que afecta a todo el sistema capitalista mundial.
Esta crisis de sobreproducción generada por la nueva
revolución tecnológica que trajo aparejado el aumento alarmante del índice de
desempleo en el primer mundo y ha volcado, sobretodo en los mercados
periféricos excedentes comerciales y financieros cuya colocación es motivo principal de las
profundas rivalidades entre los países desarrollados y entre sus
corporaciones(4)
Washington ha amenazado con imponer sanciones a ciertas
exportaciones del Japón si para el 30 de septiembre de 1994, Tokio no accede a
liberalizar sus sistemas de compras gubernamentales de telecomunicaciones y
equipo médico.
Estados Unidos para solventar el déficit de 60.000 millones
de dólares anuales existentes en su intercambio con el Japón no vacilará de
acusar de “competencia desleal” a algunas empresas japonesas, sobretodo en el
rubro automotor, principal factor de ese déficit que padecen los
norteamericanos(5)
Precisamente en esa disputa y en la búsqueda de nuevos
mercados, los monopolios europeos, japoneses y norteamericanos, están obligados
a bajar los costos a cualquier precio y “caiga quien caiga”, para mantener el
estado de bienestar de sus privilegiadas poblaciones, que han comenzado a
sufrir este “ajuste del primer mundo”. Pero para evitar la recesión de sus
economías y el desempleo masivo, que ya suma los 17 millones de “parados”, sólo
en la Comunidad
Europea , sin contar los desempleados de los Estados Unidos,
las superpotencias mundiales han dirigido sus inversiones al Tercer Mundo que
tiene bajos salarios y sin cargas sociales que soportar.
Ese es el sentido de la creación del Nafta y de la corriente
de inversiones que se orientó a América Latina, el sudeste Asiático, y Europa Oriental. Y ese es también el
sentido de la denominada “flexibilización
laboral”.
Por supuesto ante esta visión el capitalismo monopolista no
puede sonreir satisfecho por su triunfo y por la llegada del “fin de la
historia”, como lo hicieron algunos apologistas neoliberales siguiendo la tesis
triunfalista de Francis Fukuyama en los comienzos del 90 y luego de la caída
del muro de Berlín.
Y como consecuencia de esta política de guerra comercial
entre las superpotencias mundiales se ha agravado hasta límites insospechados
la depredación de nuestros recursos naturales y humanos, por parte de los
países centrales, del Tercer Mundo.
Ya no son necesarios los barcos cargados de esclavos negros
atravesando el Atlántico para las plantaciones del Sud de los Estados Unidos y
de América Latina, nuevas formas refinadas de dominación y de degradación
humana, de imperialismo, concepto más vigente que nunca, han sido impuestas por
la “libertad del mercado” que supimos
conseguir.
Lamentablemente, o si podemos llamar así “por suerte, las
estadísticas y los números están a la vista para evitar equivocaciones . El vaciamiento de América Latina en la
llamada “década perdida”(1980-1990) para el BID fue un promedio de 80.000
millones de dólares anuales. La deuda externa de la región de 487.000 millones
de dólares es hoy más del doble de 1982, a pesar de las “reducciones” del capital
del Plan Brady, la enajenación masiva de las empresas públicas de América
Latina y los cuantiosos intereses usurarios que fueron pagados puntualmente a
la banca internacional. La crisis de la deuda externa no está superada. Sólo
está dormida y a punto de despertar.(6)
Estos agudos desequilibrios de la economía latinoamericana
no solamente obedecen al pago de una injusta deuda externa, que hoy llega al
doble de 1982, a
pesar del plan Brady y de las reducciones y privatizaciones de las Empresas
Públicas.-
El deterioro notable de los términos del intercambio
comercial ha sido también la consecuencia de esta política neoliberal de
apertura de los mercados. Como consecuencia de este deterioro el poder de
negociación de los países en desarrollo , como los llama las Naciones Unidas,
es sumamente débil. La mayoría de los países en desarrollo dependen de la
exportación de sus productos primarios(90% para los africanos y un 65% para
América Latina)y con mercados internos
muy limitados y pocos bienes y servicios para vender.
Los precios de estos productos primarios disminuyeron
drásticamente en los años ochenta.
Esto se debió fundamentalmente a la reducción, de la demanda mundial, al
cierre de los mercados de los países desarrollados, pero también a que la
mayoría de los países pobres se vieron impelidos a pagar su deuda
externa. Para poder pagar los intereses
de la misma tuvieron que aumentar su producción y las exportaciones a fin de
obtener suficientes divisas, y luego se encontraron compitiendo entre sí, en
mercados cada vez más estrechos y reducidos.
