domingo, 28 de agosto de 2011

GUERRILLAS ARGENTINAS-GRUPO GEL

"GUERRILLAS ARGENTINAS"

GRUPO G.E.L.

(RAMON TORRES MOLINA & CARLOS FLASKAMP)

*Ramón Torres Molina: Presidente del Archivo Nacional de la Memoria, presentó su libro "Las Guerrillas en Argentina" en el que analiza tácticas y estrategias, políticas y militares de los grupos armados de nuestro país.

Con formación militar en el Liceo Gral. San Martín y en la Escuela Naval, participó de las experiencias armadas que intentaron la revolución durante los procesos anti-populares de la historia reciente de Argentina

*Carlos Flaskamp: Ex-militante de G.E.L, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de Montoneros,

autor de Organizaciones político militares. Testimonio de la lucha armada en la Argentina (1968-1976)

*El grupo Guerrilla del Ejercito Libertador, operó a fines de los ´60, fue una de las primeras organizaciones guerrilleras de Argentina, bajo la conducción de R. T. Molina y la participación de C. Flaskamp

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-Atrapados en Libertad estuvo presente en la presentación de libro, y ademas dialogó con el autor y los protagonistas.

También, reseña del libro de Grabriel Rot sobre el GEL

PODES ESCUCHAR EL PROGRAMA:




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C.A.B.A. - EN EL ARCHIVO NACIONAL DE LA MEMORIA
Presentación del libro “Las guerrillas en Argentina. Análisis político y militar”, de Ramón Torres Molina

Frente a un auditorio Alicia Eguren repleto, el presidente del Archivo Nacional de la Memoria (ANM), Ramón Torres Molina, presentó su libro sobre la historia de las guerrillas argentinas, un análisis que abarca antecedentes, estrategias, limitaciones y derrota de estos actores que irrumpieron en la política nacional para transformar la realidad a través de la lucha armada. Acompañaron al autor, los militantes Ignacio Vélez y Carlos Flaskamp.

La victoria del pueblo vietnamita, las guerras de liberación colonial en Asia y África y la revolución cubana marcaron el horizonte de una generación que eligió ponerle el cuerpo a las ideas para transformar la realidad social. La guerra de guerrillas fue el modelo para miles de jóvenes que levantaron las banderas de la lucha revolucionaria en todo el continente.
Este libro, escrito por uno de sus protagonistas, analiza en clave crítica los principios estratégicos de la guerra de guerrillas, el surgimiento de las guerrillas urbanas, la importancia de su irrupción en la historia política de nuestro país, las limitaciones militares y los errores políticos que condujeron a su derrota.
Torres Molina lo define como “un análisis crítico de las guerrillas argentinas en sus distintas etapas”, que rescata “todo el ejercicio por parte d
e los compañeros que participaron en esta lucha de un derecho inalienable que tienen todos los pueblos, el derecho de resistencia a la opresión.”, sostuvo el autor.
En este sentido, el director de Prensa y Comunicación del ANM, Marcelo Duhalde, señaló: “este libro es indispensable para la construcción de la memoria en la que estamos embarcados”.
Centrado en la etapa del surgimiento de las guerrillas a partir del año 68, su lectura permite reconstruir las posiciones políticas y militares que sostuvieron las organizaciones armadas en relación con los cambios de la realidad política argentina hasta el año 73.
El militante Ignacio Vélez aseguró que: “Cuando uno termina de leer el libro, tiene la sensación de que debió haber sido el primero. Ramón plantea un análisis desde categorías que no han sido analizadas y es como la primera vez que se sale de lo descriptivo anecdótico para comenzar a analizar desde una mirada crítica, rescatando lo positivo y destacando los errores cometidos en el accionar político nuestro en la década de los setenta.“
Vélez también destacó el valor del libro como documento histórico: “Creo que hay mucho para recuperar de esta historia que fue la lucha revolucionaria no sólo nuestra, sino sobre todo del pueblo latinoamericano y este libro nos brinda la posibilidad de que tengamos un lugar en la historia de los argentinos. Uno ve el relato de la historia, aparecemos nosotros y después se sigue relatando la historia. Acá hay un lugar preciso para la decena de miles de compañeros que dieron su vida por una patria digna, justa y soberana.”
Otro tema que aparece a lo largo del recorrido propuesto por Torres Molina es la violencia contrainsurgente desarrollada por el Estado contra las organizaciones armadas; la violación de todas las normas que deberían regir en los conflictos armados internos y sus consecuencias, que se extienden hasta la actualidad.
A su turno, el militante Carlos Flaskamp, rescató su vigencia política: “Del libro llegamos a debatir problemas que parecen del pasado pero tienen muchas influencia sobre las decisiones que tomamos en el presente. Ayuda muchísimo a abrir una conciencia más reflexiva.”
Otros puntos que retoma y profundiza “Las guerrillas en Argentina. Análisis político y militar” es la relación guerrilla, política y lucha armada y, el eje guerra revolucionaria/guerra de resistencia, que definió la particularidad de la lucha armada en argentina.
A lo largo de su exposición el autor repasó los aciertos y los errores cometidos por las organizaciones armadas y concluyó: “más allá de la efectividad del método, de los aciertos políticos o los errores militares, quienes participaron en esa época ejercieron el derecho de resistencia a la opresión y dieron una batalla por la dignidad del pueblo argentino”.

