lunes, 22 de febrero de 2010

Simón Wiesenthal

Simon Wiesenthal
(Buczacz, Austria-Hungría, en la actual Ucrania, 31 de diciembre de 1908Viena, 20

de septiembre de 2005), de profesión arquitecto, fue un investigador judío, que tra s haber estado prisionero en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen durante la Segunda Guerra Mundial dedicó la mayor parte de su vida a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos, para así llevarlos a la justicia.


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Niñez y su experiencia en la Segunda Guerra Mundial

Simón Wiesenthal fue arquitecto. Se tituló en la Universidad Técnica de Praga en 1932, pues rechazaron su admisión en la Universidad Politécnica de Lvov (Leópolis). En 1936 se casó con Cyla Mueller. Wiesenthal vivía en Leópolis, por entonces perteneciente a Polonia y en la actualidad parte de Ucrania, en el momento de iniciarse la Segunda Guerra Mundial. A causa del Pacto Molotov-Ribbentrop, esta ciudad fue ocupada por la Unión Soviética. El padrastro y el hermanastro de Wiesenthal fueron asesinados a manos de la NKVD, la policía secreta soviética, y Wiesenthal fue forzado a cerrar su firma y a trabajar para el Estado. Cuando Alemania invadió la Unión Soviética en 1941, Wiesenthal y su familia fueron capturados en Checoslovaquia en la Solución Final nazi. La esposa de Wiesenthal pudo ocultar su origen judío a los nazis a causa de sus facciones y pelo rubio y los falsos papeles que le fueron suministrados por la Resistencia polaca a cambio de diagramas de las intersecciones de la vía férrea que dibujó su marido, pero éste no fue tan afortunado.

Fue internado en doce campos de concentración durante más de cuatro años y escapó de milagro de la ejecución en numerosas ocasiones. En su encierro intentó suicidarse cortándose las muñecas para evitar la tortura. Wiesenthal consiguió tomar nota de los nombres de cada uno de los criminales nazis que participaron en el genocidio y una vez liberado por las tropas de EE.UU. se dedicó exclusivamente a buscarlos. Unos 89 miembros de su propia familia fueron asesinados por los nazis.

Wiesenthal empieza su carrera como cazanazis

Wiesenthal fue liberado de Mauthausen por las fuerzas estadounidenses en 1945. Cuando éstos lo encontraron pesaba menos de 45 kg. Tan pronto como su salud mejoró, ofreció sus notas sobre los criminales nazis al Ejército de los Estados Unidos y trabajó recogiendo documentación para los procesos judiciales sobre los crímenes de guerra nazis realizados en los Juicios de Núremberg.

En 1947, él y treinta voluntarios más fundaron el Centro de Documentación Judía en Linz, Austria, con el propósito de recoger información para futuros procesos. Sin embargo, los Estados Unidos y la Unión Soviética perdieron el interés en promover procesos contra crímenes de guerra y el grupo se dispersó.

Pese a todo, Wiesenthal continuó reuniendo información en su tiempo libre mientras trabajaba en todo momento en ayudar a los afectados por la Segunda Guerra Mundial.

Durante este tiempo Wiesenthal fue una figura fundamental en la captura y procesamiento del principal ingeniero de la "solución final" o Endlösung, Adolf Eichmann. En 1954, Wiesenthal consiguió localizar e identificar en Buenos Aires al destacado criminal nazi Adolf Eichmann e informó de ello al Centro de Investigación del Holocausto Yad Vashem en Israel, cuyas autoridades eran inicialmente muy escépticas al respecto, pero finalmente el prófugo fue capturado por el Mosad, en la conocida "Operación Garibaldi".

Eichmann, el hombre que planificó la deportación y muerte en masa de millones de judíos en Europa, fue secuestrado en 1960 en las afueras de la capital argentina, trasladado clandestinamente a Israel y finalmente sentenciado a muerte en 1961 y ejecutado en 1962, tras la celebración de un juicio trasmitido por televisión. Gracias a ello y ese mismo año, Wiesenthal reabrió su Centro de Documentación Judía con el apoyo de donaciones de todo el mundo. Continuó, pues, trabajando en otros casos. Entre sus mejores logros estuvo la identificación y captura de Karl Silberbauer, el oficial de la Gestapo responsable del arresto de Ana Frank, que fue descubierto en 1963 cuando trabajaba como inspector de policía en Viena.