(7)
Y es en el marco de esta economía global del planeta que se
inserta la actual política económica nacional. La política neoliberal aplicada
por los Menem, Salinas de Gortari y Fujimori responde totalmente a las
necesidades de los países ricos y es contraria a los intereses de sus propias
países.
Los países desarrollados defienden con uñas y dientes a sus
mercados y multiplican los subsidios a sus productores y las medidas de
protección arancelaria. Por el contrario, las políticas de ajuste en toda
América Latina impuestas por el FMI, exhiben la otra cara de la “economía de
mercado”.
La desindustrialización, el déficit habitacional, el
desempleo, la mortalidad infantil, la miseria. El Dr, Jekill y Mister Hyde,
aunque estos líderes del Tercer Mundo, se esfuercen en demostrar lo “bien que
nos va” y que ya hemos ingresado a este Primer Mundo que nos desprecia.
Y gracias a este plan de ajuste las provincia argentinas
anteriores a la Nación
se hicieron “inviables”, concepto esgrimido por los economistas
“mediterráneos-portuarios” y el Banco Mundial.
Las provincias
relegadas históricamente por la política porteña y aisladas entre sí por
el trazado ferroviario inglés y francés, son condenadas nuevamente al olvido y
al fracaso.
El histórico debate del proteccionismo- librecambio
realizado en 1809 , con motivo del pedido de apertura del puerto de Buenos
Aires por parte de los comerciantes ingleses y las luchas de las montoneras
federales en defensa de las artesanías del interior, destruídas por la
avalancha de mercaderías importadas, tienen hoy una gran actualidad.
La apertura económica y el tipo de cambio anclado en un
nível artificialmente alto desindustrializaron al país, favorecieron el
ingreso irrestricto de productos importados y estrangularon a las economías regionales , condenando a sus
pobladores a la única opción del empleo público o al éxodo y a la
desocupación.-
Nos encontramos frente a una gran “fractura regional” o
“desarticulación regional”.
Y el interior empobrecido se defiende como puede. En
Santiago del Estero, en Jujuy, en Salta, en La Rioja con los levantamientos populares de sus
empleados públicos, hasta Ushuaia y Río Grande en la Patagonia destruída y
paralizada. Los recientes apagones de los pequeños comerciantes de Entre Ríos y
el Chaco resistiendo a la voracidad fiscal y los paros de los productores
rurales e industriales que no aguantan el tipo de cambio anclado en un dólar
artificialmente alto que terminó por arrasar al agro y a la industria nacional.
“Díganle al Presidente que tenemos hambre”, decía una
“activista-empleada pública”, el 16 de diciembre de 1993, el día que las llamas
“purificaban” por el fuego los símbolos del poder político, ante el estupor del
mundo y del propio Menem que era condecorado en ese momento en el Vaticano.
“Hay que perseverar” fue el consejo del presidente del FMI,
Michel Camdessus en su reciente visita al país, y la dupla Menem- Caballo se
apresura en seguir sus consejos y en ratificar a las provincias que seguirá el
ajuste, y si es necesario, con “manu militari”.
En el IX Congreso Eucarístico Nacional realizado hace unos
días en Santiago del Estero y que congregó a una multitud de fieles de los
distintos rincones del país se alzaron numerosas voces de la Iglesia argentina contra
este plan económico.
El vice-presidente de la Comisión Episcopal ,
Monseñor Emilio Bianchi Dicárcamo, enfatizó que “ el gobierno nacional no
quiere reconocer la existencia del incremento de la pobreza y su política de
subordinación a los Estados Unidos”(8), mientras que un grupo de sacerdotes
pertenecientes a la
Pastoral Social , con brazaletes negros, le dieron la espalda
a Menem en repudio de su “plan asesino”.(9)
Estoy seguro que estas manifestaciones serán recordadas por
los asistentes al Congreso , que tampoco olvidarán a la colonial Casa de
Gobierno quemada el 16 de diciembre, uno de los lugares más visitados y
totalmente pintadas sus paredes con leyendas escritas por los santiagueños que
despertaron de una larga siesta provinciana.
Pretendo en este libro desentrañar cuales fueron las raíces
históricas y socio- económicas que desembocaron el “Santiagueñazo”· y describir también como fue
“el día mas largo de la historia provincial”.
Es verdad que fui testigo, directo o indirecto, de la mayor
parte de los hechos contemporáneos que describo y que “soy un caso perdido” ya
que por más esfuerzos que haga nunca podré ser neutral”, como diría el escritor
uruguayo Mario Benedetti, pero no quiero permanecer esperando en silencio, no
se cuanto tiempo, que decanten las pasiones, como algunos intelectuales
subjetivos recomiendan.
Sentí como una obligación, como un deber, el de escribir y
contar esta historia. Que por supuesto, por ahora, no será la oficial, ni la
más difundida. Pero “quien quiera oir que oiga” como dice el gran juglar
rosarino Lito Nebbia.
