domingo, 18 de julio de 2010

HUMBERTO COSTANTINI


HUMBERTO COSTANTINI 
(2012)

 *Escritor, poeta, militante…su literatura fue editada, publicada, traducida y valorada en muchas partes del mundo. Ganó el premio “Casa de Las Américas” de Cuba. Compuso canciones y trabajo en radio.



*Comenzó en la lucha por un mundo más justo en el Partido Comunista. Después integro el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP) junto a Haroldo Conti y Roberto Santoro. Se exilió en México (1976-1984)



Nos acompañan:



Rosana López Rodríguez: escritora, investigadora y responsable de la publicación de la editorial Razón & Revolución que editó nuevamente obras de Costantini (teatro y poesía).


Luis Brizuela y Miriam Berkowsky: comunicadores, realizadores de radio y cineastas que están desarrollando un documental sobre “Humberto Cacho Costantini”

Luis Bruschtein: Periodista de Pagina/12 y TV Publica, investigador, escritor, amigo, compañero y alumno de Costantini durante el exilio en México

Daniel: Hijo de Costantini

Además: Violeta (hija), poemas hechos canción por Marga Grajer (cantante y compañera Costantini) y por Adrián Goizueta (compositor e interprete argentino radicado en Costa Rica), poemas de y por Costantini, etc…  



ESCUCHAR EL PRIMER PROGRAMA (2012)





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En esta nueva emisión dedicada a Cacho Costantini sumamos recuerdos de:

Nela: Esposa, compañera, madre de sus tres hijos

Pedro Gaeta: Dibujante, artista plástico, amigo, compañero de militancia, ilustrador de sus obras…
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Y más testimonios de:

Rosana López Rodríguez (investigadora) Luis Brizuela y Miriam Berkowsky (cineastas), Luis Bruschtein (Periodista, amigo), Daniel (Hijo) 

Además: poemas recitados y canciones cantadas por Costantini, etc…  

PODES ESCUCHAR EL SEGUNDO PROGRAMA 2012

DESCARGA DIRECTA DESDE AQUI

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HUMBERTO COSTANTINI (programa 2010)
*Escritor, cuentista, novelista, poeta, militante, su literatura fue editada, publicada, traducida y valorada en muchas partes del mundo. Gano el premio “Casa de Las Américas” de Cuba. Compuso canciones y trabajo en radio
*Comenzó en la lucha por un mundo justo en el Partido Comunista. Después integro el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP) junto a Haroldo Conti y Roberto Santoro. Se exilio en México de 1976 a 1984. Falleció en 1987
-LO RECORDAMOS A PARTIR DE LA PUBLICACION DE LOS “CUENTOS COMPLETOS” DE LA EDITORIAL “RAZON&REVOLUCION” CON ROSANA LOPEZ RODRIGUEZ, COMPILADORA Y AUTORA DEL PROLOGO 

-TABIEN NOS ACOMPAÑA DANIEL COSTANTINI, SU HIJO, QUIEN NOS ACERCO MATERIAL INEDITO PARA COMPARTIR CON LOS OYENTES DE ATRAPADOS EN LIBERTAD



PODES ESCUCHAR EL PROGRAMA (2010)
 




Humberto "Cacho" Costantini (n. Buenos Aires, el 8 de abril de 1924 – † Buenos Aires, 7 de junio de 1987) fue un escritor porteño. Hijo único de inmigrantes judíos italianos, residió en el barrio de Villa Pueyrredón.

De su primer matrimonio con Nela Nur Fernández nacieron tres hijos: Violeta, Ana y Daniel. Completó sus estudios universitarios y se recibió de médico veterinario. Ejerció su profesión en los campos cercanos a la ciudad de Lobería (provincia de Buenos Aires), donde se trasladó con su esposa. En estos años nacieron sus dos hijas.