La confesión de Silberbauer ayudó a desacreditar las voces de la historia revisionista en relación a que El Diario de Ana Frank era una farsa.

Durante este periodo Wiesenthal también localizó nueve de los dieciséis nazis juzgados en la Alemania Occidental por el asesinato de la población judía de Leópolis, la ciudad natal de Wiesenthal; el austriaco Franz Stangl, comandante de los campos de concentración de Treblinka y Sobibor, fue capturado en 1967 en Brasil gracias a su investigación, y el alemán Josef Schwammberger, comandante del gueto de Przemysl, fue detenido en 1987 en Argentina.

Hermine Braunsteiner, un ama de casa que vivía en Queens, Nueva York, y que había supervisado el asesinato de cientos de niños durante la guerra, también fue identificada.

Estuvo tras los pasos de Joseph Mengele en Argentina, pero se le escabulló al momento de atrapar a Eichmann, en 1959.

El Centro Wiesenthal

En 1977 se fundó en la Universidad Jeshiva de Los Ángeles (EEUU) el Simon Wiesenthal Holocaust Center, que en la actualidad tiene más de 400.000 miembros y sedes en Toronto, Buenos Aires, Jerusalén y París. Más adelante, en 1979, la Oficina Especial de Investigación en EE.UU. (OIS) compartió con Wiesenthal información sobre personas sospechosas de haber participado en el genocidio.

En 1989 causó conmoción la declaración de la OIS según la cual el presidente austriaco y ex secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, había colaborado con los nazis durante la guerra. Wiesenthal reaccionó de acuerdo a sus principios y estableció que el presidente austriaco siempre estuvo enterado de las actividades de los criminales nazis, pero que no se le podía probar su directa participación en sus crímenes. El Centro Simon Wiesenthal denuncia el antisemitismo, vigila los grupos neonazis, trabaja con los Museos de Tolerancia de Los Ángeles y Jerusalén y ayuda a llevar ante la justicia a los criminales de guerra nazis.


Última época

En los años 1970 se vio envuelto en la política austriaca cuando aseguró que muchos ministros del recién formado gobierno socialista de Bruno Kreisky habían sido nazis durante el tiempo en que Austria formó parte del Tercer Reich. Kreisky, también judío, atacó a Wiesenthal y lo calificó de Nestbeschmutzer (pájaro que ensucia su propio nido). A lo largo de los años Wiesenthal recibió muchas amenazas de muerte y, en 1982, explotó una bomba puesta en la parte exterior de su casa en Viena por neonazis alemanes y austriacos.

Tras 58 años de trabajo, Wiesenthal anunció en abril de 2003 su retiro, diciendo que había encontrado a todos los asesinos de masas que había estado buscando y les había sobrevivido:

"Si hay algunos pendientes, ya son demasiado viejos y débiles para afrontar ahora un juicio. Mi trabajo está hecho." Sin embargo, Según dijo Wiesenthal, el último gran criminal de guerra austriaco todavía vivo es Alois Brunner, mano derecha de Eichmann, de quien se dice se encuentra oculto en Siria.

Wiesenthal consiguió, a lo largo de su larga vida, llevar ante la justicia a más de 1.100 criminales de guerra y reos de la humanidad en todo el mundo. En cierto modo, el recién fundado Tribunal Penal Internacional se constituye en heredero de su necesaria e importante labor.

El 19 de febrero de 2004, Gran Bretaña decidió nombrar caballero honorífico a Wiesenthal en reconocimiento a "toda una vida de servicio a la humanidad." La orden de caballería también reconoció el trabajo del Centro Simon Wiesenthal. Wiesenthal también obtuvo la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos, la Medalla por la Libertad Holandesa, la Medalla por la Libertad de Luxemburgo, la Legión de Honor francesa así como las condecoraciones de los grupos de resistencia de Austria y Francia.

El personaje de Yakov Liebermann en la novela de Ira Levin Los niños del Brasil está basado en Wiesenthal, y Wiesenthal hace una aparición como un personaje menor en El Archivo Odessa de Frederick Forsyth, otorgando información a un periodista alemán que intenta localizar un criminal de guerra nazi.