Por último mi agradecimiento a Silvia del Valle Lencinas,
alumna de sociología, que me ayudó en la búsqueda del material periodístico de los últimos años. A mi
familia, y a todos mis amigos, en forma especial al “profe” José Herrera, que
ya no está, a Tuti, Nelly, Maria Teresa, Guillermo, Tito Machi, Rafael y Juan,
que me siguen “aguantando”. A los nostalgiosos del pasado” que nos se entregan,
y al pueblo de mi provincia único y principal protagonista, que me permitió
escribir este testimonio de amor y de esperanza.
RAUL E. DARGOLZ
Santiago del Estero, 9 de septiembre de 1994
*Link para leer el libro completo (H-Debate)
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RESPONSABLES:
Santiago: Juárez, Zamora y el Santiagueñazo
Tres días de duelo provincial con honores. Una formación de
los Patricios y la Banda
de Música de la Policía
de la provincia acompañaron la llegada de los restos de Juárez al cementerio
privado Parque de la Paz. Así ,
el gobierno de Zamora rindió homenaje a Carlos Juárez, quien el 2 de julio
falleció a los 94 años. Distintas opiniones lo presentaron como el gobernador
más joven de la historia nacional, el único que ocupó el cargo cinco veces, el
que dominó políticamente la provincia por 50 años, el que le ganó una elección
al propio Perón en la provincia o el mejor peronista luego de Perón y Evita.
Lo que debe destacarse es el homenaje de parte del gobierno
de Zamora (integrante de la
Concertación K ), quien fue presentado como el hombre que
venía a poner fin del juarismo y dar inicio de un nuevo ciclo político basado
en el respeto de las libertades y los derechos humanos cuando asumió la
gobernación de Santiago en 2005.
La provincia fue intervenida en abril de 2004, cuando el
gobierno de Kirchner decidió actuar para disipar el proceso de movilización
popular que tenía por base el reclamo de justicia frente al denominado “doble
crimen de La Dársena ”,
que les costó la vida a Patricia Villalba y Leyla Bshier Nazar.
A partir de la intervención –apoyada por un arco unánime que
incluyó a Solanas–, el matrimonio Juárez afrontó un prolongado proceso judicial
por denuncias de secuestros, torturas y defraudaciones al Estado. Ambos fueron
detenidos, incluso el ex jefe del servicio de Inteligencia provincial, Antonio
Musa Azar, los implicó en varios delitos. Algunos le endilgaban responsabilidad
en la muerte del obispo Gerardo Sueldo, crítico de su gestión.
Juárez también fue imputado como el jefe intelectual de la
muerte de 30 personas en el período de 1973-77.
El propio Juárez –en una carta poco conocida que le escribió
al represor general Jorge Olivera Rovere, en la que reclamaba la libertad de su
esposa, detenida en 1977– se jactaba al destacar que “Mi provincia ha sido la
única en la que no pudo actuar la subversión… ¿A qué se debió tan extraña
circunstancia, máxime teniendo en consideración que estaba circundada en sus
límites por un activo y agitado cerco subversivo? Simplemente a que allá sí se
combatió con capacidad y en forma efectiva las causas generadoras de la
subversión…” (Agencia Digital Independiente de Noticias).
Zamora está unido insondablemente a Juárez por otro hecho:
el Santiagueñazo del 16 de diciembre de 1993.
En aquellos acontecimientos, las masas sublevadas le
quemaron la casa a Juárez y expulsaron del gobierno al gobernador Lobo (que
huyó escondido en una autobomba de los bomberos), pero también expulsaron a la
nueva Legislatura que había jurado el 10 de diciembre, la que tenía como
novedad una renovada bancada de 15 diputados radicales dirigidos por Zavalía,
entre los que estaba el propio Zamora.
Bajo el régimen zamorista, Juárez y su esposa fueron
finalmente eximidos de culpa y cargo por todos sus crímenes, y el viejo aparato
represivo es hoy uno de los instrumentos clave del nuevo régimen para enfrentar
las movilizaciones populares.