En 1955 regresó a Buenos Aires, donde ejercio diversos oficios, veterinario, vendedor, ceramista, investigador, etc. Al poco tiempo de volver a Buenos Aires, nació su hijo Daniel.
Humberto Costantini: "atornillarse a la silla"

A la par de ejercer estos oficios escribía, corregía, volvía a escribir diariamente, con una disciplina férrea, “atornillado a la silla”, como solía decir. Su primer libro de cuentos, De por aquí nomás se publicó en 1958 y a partir de allí una larga bibliografía que abarca todos los géneros literarios, cuento, poesía, teatro, novela hasta su obra inconclusa: Rapsodia de Raquel Liberman en la cual, en tono bíblico, relata la gesta de una prostituta judía, esclavizada por la siniestra Zwi Migdal, quien se rebela contra este destino y deja su vida en ello.


Y aquí aparece una vez más el tema fundamental, el eje conductor de la obra y de la vida de Costantini: “Hacer lo recto a los ojos de Jehová, es decir acatar su destino...”, como él solía decir. Esta acti
tud, este hacer lo recto, lo lleva en muchos momentos de su vida a, como Raquel, enfrentarse con los poderosos. Costantini es víctima de persecuciones políticas y de listas negras, de alcahuetes y chupamedias. Esta postura que Cacho, como lo llamaban sus amigos, ejercía sin aspavientos, naturalmente, como único camino posible para transitar por la vida, le generaba odios y lealtades profundas. Con Costantini no había medias tintas, o se era honesto o se era chanta. Costantini no perdonaba las agachadas de ninguna índole y esto lo hacía público.


Desde joven se involucra en la militancia política, desde su época de estudiante se enfrenta con los fascistas de la Alianza Libertadora Nacionalista, militó en el Partido Comunista y posteriormente se alejó por tener serias divergencias con la conducción burocrática y prosoviética. Consecuente con su “hacer lo recto...” es su emotiva y profunda admiración hacia Ernesto Che Guevara. En los años 70' milita en la izquierda revolucionaria junto a otros escritores como Haroldo Conti, Roberto Santoro quienes, secuestrados por la criminal dictadura de Videla, aún permanecen desaparecidos. Escribe, entre sobresaltos y escapadas, en casas clandestinas, a horas impensadas, la novela De Dioses, hombrecitos y policías que publica en México y con la que obtiene el Premio Casa de las Américas. De esta novela dijo Julio Cortázar, "me encanta lo que Humberto Costantini hace y tengo mucha confianza en su trabajo. Para mi él es un escritor muy importante". En la novela, reeditada en 2009 por ediciones Lea, presenta los años de la dictadura en Argentina desde una perspectiva paródica. Narra la intervención de dioses que manejan a su antojo tanto a hombrecitos como a los policías, mientras unos y otros ignoran la presencia de los olímpicos y su protección o condena. Estos dioses griegos son especiales, no protegen a héroes sino a ‘antihéroes’. Y su conducta –para nada ejemplar- desacredita su autoridad. “De dioses, hombrecitos y policías” pone en primer plano la circunstancia de un intelectual de la época, al haber sido escrita entre el campo minado de la persecución y el tembladeral del exilio. En 1976 Humberto Costantini es obligado exiliarse en México. Allí continúa su obra y obtiene premios importantes. Padece el exilio “que lo obliga a pasar lista diariamente a sus seres queridos como si a la ciudad la asolara un tifón...”. Conduce talleres literarios y publica, hace programas de radio y se enamora. Como dijo a su regreso: “En fin, viví...”. Otra de sus pasiones fue el tango. Admirador de Osvaldo Pugliese, de Aníbal Pichuco Troilo y de Eduardo Arolas, fue cantor y bailarín, conocedor de letras y de historias de tango. En las reuniones de amigos no faltaba una guitarra que acompañara su voz llena de pasión en la milonga Marieta o en El adiós de Gabino Ezeiza. Compuso milongas y letras de tangos, algunos de ellos fueron grabados.

En 1983 regresa a Buenos Aires después de 7 años, 7 meses y 7 días de exilio. Allí vive la primavera democrática. Camina por su ciudad, conversa con las paredes de su barrio y con viejos amigos de la infancia, atorrantea boquiabierto por su Buenos Aires.