Fuente: Archivo Nacional de la Memoria

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Carlos Flaskamp, ex-militante de la Guerrilla del Ejército Libertador (GEL), de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de Montoneros, autor de Organizaciones político militares. Testimonio de la lucha armada en la Argentina (1968-1976).


Nacido en 1939, Flaskamp inicia su militancia política en 1958. En 1960 luego de romper con el posadismo (una corriente trotskista de la época)entra en contacto con sectores definidos como "Nueva Izquierda" con los que forjan el MIRA (movimiento de Izquierda Revolucionaria Argentina). Su particiapción más focalizada empieza en 1968 cuando participa de varios grupos clandestinos (GEL, FAR y Montoneros). De esa experiencia salén dos libros: "Organizaciones político-militares (Testimonio de la lucha armada en Argentina 1968-1976)", publicado en 2002 y Límites y Desbordes (Lo nacional y lo social en la política argentina) de 2008.

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Las guerrillas en Argentina

Análisis político militar

Ramón Torres Molina

Durante una década las guerrillas fueron actores fundamentales en la política argentina. La violencia contrainsurgente desarrollada en su contra, que violó todas las normas que deberían regir en los conflictos armados internos, tuvo consecuencias que se extienden hasta la actualidad.

En este libro, escrito por uno de los protagonistas de esta etapa de nuestra historia, se analizan los principios estratégicos de la guerra de guerrillas, las originalidades de esos principios aplicados a la realidad de América Latina, el surgimiento de las guerrillas urbanas , su importancia para motdificar la realidad política del país y sus limitaciones militares que junto con gravísimos errores políticos las llevaron a la derrota.

Centrado en la etapa del surgimiento de las guerrillas, aún cuando el análisis se extiende hasta su derrota, se estudian los antecedentes que posibilitaron el surgimiento de las guerrillas, las posiciones políticas y militares que sostuvieron las organizaciones armadas y su relación con las distintas etapas por las que atravesaba la realidad política argentina

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El presidente del Archivo Nacional de la Memoria revisa su gestión.

Por Marcelo Duhalde

Periodista

La oficina de Ramón Torres Molina está en loque fue la Escuela de Guerra Naval, a metros de donde funcionó el centro clandestino de detención de la Esma. Extraño sitio de trabajo para este ex preso político y abogado de 58 años que en la actualidad preside el Archivo nacional de la Memoria. Ahora, reflexiona ante Miradas al Sur sobre la naturaleza de su gestión: denunciar la represión estatal y reivindicar las luchas populares a lo largo de la historia del país a través de la recopilación y exposición de documentos y archivos referentes a las dictaduras que se fueron sucediendo.

–¿Qué fue y para qué se creó la Esma?

–Fue creada en la década del ’20 por una donación municipal con la finalidad de establecer centros de educación. Así nació la Esma, que tenía por finalidad instruir a suboficiales. También funcionó la Escuela Superior de Guerra Naval para oficiales de alta graduación.

–¿Que papel jugó la Esma desde entonces en la política nacional?

–Al realizarse el golpe de Estado del 4 de junio de 1943 aquí se produjo un tiroteo contra las fuerzas del Ejército que avanzaban por la avenida Libertador a tomar la casa de Gobierno. Posteriormente, el 17 de noviembre de 1972 se produce una sublevación de oficiales y suboficiales. Fue en el mismo día de la vuelta de Perón a la Argentina. Apoyando su regreso, capturaron armas para intentar entregárselas a la población. Por este hecho fueron sometidos a un consejo de guerra aproximadamente 56 integrantes de la Armada, oficiales, suboficiales y conscriptos. Y fueron mantenidos en prisión hasta la amnistía del año 1973. Fue una paradoja, desde luego que los altos mandos de la Armada habían querido, en 1972, formar un grupo de tareas con funciones clandestinas, como el que existiría a partir de 1976.