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MALESTAR EN SANTIAGO DEL ESTERO POR LOS HOMENAJES A JUAREZ
Un caudillo maquillado por la muerte
Por Alejandra Dandan
El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora,
despidió a Carlos Juárez con los honores de un ilustre. Aunque encontró el modo
de evitar ceder la
Legislatura para la ceremonia fúnebre, decretó tres días de
duelo, dispuso la guardia de honor de la policía y ordenó que las banderas de
las escuelas y organismos públicos se mantuvieran izadas a media asta en señal
de duelo. Pero no sólo eso. En los fundamentos del decreto, recordó al caudillo
y ex gobernador como un “distinguido ciudadano” y “notable político” con
“vocación de servicio” y consideró “lamentable” su desaparición. Juárez, arquitecto
de un modelo que le permitió dirigir la provincia durante cincuenta años, fue
el primer mandatario investigado por crímenes de lesa humanidad cometidos antes
del golpe de 1976. Estuvo preso y procesado por una desaparición, y a la hora
de su muerte estaba imputado por la desaparición de otras doce personas, por
torturas y 45 privaciones ilegales de la libertad. Ese es el Juárez que los
rituales de la muerte parecieron invisibilizar. Para los organismos de derechos
humanos locales, las banderas a media asta son un mensaje “desmoralizador” en
la construcción de la tan trabajosa memoria santiagueña.
“Carlos Juárez fue un personaje nefasto”, dice Luis Garay,
ex detenido político y encargado del Instituto de la Memoria. “Ocupó con
acuerdos de muchos sectores el poder durante 50 años en los que produjo retraso
político, económico y social, y su estilo no tuvo nada que ver con la
democracia, sino con un fascismo concreto. Gobernó con una política unipersonal
y una policía fuerte que controlaba todo, se llevó trece dirigentes políticos y
después participó de la represión.”
Juárez no se fue solo del poder ni como resultado de una
elección. Hubo un doble crimen, marchas del silencio, un archivo de espionaje
secreto de 40 mil expedientes y la intervención federal de 2004. Nada de eso se
refleja en las cuatro páginas de avisos fúnebres publicadas en el diario El
Liberal después de su muerte, las colas para despedir el cuerpo y el decreto de
Zamora.
El gobernador de Santiago del Estero firmó el decreto 1016
el sábado pasado. Juárez había muerto el viernes por un cuadro de neumopatía.
Tenía 94 años. Zamora fundamentó el decreto en cuatro párrafos. “Que la vasta
trayectoria institucional de este distinguido ciudadano y notable político
–dice el decreto– está signada por su capacidad de trabajo y vocación de
servicio demostrado en todas las facetas de su vida pública y privada,
ganándose de este modo el reconocimiento y afecto popular.” Que, continúa, “en
consecuencia es deber ineludible del gobierno rendir el justo y postrer
homenaje manifestando su más profundo pesar con motivo de su lamentable
desaparición y expresando sus condolencias a sus familiares más próximos”.
Para los organismos de derechos humanos, Juárez se murió en
silencio e impune. “Lo que es lamentable es que haya fallecido a pocos días de
que se iniciara el primer juicio por su responsabilidad en los crímenes de lesa
humanidad, en los cuales la
Secretaría de Derechos Humanos lo tenía querellado”, dijo
Luis Alen, subsecretario de Derechos Humanos de Nación.
Nada de eso dice el decreto.
Zamora llegó al gobierno con un frente cívico, integrado en
gran parte por ex juaristas. Fue segundo de un intendente radical que abandonó
la municipalidad en la crisis de 2001. Asumió. Mantuvo un conflicto con los empleados
durante ocho meses hasta que, dicen, un acuerdo con Juárez le garantizó el
acceso a los fondos y la supervivencia política. El dato es mencionado por sus
ocasionales aliados para encuadrar no sólo el decreto, sino un gesto que
simbolizaría su debilidad política.
“Estamos revisando aquello de muerto el perro se acabó la
rabia”, dice Cristina Torres, ex detenida política. “Esta nueva situación, en
la que apareció un supuesto apoyo de la clase media a Juárez, es muy llamativa,
es un nuevo fenómeno que demuestra que esa cultura política persistió y que
hace falta mucha decisión para profundizar los mecanismos de la democracia,
porque habremos cambiando de personas pero no de formas de construcción.”
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Carlos Juárez, preso por delitos de lesa humanidad
El ex gobernador de Santiago del Estero fue imputado por el
secuestro, tortura y homicidio de un concejal peronista en 1975. Está preso en
su casa. En la misma causa fueron acusados militares retirados y el ex
comisario Antonio Musa Azar.
Por primera vez en la historia un gobernador constitucional
fue procesado por la Justicia
argentina de cometer delitos de lesa humanidad. El juez federal Guillermo
Molinari ordenó la detención del caudillo santiagueño Carlos Juárez y embargó
sus bienes por la suma de cuatro millones doscientos mil pesos. La resolución
fue tomada en el marco de la causa que investiga los casos de 14 desaparecidos
durante su tercer mandato. Juárez fue considerado como “presunto autor mediato
del delito de privación ilegítima de la libertad, tortura y homicidio
calificado de Emilio Alberto Abdala”. Además del ex gobernador, corrieron la
misma suerte otros imputados, entre los que se encuentran militares retirados y
ex jefes policiales como el ex comisario Antonio Musa Azar, actualmente
sometido a juicio oral por el denominado doble crimen de La Dársena.