Su obra ha sido publicada en varios países e idiomas, entre otros en alemán, checo, inglés, finlandés, hebreo, polaco, sueco y ruso.

Contrae una enfermedad que lo lleva a la muerte la madrugada del 7 de junio de 1987. La noche anterior había trabajado como cada día, aprovechando el leve bienestar entre quimioterapias, en su novela La rapsodia de Raquel Liberman, de la cual alcanzó a completar dos tomos. Esta obra permanece inédita.

Trailer del documental en proceso de producción sobre el escritor Humberto Costantini, con guión y dirección de Luis Brizuela y Miriam Berkowsky
Cámara y edición de Ezequiel Brizuela y Pablo Costantini


Novedad de Ediciones ryr (LINK R&R)
Humberto Costantini (1924-1987) nació y murió en Buenos Aires. Militó desde joven en el Partido Comunista, aunque su principal experiencia política la hizo en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, junto a Roberto Santoro y Haroldo Conti. Veterinario de profesión, abrazó la literatura desde muy joven. De su obra pueden destacarse los volúmenes de cuentos De por aquí nomás, Háblenme de Funes, Bandeo y En la noche, así como los poemarios Cuestiones con la vida y Más cuestiones con la vida. Incursionó también en el teatro y la novela. En este último género se destaca La larga noche de Francisco Sanctis, traducida a varios idiomas.

“Nos estamos ocupando de un tipo especial de comunicación entre los hombres: un tipo de comunicación profunda, de adentro, parecida al amor, parecida tal vez a la charla de dos amigos frente a un vaso de vino...”
Humberto Costantini

“La narrativa de Costantini, plena de confianza en la vida, reivindica el movimiento y la transformación, es una provocación a la conciencia y, aun en el balance de las derrotas, da testimonio de rebeldía frente al poder y el statu quo. Es re-ligiosa en su sentido original: la comunión necesaria del género humano, su comunicación indispensable. Éste es un verdadero realismo, dinámico, del movimiento, de la comunicación. El que nos guía, a través del laberinto, como un hilo sutil que no es otro que el de la vida misma.”
Del Prólogo de Rosana López Rodríguez

Humberto Costantini, Cuentos completos.
Uno de los mejores exponentes de la literatura argentina y, al mismo tiempo, uno de los menos reconocidos, Humberto Costantini, no tiene todavía una edición completa de sus obras. Ediciones ryr sacará a la luz el próximo mes un primer volumen con la totalidad de los cuentos del gran escritor. En esta sección de El Aromo ofrecemos al lector un adelanto, compuesto por un fragmento del prólogo de Rosana López Rodriguez y un cuento de Costantini.