–¿Cómo fue que la Esma se convirtió en un lugar emblemático de la represión?

–En parte, porque está situado en el centro de Buenos Aires y después de Campo de Mayo fue el centro ilegal por el que mayor número de personas pasó. Hay más sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada que de Campo de Mayo por lo que tenemos mayores conocimientos sobre lo que ocurrió allí. Con las acciones de los grupos de tareas, se manifestó la disputa de poder que existía entre las distintas armas. Recordemos los antecedentes históricos. La Marina de Guerra, así se llamaba en ese momento, tuvo un rol protagónico en los hechos de 1955 cuando se derrocó a Perón, desempeñando un papel político fundamental a partir de esa fecha. Sin embargo, en las luchas entre azules y colorados de los años 62 y 63 la Armada pierde poder por las derrotas que sufre en esos enfrentamientos. Entonces hay un intento permanente de ellos por recuperarlo. poder político. Los fusilamientos de Trelew, el 22 de agosto de 1972, forman parte de este intento por recuperar protagonismo. Y se acentúan a partir de 1976, a través de la Esma.

–¿Cómo fue recuperado para la memoria luego de que en la época de Menem hasta se quiso demoler sus instalaciones?

–En primer lugar, hubo una medida de no innovar propugnada por los organismos de derechos humanos, ya que era un elemento de prueba con relación a los hechos que se habían producido en el país. Se preservaba un lugar en el que se habían cometido delitos de lesa humanidad, aun cuando estaban cerradas las vías para acciones judiciales como consecuencia de la vigencia de las leyes de punto final, obediencia debida y decretos de indulto. En esa época se reivindicaba el derecho a la verdad y además era un centro donde habían nacido niños apropiados, a los que se les había sustituido la identidad. Con esos argumentos, se impidió la demolición de estos edificios. Luego, la acción del presidente Kirchner con relación a la reivindicación de la memoria, la verdad y la justicia y el impulso a una política de derechos humanos con la reapertura de los juicios, le otorga otro sentido y otro significado al lugar. Es así como se resuelve el desalojo de la Armada.

–¿Cuál esel sentido de crear un espacio para la memoria en este lugar?

–Forma parte de la reivindicación de la memoria histórica, que es un enfoque que efectúan distintos sectores sociales, organismos no gubernamentales, organizaciones de derechos humanos, tendientes a reivindicar las luchas populares de distintas épocas y además, esclarecer la represión que se desarrolló en nuestro país. Si hacemos un análisis histórico tradicional, esas cuestiones han sido obra de historiadores aislados y eso provocó que durante más de cien años en nuestro país existiese una falsificación de la historia donde por ejemplo a un genocidio se lo llama Campaña del Desierto. Donde a personas que entregaron el patrimonio nacional se le levantan monumentos. Donde personas que tuvieron políticas genocidas, propugnando el exterminio de sectores de la población aborigen o criolla, como Sarmiento o Mitre, tengan lugares que los recuerdan o calles o también monumentos históricos. Esa investigación fue tarea de historiadores individuales y el esclarecimiento de esos hechos fue la labor de la historiografía tradicional. En cambio, la reivindicación de la memoria histórica la hacen sectores sociales en forma mucho más inmediata con los hechos que se produjeron. El análisis de esos hechos ha impedido que aquellos que participaron en delitos de lesa humanidad fueran consagrados como próceres. Hoy no hay ninguna calle que recuerde a los genocidas de la última dictadura.

–¿Cuál esla tarea desarrollada del Archivo Nacional de la Memoria?

Su función es la de preservar los fondos documentales que tenía en ese momento la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación: la Conadep que dio base al Archivo Nacional de la Memoria como resultado de la primera comisión de la verdad que funcionó en el mundo. Cuenta también con el fondo documental elaborado por la Secretaría de Derechos Humanos desde el año ’84 y de material digitalizado, constituido por juicios que se han sustanciado y se sustancian por delitos de lesa humanidad. El ámbito de investigación o competencia del Archivo está referido a la represión estatal, o sea que no tiene límites cronológicos en el tiempo, puede investigar e incorporar materiales referidos a cualquier etapa que se vivió en nuestro país. Hay un grupo de investigadores que está en la búsqueda de documentación y análisis de otros temas no considerados o no existentes en el fondo documental. La tarea futura es la incorporación de fondos documentales que hace a otra etapa del proceso histórico de nuestro país. El Archivo Nacional de la Memoria es activo porque está brindando información a los juicios que se están desarrollando por delitos de lesa humanidad, al Ministerio de Defensa, para los ascensos del personal militar, de las fuerzas de seguridad, a las provincias que lo solicitan en lo que hace al ascenso de su personal o en los ámbitos de seguridad privada donde se analiza si las personas tienen o no antecedentes en este archivo. Esta es la importancia de un archivo especializado a diferencia de un archivo histórico tradicional.