Ante la medida judicial, los abogados defensores de Juárez,
encabezados por el ex candidato a gobernador por el PJ Francisco Cavallo-tti,
anunciaron que apelarán la medida y presentarán una denuncia contra el juez
federal Molinari. Carlos Arturo Juárez fue cinco veces gobernador de Santiago
del Estero, tiene 90 años y cumplirá los 91 el ocho de febrero. Esta preso en
su casa, La Rosita ,
acompañado por su esposa, la también ex gobernadora Mercedes “Nina” Aragonés.
En julio de 2007 la Justicia ordenó la acumulación de todas las
causas por violaciones a los derechos humanos que se venían investigando en la
provincia y armó cuatro megacausas. Una para los crímenes cometidos entre 1973
y el golpe del 1976 y otra para los ocurridos durante la dictadura militar. A
su vez, cada período fue dividido en los casos de desapariciones forzadas de
personas y en los casos de secuestros y torturas que no se hayan constituido en
la desaparición posterior.
En la megacausa que se lleva adelante por las 14 personas
desaparecidas durante el gobierno de Juárez, el caso de Emilio “El Chongo”
Abdala fue el que permitió procesar al ex gobernador. Abdala era concejal
peronista pero no pertenecía a la línea de la derecha católica que reinaba en
la provincia por el año ‘75. A fines de noviembre de ese año su domicilio fue
allanado por hombres de civil que portaban armas largas cuando él encontraba en
Salta. El 3 de diciembre, el entonces ministro de Gobierno, Antonio Robin
Zaiek, lo recibió en su despacho de la casa de gobierno. Al día siguiente
Abdala fue entregado al Ejército y posteriormente desapareció.
En 2004, el propio Musa Azar, quien fuera hombre fundamental
de la inteligencia juarista, implicó en la Justicia al propio gobernador. El se
autoincriminó como responsable de la detención que terminó con la desaparición
del concejal Abdala y declaró que “seguramente Juárez debía saber de la
detención”. Ante la Justicia ,
el ex comisario dijo que lo hizo llamar el ministro de Gobierno. “Si me llaman
a la casa de gobierno y me ordenan que lo lleve a Abdala, esto tiene que estar
en conocimiento del gobernador.” Para la fiscalía, Musa “infirió de ese modo
que un ministro no puede actuar sin la aprobación de un superior”. A través de
un decreto, Juárez creó en 1974 la Dependencia de Inteligencia Política que
funcionaba como una Side provincial. Por allí pasaron muchos de los
desaparecidos y los más de 30 detenidos por razones políticas.
Además de declarar que los hechos investigados “constituyen
crímenes de lesa humanidad”, Molinari determinó la prisión preventiva para Musa
Azar (que ya estaba preso por otras causas), como “partícipe del presunto
delito de asociación ilícita, presunto autor mediato de los delitos de
privación ilegítima de la libertad y homicidio calificado” en todos los casos y
de “torturas en cinco oportunidades”. En la misma causa, también se encuentran
procesados por los delitos de “privación ilegítima de la libertad, torturas y
homicidio calificado” los ex comisarios Ramiro López, Juan Felipe Bustamante,
Cayetano José Fiorini, Tomás Garby, Leopoldo Sánchez y el militar retirado
Jorge Alberto D’Amico, ex secretario de Seguridad del juarismo. En el escrito,
el juez les dictó la falta de mérito al ex comisario Dido Isauro Andrada y a
Carlos Alfredo Pithod.
El abogado Antenor Ferreira, referente de la Asociación de
Familiares de Víctimas y Desaparecidos Políticos de Santiago del Estero,
remarcó ante Página/12, la “gran importancia de esta resolución”. Uno de los
antecedentes más relevantes sobre los delitos de lesa humanidad previo al golpe
militar es la causa de la
Triple A , que lleva un pedido de extradición para Isabel
Martínez de Perón.
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UN EX MINISTRO DE JUAREZ
EXPLICA COMO SE MANEJA EL PODER EN SANTIAGO
“El juarismo es ahora una asociación ilícita”
Alguna vez le inició un juicio por insania. Otra, hasta fue
su ministro de Economía. Antonio Calabrese conoce como pocos a Juárez y su
manera de construir poder. Un poder maquiavélico que llega hasta lo más remoto
de la vida cotidiana.