La esposa de Wiesenthal falleció el 10 de noviembre de 2003 a la edad de 95 años. Wiesenthal falleció en Viena, mientras dormía el 20 de septiembre de 2005 a la avanzada edad de 96 años. Fue enterrado en Israel tres días más tarde, el 23 de septiembre.

El descubrimiento de América y la expulsión de los judíos de España

Simon Wiesenthal, en su libro Operación Nuevo Mundo (La misión secreta de Cristóbal Colón)descubrimiento de América realizado por Cristobal Colón, cuya fecha y hora de salida coincidía con la marcada para la expulsión de los judíos de España en el Edicto de Granada, el 2 de agosto de 1492. expone una hipótesis diferente sobre el viaje del

En su libro, Wiesenthal, explica que los judíos veían con esperanza el descubrimiento de unas tierras donde podrían estar algunas de las Tribus de Israel ya que tenían noticias de relatos de marineros y mercaderes en los puertos, quienes contaban que en Oriente vivían hebreos que no solo eran libres, sino que incluso pertenecían a las clases privilegiadas o regían territorios. También expone la hipótesis de que Colón fuera judío, sustentada en su comportamiento, coincidente con el de muchos judíos conversos que hacían lo posible para ocultar su origen.


Los siguientes enlaces son en inglés:


El hombre que encarnó la justicia

Simon Wiesenthal murió ayer luego de haber participado en la captura de más de mil criminales nazis, algunos de los cuales habían encontrado refugio en Argentina, como Adolf Eichmann, Walter Kutchmann y Joseph Schwamberger.