–¿Qué información se puede obtener del archivo? ¿Cómo se accede?

–En el día de hoy, no toda la información está abierta al público. Se está por presentar un proyecto de ley para revertir eso. Por ejemplo, contamos con los boletines reservados de las Fuerzas Armadas. También hay distintas resoluciones que hacen que el material de la Secretaría de Derechos Humanos y relacionados con violaciones de derechos humanos sea confidencial. Nosotros se lo brindamos a los familiares, a organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos y obviamente a la Justicia, sin ninguna restricción.

–¿Cómo está integrado, cuáles son la función y las atribuciones del Ente Nacional de la Memoria?

Es tripartito y tiene jurisdicción sobre las 17 hectáreas que conformaron Esma. Esta integrado por la Ciudad de Buenos Aires a través del Instituto Espacio por la Memoria, por el Estado Nacional –específicamente, la representación del Estado Nacional se hace a través del Archivo Nacional de la Memoria– y un representante de organismos de derechos humanos.

–¿Cuál es el mensaje que se quiere trasmitir a la sociedad desde el Archivo Nacional de la Memoria?

–Primero, la difusión de lo que fue la represión estatal. No sólo de la última dictadura militar, sino hechos anteriores. Y por otro lado, destacar que frente a esos hechos hubo luchas populares destinadas a terminar con esa represión, con esos gobiernos dictatoriales que existieron en nuestro país. Por lo tanto, estamos hablando de reivindicar nada menos que la memoria histórica

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Los archivos de la dictadura

Por Ramón Torres Molina ** Presidente del Archivo Nacional de la Memoria

Periódicamente distintas organizaciones no gubernamentales y personas que intervienen como querellantes en los juicios que se instruyen por delitos de lesa humanidad reclaman que el Estado disponga la apertura de los archivos de la dictadura. Tal pedido está fundado en errores de información. Por cierto que los archivos existieron: la dictadura militar argentina de 1976-1983 documentó los hechos que ejecutaba mediante un sistema burocrático que registraba las órdenes que se impartían, por las cuales se procedía a la detención de personas que en la mayor parte de los casos no volvían a aparecer. Eso está comprobado en los juicios en los que se dictó sentencia y en los que en la actualidad se encuentran en trámite. También se registraba el destino de las personas desaparecidas. Pero esos archivos, en la actualidad, no se encuentran en poder del Estado argentino. Seguramente fueron microfilmados y guardados posiblemente en el exterior, tras ser sustraídos por la inteligencia militar en 1983.

Para ocultar estas pruebas la dictadura, en su última etapa, sancionó el decreto 2726/83, que fue el pretexto que utilizó para sustraer del poder del Estado los archivos de la represión. El decreto se refería a la documentación relacionada con quienes estuvieron a disposición del Poder Ejecutivo. También el Comando en Jefe del Ejército, por radiograma del 23 de noviembre de 1983, dispuso la destrucción de la documentación en poder de las fuerzas militares y de seguridad que le estaban subordinadas, relacionada con lo que llamaban lucha contra la subversión. De esta documentación se han obtenido, en algunos casos, copias simples, formularios de órdenes de detención e incluso copias de sumarios en los que constaban síntesis de las declaraciones efectuadas bajo tortura por los detenidos desa-parecidos, que por su contenido pueden presumírselas como auténticas.