Por Andrés Osojnik
Desde el gran poder económico hasta las cuentas de la vida
diaria. Desde el control partidario hasta elegir a un opositor. Desde el
control mediático y el terror extorsivo hasta un minucioso sistema de
delaciones en cualquier rincón de la provincia. El Gran Hermano santiagueño
adora que le digan caudillo, que lo critiquen por autoritario, que cuestionen
su tiranía: todo eso alimenta su mito de todopoderoso. Pero no soporta que se
hable –y en la provincia nadie se atreve a hacerlo– de corrupción, del perverso
poder económico, de la fabulosa concentración de la riqueza que convirtió a
Santiago del Estero en una de las provincias más pobres del país. ¿Cómo
construyó Carlos Juárez su poder? ¿Cómo lo mantuvo por decenas de años? ¿Cómo
controla hasta la vida cotidiana de los santiagueños? Un hombre que fue parte
de su entorno lo explica: es Antonio Calabrese, un peronista que llegó a ser
ministro de Economía, que fue secretario general de la Gobernación y fiscal
de Estado adjunto. Un hombre que conoce de cerca a Juárez, a su esposa (y
actual gobernadora) y al poder santiagueño.
Hasta su distanciamiento definitivo, Calabrese tuvo una relación sinuosa con el caudillo. En el ‘83, mucho antes de ser su ministro, le inició al matrimonio Juárez un juicio por insania. “Por supuesto, esto no tuvo ninguna trascendencia más que política”, recuerda ahora.
–¿Por qué se alejó finalmente de Juárez?
–Las historias políticas son historias de amores y odios, de
lucha permanente, de coincidencias y adversidades. Pero el hecho de haber
estado con Juárez como peronista no significa que forme parte de una
complicidad inmoral y de la asociación ilícita que terminó siendo el juarismo
que se exhibe hoy con obscenidad.
–¿Cuándo fue el distanciamiento?
–Juárez me llegó a designar por decreto como redactor del
proyecto de Constitución de la provincia que hoy está vigente. Luego estuve
como abogado en el Ente Regulador de Energía Eléctrica hasta que me adherí al
kirchnerismo. Cuando estaba en los albores de su campaña, lo llevamos a
Santiago del Estero e hicimos un acto con más de 1500 personas. A las 48 horas
del acto, dejaron sin efecto mi contrato en el Ente. Eso llevó a exiliarme de
la provincia: estar en contra del régimen implica que si yo me pongo a defender
a un ladrón de gallinas es probable que lo terminen metiendo preso por
homicidio. Tal vez no sean ellos mismos quienes se ocupen de perseguirme, pero
están los sicarios que tienen que llevar todos los días la cabeza de algún
compañero para saciar la sed de terror y de miedo. Una de las máximas
habituales de Juárez es aquella de Maquiavelo sobre el Príncipe que debe ser
respetado más por temido que por amado.
–¿Juárez es un lector atento de Maquiavelo?
–Más que lector, es un practicante.
–¿Cómo se traduce ese maquiavelismo en la construcción
concreta de poder en una provincia como Santiago?
–Es un problema cultural que él ha venido construyendo en
los últimos 50 años: lo más importante es que no debe haber inversión privada,
que no haya proletariado independiente ni tampoco burguesía independiente. Uno
de cada cuatro santiagueños depende del presupuesto oficial, ya sea porque es
empleado público, porque es contratista del Estado o porque le presta servicios
o es proveedor. De manera que desde la
Casa de Gobierno se digitan la cuestión del trabajo, la vida
y la hacienda de las personas.
–Habrá sectores que no están bajo la tutela del poder.
–No. Los comerciantes, por ejemplo, que no están junto a él
también van a sufrir las consecuencias.
–¿De qué manera?
–Por ejemplo, mediante los códigos de descuentos, con los
que se descuentan de los sueldos de los empleados públicos por planilla
losimportes de las compras que hacen en los comercios adheridos. Entonces, sólo
los comerciantes amigos del poder tienen códigos de descuentos.
–¿Cómo se evitó la creación de ese proletariado y esa
burguesía independientes?
–Juárez jamás permitió que hubiera promoción industrial en
Santiago del Estero. Se opuso permanentemente a los diferimientos impositivos.
Siendo ministro de Economía tuve propuestas de industrias para radicarse allí.
Pero a todo lo que fuera desarrollo empresarial o económico, él se opuso.
–¿Qué particularidad tiene el sistema político?
–El 70 por ciento del PBI es el presupuesto oficial. Y si
todo el capital es oficial, cuando hay una elección el único que puede invertir
es el gobierno. Al opositor sólo le queda el margen de la protesta aislada y
del boca a boca. Y esto no podría lograrse sin los medios. En esto también hay
una gran complicidad de los medios locales.
–¿Y la oposición?
–Las elecciones de setiembre del año pasado son un claro
ejemplo de qué es la oposición en Santiago del Estero. La abstención, los votos
nulos y en blanco alcanzaron el 52 por ciento del padrón. Eso fue un mensaje de
la sociedad, porque la oposición no representa la voluntad de cambio: sólo
quiere ocupar el lugar de Juárez. El juarismo ha llegado a tener tanto poder
que hasta eligen a los adversarios, a los opositores.