Por Raúl Kollmann (PAGINA/12)
Al otro lado del teléfono la voz sonó contundente: “¿A la Argentina? Nooo, de ninguna manera”. Esta fue la respuesta que Simon Wiesenthal, fallecido ayer a los 96 años, le dio a Página/12 hace más de una década. El famoso cazador de nazis se negaba a venir al país porque consideraba que aún había en la Argentina hijos o parientes de jerarcas nazis dispuestos a vengarse de él por su tarea de llevar a los estrados judiciales a los criminales de guerra. Wiesenthal estuvo convencido de que la Argentina fue el mayor puerto de llegada de asesinos del Tercer Reich y era un crítico intransigente de lo que consideraba una clara complicidad de Juan Domingo Perón en aquella “ruta de las ratas”. Participó directa o indirectamente en casos que tuvieron como escenario la Argentina y terminaron con condenas, como los de Adolf Eichmann, Erich Priebke, Joseph Schwamberger o Dinko Sakic, mientras que en otros casos puso toda la presión y obligó al tenebroso médico Joseph Mengele a huir del país y hasta le quedó la cuenta pendiente de encontrar a otro genocida, presuntamente escondido en la Argentina, Heinrich “Gestapo” Muller, al que nunca pudo detectar.
Wiesenthal fue el primero en descubrir el camino que llevó a los jerarcas nazis a la Argentina. Se basaba en los siguientes elementos:
- Argentina tenía una comunidad alemana grande formada a principios de los años ‘30 y con fuerte presencia de militantes del nacionalismo que se fueron de Alemania tras la derrota en la Primera Guerra Mundial. En Buenos Aires funcionó la sucursal oficial más grande del mundo del partido nazi y en 1938 festejaron en el Luna Park la anexión de Austria. O sea que, tras la guerra, los jerarcas tenían cobertura asegurada.
- Tal como después lo demostraron investigadores como Beatriz Gurevich, Uki Goñi y Jorge Camarasa, el propio Perón dio vía libre a uno de sus más cercanos consejeros, Rudolf Freude, para que armara una comisión que funcionó en la Casa Rosada, Migraciones y seis embajadas de la Argentina en Europa, que permitió entrar a la Argentina a numerosos criminales de guerra alemanes, croatas, franceses, belgas y holandeses.
- Wiesenthal también sostuvo siempre que hubo un acuerdo para que empresas alemanas de primera línea pasaran a ser administradas por hombres de Perón.
- El cazador de nazis sostuvo que hombres de la Cruz Roja y un obispo católico, Alois Hudal, fueron los apoyos que encontraron los jerarcas en su camino de Alemania a Italia, hasta subirse a los barcos con destino a Buenos Aires, donde ya la asistencia pasaba a estar a cargo de la gente de Freude.
Fue luego de un prolijo trabajo de investigación que Wiesenthal llegó a esas conclusiones. Durante los primeros años fue juntando elementos que provenían esencialmente de avisos fúnebres de familiares de los jerarcas nazis, de viajes de sus esposas e hijos y de datos que le fueron llegando a su Centro de Documentación en Viena.
Adolf Eichmann era una de las presas mayores de la caza. Fue el encargado de la Sección de Asuntos Judíos, que consistía obviamente en exterminarlos. Sus órdenes se cumplían en toda Europa y consistían en detenciones masivas, traslados a los campos de concentración, reclusiones en guetos, abortos provocados y, finalmente, la aniquilación. Wiesenthal le siguió el rastro a través de su esposa, Vera, que falsificó una muerte del genocida. Sin embargo, luego Vera y sus siete hijos desaparecieron, Wiesenthal investigó a la madre de la mujer y finalmente pudo determinar que estaban en la Argentina. Estos datos puestos en manos de la inteligencia israelí, más una traición de otro nazi, permitieron ubicarlo y llevarlo clandestinamente a Israel luego de una operación realizada en San Fernando. Eichmann fue condenado a la horca en Jerusalén.Su otro gran objetivo fue el siniestro médico Joseph Mengele, quien utilizó a gitanos, judíos y homosexuales en pruebas pseudocientíficas que terminaban en la muerte. Mengele llegó a tener un documento de identidad a su verdadero nombre en Argentina y Wiesenthal insistió una y mil veces en que debía ser detenido y juzgado. La presión del cazador de nazis lo obligó a mudarse a Paraguay donde vivió bajo la protección del dictador Alfredo Stroessner, y tras las nuevas presiones terminó viviendo a las escondidas entre Argentina, Paraguay y Brasil donde finalmente murió.
En Viena, Wiesenthal exigió la detención de otros jerarcas que estaban en Argentina, como Walter Kutchmann o Joseph Schwamberger. El primero era uno de los jerarcas más buscados, entre otras cosas porque en Polonia obligó a cavar sus propias tumbas y ejecutó a 20 profesores universitarios, junto a sus esposas e hijos. Kutchmann vivió en la Argentina con el nombre de Pedro Olmo y trabajaba en la Ferretería Alemana. En 1975, Wiesenthal lo denunció públicamente, dio su alias y su dirección en Buenos Aires. Kutchmann dio la cara, pero después se escondió y tuvieron que pasar diez años para que lo volvieran a detener. Mientras esperaba la extradición, murió.
El caso de Schwamberger fue parecido. Se lo acusaba de más de mil asesinatos en los guetos y campos de trabajo de Polonia. Wiesenthal lo denunció en 1972, señalando su dirección en La Plata, pero el hombre se evaporó durante doce años, hasta que se lo volvió a detener en Huerta Grande, Córdoba. Pasaron todavía cinco años más para que se concretara la extradición. En Alemania fue condenado a cadena perpetua.
En los últimos años, el propio Simon Wiesenthal y la representación del Centro Simon Wiesenthal en la Argentina, que encabeza Sergio Widder, participaron de investigaciones y batallas judiciales que llevaron a la Justicia a Erich Priebke, uno de los responsables de la matanza de las Fosas Ardeatinas en Roma, condenado a cadena perpetua, y Dinko Sakic, criminal croata que recibió una pena de 20 años de prisión por ser jefe del campo de concentración de Janosevac.
Los ejemplos de intervención de Wiesenthal en casos de nazis que vivían en la Argentina incluyeron al principal criminal croata, al creador del programa de eutanasia nazi, a jefes de las SS en Holanda, Francia y Bélgica. Estaba convencido de que Heinrich Müller, superior jerárquico de Eichmann, también vivió en la Argentina, pero la búsqueda abarcó todo el norte del país y la frontera con Paraguay y Brasil. Gestapo Müller, luego de fraguar su muerte y una tumba vacía en Berlín, se evaporó.
La cifra de jerarcas llegados al país, según Wiesenthal, orillaba los 300 y recién en 2003 dio por clausurada la búsqueda. En ese momento evaluó que si había algún criminal de guerra aún con vida sería demasiado viejo como para juzgarlo. En ese momento, también Página/12 entabló un breve diálogo telefónico con él. “A la Argentina, noooooo. Ahora ya estoy yo demasiado viejo”, dijo categórico.
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DOCUMENTAL: Adolf Eichmann (EN ARGENTINA)