También existe documentación accesoria conservada que contiene valiosa información. Por ejemplo, la documentación del Ministerio del Interior de la dictadura que contiene en detalle las fechas y órdenes de detención de personas que fueron puestas a disposición del Poder Ejecutivo, en la cual se registraba la orden de detención ilegal y el tiempo en el que el detenido permaneció como desaparecido. Cuando se lo legalizaba, se conservaban los registros. Las mismas constancias se advierten en algunos legajos de los servicios penitenciarios, especialmente en las provincias. También se pueden reconstruir parcialmente las listas de quienes participaron en centros ilegales de detención a través de sus legajos. Un archivo que pudo conservarse, y que es efectivamente un archivo de la dictadura (que comprende varias décadas anteriores y algunos años posteriores), es el que perteneció a la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, actualmente en custodia de la Comisión Provincial de la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, bajo control de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata . Documentación parcial de la misma naturaleza se ha encontrado en jurisdicción de otras policías provincial es y de la Prefectura de Bahía Blanca. Toda esa documentación se encuentra en poder de la Justicia y es conocida y analizada por los querellantes. Seguramente va a ser encontrada documentación similar en distintas jurisdicciones.

El Estado nacional ha facilitado el acceso a la documentación que en forma indirecta registra actos de la dictadura. El Ministerio de Defensa, por resolución 173 del 20 de febrero de 2006, dispuso autorizar el acceso a la documentación en poder de las Fuerzas Armadas que pudiese resultar de interés para las investigaciones de los delitos de lesa humanidad, levantando a esos efectos el secreto militar. En el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación fue creado, por decreto 1259/03, el Archivo Nacional de la Memoria, que tiene acceso a toda la documentación en poder del Estado nacional. Como consecuencia de esas investigaciones, el Archivo Nacional de la Memoria ha proporcionado nueva documentación a la Justicia, desconocida hasta ese momento, y ha identificado a personas que han sido imputadas por delitos de lesa humanidad y ha revelado la existencia de centros clandestinos de detención antes desconocidos. También la Unidad Especial de Investigación creada por decreto 715/04 cuenta con atribuciones similares.

De esta forma el Estado democrático ha abierto a la investigación de los delitos de lesa humanidad toda la documentación con la que cuenta, sin renunciar a la búsqueda de los archivos sustraídos.

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La Guerrilla del Ejército Libertador. Vicisitudes políticas de una guerrilla urbana. Publicado el diciembre 16, 2010

Esteban Campos – Gabriel Rot.

Editorial El Topo Blindado

La Guerrilla del Ejército Libertador es un eslabón perdido entre la primera etapa de la guerrilla en Argentina, que se inicia en 1959, y el surgimiento de las organizaciones político-militares de la década de 1970. En su intento de conformar un gran frente integrado por militantes de diversas tradiciones políticas, la experiencia del GEL constituye un jalón en la estructuración de nuevos modos de intervención revolucionaria. Lo significativo de este intento será el esfuerzo por confiar en la unidad de acción contra la dictadura de Juan Carlos Onganía basada en la lucha armada, más allá de la homogeneización ideológica de sus actores y de la integridad que exige un proyecto político unitario.

Este libro es el primer título de la colección Guerrillas olvidadas de la Argentina, que se plantea poner en circulación la historia, proyectos y actuaciones de organizaciones claves para la comprensión de uno de los sujetos más importantes de la historia argentina reciente. El libro consta de dos partes. La primera es un estudio basado en publicaciones periódicas de la época, documentos de la propia organización y testimonios de los sobrevivientes. La segunda parte cuenta con documentos inéditos, entre los que se destaca un revelador documento sobre la moral revolucionaria.

Lo significativo de este intento será el esfuerzo por confiar en la unidad de acción contra la dictadura basada en la lucha armada, más allá de la homogenización ideológica de sus actores y de la integridad que exige un proyecto político unitario. El fin del GEL no dependió de los efectos de la represión que lo castigó dura y rápidamente. Si bien constituyó un elemento de peso, sin duda fue su crisis política la que aceleró la decadencia de su propuesta y, por 10 tanto, de la organización misma. De hecho, en los siguientes años no volverán a repetirse proyectos Enlacede articulación de fuerzas heterogéneas, y los que se dieron, tuvieron como característica central una clara uniformidad de grupos, tradiciones, estrategias y contenidos ideológicos. Un ejemplo 10 constituirá la fusión de las FAR, Descamisados y los Comandos Populares de Liberación en una misma organización: Montoneros. No resulta extraño, entonces, que los militantes del desaparecido GEL, una vez fracasado el proyecto del foquismo amplio, terminarán dispersándose en organizaciones político-militares mayores, que ofrecían una identidad política sin fisuras y una creciente capacidad operativa. A pesar de sus límites, o considerando su fracaso organizacional y político, la experiencia del GEL constituyó un hito en el desarrollo de la lucha armada en la Argentina, y los nuevos planteos que su accionar volcará en los años setenta.


mas info en : Editorial el Topo Blindado
Editorial de La Campana

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