–¿Cómo es eso?
–Les da oxígeno a los intendentes, por ejemplo. A Zavalía lo
hizo ganar Juárez en la intendencia de la Capital. La última
elección la gana el caudillo radical porque Juárez ordena votar, a través de la
mujer en las mesas femeninas, en contra del candidato peronista. Entonces
ocurre lo siguiente: gana para concejales el peronismo y pierde para
intendente.
–¿Por qué querría Juárez la derrota del candidato oficial?
–Porque no quiere que aparezca un sucesor, un delfín; no le
conviene crear un opositor interno. Lo mismo ocurrió en La Banda. Los elige y
luego arregla con ellos.
–¿Y cómo es el poder hacia adentro del partido?
–Se alimenta de la obsecuencia y el servilismo permanente.
El besamanos que deben realizar todos los que son funcionarios o allegados al
poder es propio de los cortesanos. Los dos fueron declarados por ley “protectores
ilustres de Santiago del Estero”, en una reminiscencia feudal vergonzante.
–¿Cómo se llega a formar parte de la estructura oficial?
–Antiguamente, cuando había todavía algún signo de
resistencia, para ocupar algún cargo era condición sine qua non publicar una
solicitada donde se alabaran las condiciones de liderazgo, de único conductor,
de máximo jefe, líder, todas esas cosas. Entonces públicamente se ponía la
firma y se podía entrar. Hoy en día ya no hace falta. Porque el régimen de
obsecuencia es tal que si uno no entra en esa variante es imposible dar los
primeros pasos. El que pretenda hacer su camino por afuera perderá el trabajo,
o le pasará a algún pariente, o su comercio tendrá problemas.
–Hay una Secretaría de Informaciones...
–Esto lo calificó el ministro de Justicia de la Nación , cuando dijo que era
un régimen como el de la
Gestapo. O el obispo Maccarone, que dijo que la gente, cuando
tiene temor y quiere verse protegida, en vez de acudir a la Justicia acude al
Obispado. El sistema de vida de temor es permanente.
–¿El temor a qué?
–La gente tiene instituido que hay oídos en todas partes,
habla en secreto en una mesa de café y tiene miedo de que el interlocutor no
vaya a formar parte del sistema de inteligencia y delación que tiene montado el
aparato de gobierno.
–¿Cómo funciona ese sistema?
–Para ganar méritos, un simple empleado de la administración
pública escucha un comentario en contra y para ascender en esta escala de
premios y castigos va y comenta lo que dijo un compañero. Hasta los colegios
profesionales firman solicitadas a favor del gobierno. Se llega a las
elecciones para definir la presidencia de un colegio o la cámara de comercio
sólo con el aparato del Estado.
–El otro foco de poder es la Justicia.
–Ahí están las Madres del Dolor, que tienen que crear su
propio periódico para hacer las denuncias. Están los casos de abigeato, donde
se acusó a algunos diputados inclusive de ser jefes de bandas de ladrones de
ganado, por lo que cayó una cúpula policial, también. Y que terminó con dos
asesinatos de los cuales fueron acusados dos colaboradores del tristemente
célebre Musa Azar.
–El escándalo estalla ahora justamente con un caso judicial.
–Ahora quieren imponer la hipótesis de que se trata sólo de
un caso policial y que los hijos del poder no tienen nada que ver con todo
esto. Si es así, es peor para el gobierno. Si un crimen común, en el que el
poder no interviene para nada causa la caída del vicegobernador, la caída de
toda la cúpula policial, la caída de Musa Azar, la del juez del crimen, ¿qué
sería cuando un episodio roce el poder? Se derrumba todo.
–¿Considera que hay elemento para una intervención?
–Nunca mejor que hoy para encontrar causales de intervención
federal a una provincia que las que existen en Santiago del Estero.
–¿Cuáles son?
–El estado de conmoción interior, el estado de subversión
institucional es evidente. ¿Qué pasaría si nos ponemos a investigar ese
abigeato? ¿Qué pasaría si nos ponemos a investigar la concentración de la
riqueza en manos casi únicas, que tiene desde hoteles hasta cementerios,
pasando por el casino? Hay que averiguar todo eso. El apoyo al presidente
Kirchner es una apuesta al futuro. Creo que es el hombre que va a modificar la
forma de hacer política en el país. Y mi esperanza es que el presidente Kirchner
acompañe la modificación de la situación de Santiago del Estero.
–¿Cuál es la relación entre el gobierno y el poder
económico?