Falleció el “cazador de nazis” Simon Wiesenthal

Fundó el Centro Judío de Documentación y tuvo una participación decisiva en la persecución y detención de más de mil nazis, entre ellos Eichmann, secuestrado en 1960 en Argentina.

Simon Wiesenthal, sobreviviente del holocausto y el más famoso "cazador de nazis" tras la Segunda Guerra Mundial, murió hoy en su casa en Viena a los 96 años.

Así lo informó el Centro Wiesenthal de la capital austriaca, que no precisó la causa del deceso.

Había nacido nacido el 31 de diciembre de 1908 en Buczacz, en la región de Galizia, que entonces pertenecía a la monarquía de los Habsburgo y que hoy forma parte de Ucrania. Estudió arquitectura y se estableció en Paraga en 1932, donde ejerció su profesión hasta que en 1941 fue detenido durante la ocupación alemana de Checoslovaquia.

Durante la Segunda Guerra Mundial sobrevivió a varios campos de concentración y fue rescatado de Mauthausen por las tropas estadounidenses. En 1947 fundó en la ciudad austriaca de Linz el Centro Judío de Documentación sobre los crímenes de guerra nazis, embrión del centro que lleva su nombre y que tiene hoy delegaciones en varias partes del mundo.

Wiesenthal ayudó a llevar a la justicia a más de 1.100 nazis durante las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el criminal de guerra Adolf Eichmann, secuestrado en 1960 en Argentina por el Mossad y llevado en secreto a Israel, donde fue ejecutado en la horca, y Karl Silberbauer, responsable de la deportación y muerte de la niña judía Ana Frank.

Tras 58 años de trabajo, Wiesenthal anunció hace dos años su retirada de la vida activa. "A los asesinos de masas que he perseguido, los he encontrado y los he sobrevivido (…) Si hubiese algún criminal todavía no descubierto, éste sería demasiado viejo para llevarle a los tribunales", dijo en el discurso con el que dio por finalizada la tarea a la que dedicó la mayor parte su vida.



Eichmann, un nazi secuestrado en Argentina y llevado clandestinamente a Israel

Es uno de los casos más resonantes entre los más de mil en los que Wiesenthal aportó información fundamental para la captura y el enjuiciamiento de criminales de guerra. Provocó una protesta del gobierno de Frondizi. Entre los más de mil casos en los que Simon Wiesenthal dio su aporte para que criminales de guerra nazis fueran llevados ante la justicia, uno de los más resonantes fue el del coronel Adolf Eichmann, secuestrado por el Mossad, el servicio secreto israelí, en Buenos Aires en 1960 y trasladado clandestinamente a Israel, donde fue sentenciado a la pena de muerte.

Wiesenthal había recibido en 1953 información de fuentes en Buenos Aires sobre la presencia del criminal de guerra nazi en la Argentina y transmitió esos datos a las autoridades israelíes. Pero ante la desmentida de la agencia de inteligencia norteamericana (CIA), que creía a Eichmann en Siria, esa pista fue desechada.

Sin embargo el más famoso “cazador de nazis” insistió y finalmente, con el aporte de fuentes en Alemania, agentes del Mosad capturaron clandestinamente en Buenos Aires al coronel nazi, al que se consideraba impulsor de la “solución final”, el plan del nazismo para el exterminio de las comunidades judías.

Eichmann residía en Argentina con el nombre falso de Ricardo Klement, trabajaba en una fábrica alemana de la que volvía indefectiblemente a la misma hora realizando el mismo recorrido cada día. L
os servicios secretos israelíes habían espiado sus movimientos y conocían al detalle su rutina.