–Cualquier santiagueño, desde el más humilde hasta el más
poderoso sabe quién es el dueño del poder económico. Hay una concentración
económica impresionante: el banco de la provincia, las compañías de seguros con
los que ha contratado el Estado todos sus seguros, todos los hoteles más
importantes, el cementerio, la empresa de energía, de agua corriente de la
capital, las tarjetas de crédito locales, los créditos que da el banco, son
todas del mismo dueño.
–Hasta la vida cotidiana está manejada por el sistema.
–Un santiagueño no tiene crédito en la obra social para
pagar la parte que le corresponde de las prácticas médicas si no se las da la
tarjeta oficial.
–¿Qué diferencias hay del feudo santiagueño con otras
provincias feudales en el país?
–Hay otras provincias que han concentrado el poder del
Estado, pero a su vez ha llegado el progreso, como el caso de San Luis, que
pasó a ser una de las provincias más ricas. Santiago es hoy una de las
provincias más pobres.
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Miguel Salvatierra remite “El estallido social de Santiago,
contado por dos perros”. Aquí transcribe el prólogo de Julio Carreras,
novelista y poeta, en aquel tiempo compañero suyo en la redacción del Diario el
Liberal. Lo hace como recuperando un pasado, un movimiento de batuta de la musa
de la Memoria ,
Mnemósine, una “posesión del ayer”, todavía cargado de virtualidad, que le
recuerda a Borges: Sólo somos realmente dueños de las cosas que hemos perdido.
En ese tiempo, nos dice, Carlos Menem presidía la Nación Argentina.
Llevaban cuatro meses en Santiado del Estero sin cobrar los sueldos. Se
acercaba el fin del año 1993. Miguel cuenta que llegaba la Navidad y, con uno de esos
giros que hermosean el lenguaje nos dice que “se iban a pasar la Navidad en muchos lugares
“sin una sidra y un pan dulce”, expresión que por allá quiere decir que no
tenían nada. El trabajador se sentía angustiado, oprimido, estafado. La
situación social anunciaba tormenta: Casos escandalosos de corrupción impune,
crímenes, huelgas, atrasos de meses en cobrar los sueldos. Gentes sin dinero,
sin esperanza, sin medicinas, se levantaron contra los corruptos de turno.
Aquel 16 de diciembre, hartos ya de todo, el pueblo tomó “la casa del gobierno”, los tribunales y
la Cámara de
Diputados, los tres fundamentos de la república. Ninguno de los tres poderes
había sabido servir al pueblo. Esos sucesos fueron el símbolo de la caida de 50
años del juarismo. Entonces se produjo la “intervención federal” que hizo
posible que “siguieran robando a troche y moche… Miguel Salvatierra nos cuenta:
Lo vivido por los santiagueños fue terrible: se vivieron esos primeros días en
un estado de caos total, luego llegaron los militares y reprimieron al pueblo
sin discriminar a hombres, mujeres, niños. Increiblemente no hubo muertos, pero
sí gran número de heridos y detenidos. Aquel Santiagueñado podría compararse
con la toma de la bastilla.
Uno de los periodistas que cubrieron aquellos
acontecimientos, Rodi Beltrán comentó a
nuestro amigo Salvatierra su opinión sobre los hechos: “Con el estallido se
justifica la desaparición de una gran fortuna de dinero”. Quda muy claro desde
este lado del charco: El capitalismo feroz, incapaz de crear riqueza que no sea
para sí, responsable de tantas desdichas en el mundo, provoca el estallido con
su rapiña y luego justifica en ese estallido llevarse sus dineros.
Aquello no sirvió para nada. Miguel Salvatierra nos cuenta
que, una vez “pacificado” el pueblo por los militares, meses después,
convocaron elecciones y ganaron los mismos corruptos a quienes les habían
quemado las casas. Y uno se pregunta: ¿Cómo es posible que el pueblo
trabajador, empujado a la desesperación, víctima de la violencia, despojado
luego por la fuga de capitales que lo justifica en que ese pueblo se ha
levantado, vote luego a los mismos a quienes quemó sus casas en un acto
desesperado de rebeldía? ¿Cómo se explica que, a pesar del tufo de corrupción,
ya imposible de ocultar, hayan ciudadanos, ciudadanas, que sigan votando a los
curruptos, haciéndoles el caldo gordo a los corruptores, encrespándose contra
quienes los denuncian, siendo parte del pueblo que los sufre?
Concluye Miguel Salvatierra citando a Julio Carreras: “Sentí
dolor porque nos desencontramos entre hermanos y lo que se reclamaba no se
llevó a cabo. Todo cambió para que nada cambie. Estamos en una altura de la
vida donde posiblemente no veamos grandes cambios, pero, si con visión de
futuro se invierte, se administra y se controla la educación, Santiago tendría
como destino un verdadero cambio. Pero si no se cambia el concepto de educación
y de cultura, dentro de cincuenta años vamos a estar hablando de lo mismo.
Otras:
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