El 11 de mayo de 1960, exactamente a las 20:20, el agente secreto israelí Peter Malkin –nacido en Polonia y cinturón negro de karate- detuvo a Eichmann en Garibaldi, una oscura calle de San Fernando, y le dijo, con un acento inconfundiblemente alemán, “uno momentito, señor”. El alemán lo miró desconcertado y no pudo resistirse a la fuerza de su captor, que se había comprado guantes de cuero para evitar tocarlo y lo subió a uno de los dos automóviles que lo esperaban para trasladarlo al lugar en el que permaneció cautivo.

Después llegó la hora de sacarlo de Argentina. Por los festejos por el 150 aniversario de la Revolución de Mayo habían sido invitadas al país delegaciones de todo el mundo, entre ellas una israelí que había llegado en un avión de la línea El-Al en el que la inteligencia israelí decidió transportarlo vestido con el uniforme de la compañía aérea y sedado para que pareciera borracho con un pasaporte falso. El traslado se hizo sin problemas.

Eichmann fue juzgado y sentenciado a la pena de muerte, la única ejecutada en Israel. Tras ser ahorcado en 1961, fue incinerado y sus cenizas arrojadas al mar Mediterráneo fuera de las aguas jurisdiccionales de Israel.

La operación clandestina, que incluyó el alquiler de ocho casas de seguridad en Buenos Aires y la adquisición de gran número de automóviles, generó un gran debate en la Argentina y un dolor de cabeza para el gobierno de Arturo Frondizi, que formuló una enérgica protesta en contra de Israel.




Son múltiples las dimensiones de una personalidad como la de Simon Wiesenthal. Pero acaso la más sensible, la que importa por su esfuerzo educador es la que lo llevó a sostener que "no existe pecado más grande que el olvido". Esa consigna explica el esfuerzo de medio siglo que invirtió para que la memoria se mantenga vigente y la masacre consumada por los nazis en la Segunda Guerra no quedara aplastada en los pliegues de la historia como se intentó con otros genocidios como el armenio o el de muchos pueblos africanos. Para Wiesenthal "no hay libertad sin justicia". Es la suma así de la lucha contra el olvido y el reclamo de juicio y castigo. No se trata de la confesión del acusado, sino del reconocimiento de que anduvo en la muerte, en el terror. Y debe ser sancionado porque eso restaura la memoria. Es importante no perder de vista estos caminos abiertos con una voluntad tan firme como casi solitaria y conmovedora en sus orígenes. De modo especial la enseñanza va para los pueblos latinoamericanos que aún siguen atrapados en la contradicción artificial entre memoria y olvido frente a los crímenes sucedidos en la larga noche de las dictaduras. No hay pecado peor que el olvido y no hay libertad sin justicia. De eso se trata.




El centro Simon Wiesenthal descree del fallecimiento del “Doctor Muerte”

El director de la entidad, Ephraim Zuroff, puso ayer en duda las versiones sobre la supuesta muerte del austriaco Aribert Heim, el criminal nazi más buscado. Desapareció antes de que se eje
cutara una orden de arresto contra él emitida en Alemania en 1962 y, de estar vivo, tendría 94 años. La policía alemana dejó de buscarlo.
El director del centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Ephraim Zuroff, puso ayer en duda las versiones sobre la supuesta muerte del médico austriaco Aribert Heim, el criminal nazi más buscado de la actualidad.
En diálogo con la agencia DPA, el "cazador de nazis" Zuroff estimó que las informaciones difundidas por la televisión pública alemana ZDF y el diario "The New York Times" acerca de que murió de cáncer el 10 de agosto de 1992 en El Cairo a la edad de 78 años tan sólo demuestran que Heim vivió en Egipto.
"Nosotros ya sabíamos que estuvo en Egipto", dijo Zuroff, haciendo referencia a que "no hay ni una tumba, ni un cadáver, ni una prueba de ADN" que sirva para constatar la muerte de Heim, conocido también como "Doctor Muerte" y quien trabajó en su día en los campos de concentración de Mauthausen, Buchenwald y Sachsenhausen.

"En vista de que hay personas que tienen interés en convencernos de que Heim ha muerto, debemos reaccionar a informaciones así con escepticismo y cautela", afirmó Zuroff.

El cazador de nazis dijo sospechar además que Rüdiger Heim, el hijo del médico, es quien podría haber lanzado dichas informaciones en los medios.
Preguntado acerca de si podría haber un interés financiero detrás, como por ejemplo el cobro de herencias pendientes, el director del Centro Wiesenthal contestó que "es una teoría interesante" e hizo referencia a que el patrimonio conocido del "Doctor Muerte" asciende a unos dos millones de euros (2,5 millones de dólares).
De todas maneras, Zuroff afirmó que, de ser cierta la muerte de Heim, se sentiría "infinitamente frustrado y decepcionado" por no haber podido llevarlo a juicio. "Hemos invertido grandes cantidades de energía en este caso".


Heim desapareció antes de que se ejecutara una orden de arresto contra él emitida en Alemania en 1962. Hasta entonces, el que era considerado el médico más cruel de las SS después de Josef Mengele había ejercido en el sur del país.
Según supervivientes de Mauthausen, a principios de los años 40 acabó con cientos de internos colocándoles inyecciones directamente en el corazón. Hasta hoy, la policía alemana ofrece 130.000 euros (165.000 dólares) de recompensa por el médico y el centro Wiesenthal otros 10.000 euros (12.800 dólares).
Hasta el año pasado, la lista de criminales nazis más buscados del Centro Wiesenthal estaba encabezada por Alois Brunner, uno de los organizadores del Holocausto. Su búsqueda sigue, pero las esperanzas de encontrarlo con vida se han desvanecido, en vista de que hoy tendría ya 97 años. De seguir vivo, Heim tendría 94 años.








El antropologo Wladimir Soto Cárcamo habla con
Sergio Widder, representante en Sudamérica del Centro Simón Wiesenthal que explica las razones de su visita a la zona tras la pista deAribert Heim acusado de criminal de guerra en la II guerra mundial.9 de julio ha mediodia



DESDE ESTE REPRODUCTOR PODES VER LOS DOCUMENTALES:
Adolf Eichmann ( EN ARGENTINA)
El Hombre Que Atento Contra Hitler
Martin Borman
Menguele La Cuenta Final (ARGENTINA Y BRASIL)
Crimenes De Guerra
La Familia de Hitler
La Superciudad De Hitler

3 comentarios:

Anónimo dijo...

NO RECONOCER QUE UNA GRAN MAYYORIA DE LOS JERARCAS DEL TERCER REICH ERAN DE ORIGEN JUDIO,MUESTRA A LAS CLARAS,QUE TODO ES PARTE DEL HOLOCUENTO.
EICHMANN MENGELE ,MARTIN BORMAN,QUE ERAN DEL HIZBOLAH,O DE HAMAS POR ACASO??
STEPHAN SPIELBERG,EN SU CLARO INTENTO DE MANIPULAR A LA OPINION PUBLICA,EN EL FILM LA LISTA DE OSKAR SCHINDLER,TRATA DE PRESENTARLO,COMO UN GOY AYUDADOR DE JUDIOS,LO CUAL ES ABSOLUTAMENTE UN FRAUDE MAS A LA HISTORIA,EMIGRO A LA ARGENTINA EN 1958,VOLVIO A ISRAEL BAJO EL PLAN RETORNO OLE,MURIO EN 1973 Y ESTA ENTERRADO EN EL CEMENTERIO HEBREO MONTE SION,ESTO MUESTRA LA MANIPULACION PARA VICTIMIZARSE,Y QUE EL PODER INDDUSTRIAL ALEMAN EN PLENO TERCER REICH,ESTABA EN MANOS DE JUDIOS .
LEER ,SCHROEDER(COLONIA NAZI DIGNIDAD EN CHILE) DETENIDO EN BAIRES,SU HIJA SE LLAMA REBECA,EN LO MINIMO UN NAZI MUY CURIOSO.
BASTA DE HOLOCUENTOS

Anónimo dijo...

"BASTA DE HOLOCUENTOS" ¿En que mundo vives? Será que no conoces a nadie cuya familia fue asesinado en lo que llamas un cuento.

Debieras de estudiar más las cosas.
Pero claro contestaras que los equivocados son todos los demás.

Anónimo dijo...

Muy interestante. NO se ni como he llegado a este sitio, estaba buscando en realidad por un alquiler de departamentos en palermo, pero en fin he llegado aquí y me ha gustado mucho saber sobre Simon Wiesenthal