Humberto Costantini, único hijo de una familia proveniente de Italia, de origen judío sefardí, nació el 8 de abril de 1924 en la capital argentina. Pasó su infancia en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, pero su profesión, médico veterinario, lo llevará a radicarse por un tiempo en Lobería, provincia de Buenos Aires. Casado con Nela Nur Fernández, tuvieron dos hijas, Violeta y Ana. En 1953 regresó a Buenos Aires donde, dos años, después nacería el último hijo del matrimonio, Daniel. En el duro oficio de mantener una familia, el de “veterinaria” fue sólo uno de los varios que debió desplegar. La literatura sería, por el contrario, una pasión permanente.
La escasa consideración que Costantini ha merecido por parte del gran público argentino contrasta, sin embargo, con su éxito internacional. De dioses, hombrecitos y policías vendió un millón de ejemplares en la entonces U.R.S.S. y La larga noche de Francisco Sanctis ya llevaba, en 1987, cuatro ediciones en inglés, una en noruego y otra en hebreo. El resto de su producción conoció también otros países y diversos idiomas: alemán, finlandés, polaco, búlgaro, ucraniano, sueco.
En 1987 falleció dando una dura batalla contra una enfermedad que le dejaba poco tiempo para lo que más quería: escribir. No por casualidad, su última hora le llegó en eso: solía decir que mientras no terminara la novela en la que estaba entusiasmado, no se iba a morir. Lamentablemente, no fue así y nos dejó inconclusa la historia de una prostituta judía atrapada en las redes de la Zwi Migdal, dos tomos aún inéditos con título La rapsodia de Raquel Liberman. Sin embargo, contra toda tristeza y toda tragedia, su pronóstico se ha cumplido, porque su escritura nos ha dejado un hombre que nunca terminará de morir. Entre 1924 y 1987, su vida y esa obra.
Su primera publicación fue un libro de cuentos, De por aquí nomás, en 1958. Los que siguieron (1963) fueron los de Un señor alto, rubio, de bigotes. Un año después llegó el teatro, con Tres monólogos (“Estimado prócer”, “La llave” y “Un señor alto, rubio, de bigotes”). Su primer poemario data del ’66, Cuestiones con la vida. Otro libro de cuentos sale a la luz en el ’67, Una vieja historia de caminantes. Háblenme de Funes, de 1970, constaría de tres novelas breves, como veremos, con modo en disputa: prosa poética o poesía narrativa. En 1973, escribió el Libro de Trelew, un homenaje épico a los compañeros fusilados el 22 de agosto de 1972 en la cárcel homónima. Más cuestiones con la vida es el segundo libro de poemas, del año 1974, una edición aumentada de la primera, con varias revisiones. Fue el número 5 de la colección La pluma y la palabra, de la editorial Papeles de Buenos Aires, dirigida por Roberto Santoro. Bandeo (1975) es la última colección de cuentos publicada antes del exilio, en junio de 1976. De dioses, hombrecitos y policías, una novela escrita en la dictadura, mientras el autor se veía obligado a escapar de la persecución política, a vivir en la clandestinidad y a contar a los compañeros caídos, se publicó en México en 1979. Ésta, como en su momento Mascaró, de Haroldo Conti, compañero de militancia, fue Premio Casa de las Américas en 1979.
En México volvió a la producción teatral con Una pipa larga, larga con cabeza de jabalí de 1981, una obra para niños que ese mismo año recibió el Premio Nacional de Teatro. Su segunda novela, La larga noche de Francisco Sanctis, de 1984, precedió la publicación de los cuentos de En la noche, un año más tarde. Dos de ellos ya habían sido premiados: “Cacería sangrienta o la daga de Pat Sullivan” había ganado el Concurso Hispanoamericano de Cuentos de Puebla (en 1978) y “Fin de semana”, el de la revista Plural, en 1982. Durante su exilio dirigió talleres literarios, fue secretario de redacción de unomásuno desde el momento de su fundación en 1977, e hizo programas en radio.
Regresó al país en 1983, trayéndose Chau, Pericles, que se editó en 1986 junto con sus otras obras teatrales. Una reflexión acerca de la devastación de la sociedad y la cultura argentinas después de los ’70, de cuya superación Costantini se manifestaba pesimista: “los griegos están esperando desde hace 2.500 años la repetición de su prodigio. Nosotros, que hemos gestado hechos como un cuento de Borges, un tango de Arolas, una zamba de Dávalos y Falú, ¿podemos estar tan seguros de que esos lujos de la cultura argentina volverán a repetirse?” (1) Sin embargo, ya en el país, el autor reconocerá su fe recobrada por la democracia burguesa, insinuando una respuesta positiva. (2)
Costantini, un apasionado de la “música ciudadana”, también compuso letras de tango y milongas, algunas de las cuales llegaron a grabarse. Una de ellas puede apreciarse en la página cultural de La Razón, de 1985, donde se publicó la “Milonga de aquella yunta”, con música del compositor Osvaldo Avena, donde se canta el encuentro entre “Mate Cosido” y Juan Bautista Bairoletto.
Escritor por vocación, Costantini se involucró activamente en política desde su época de estudiante universitario, ligado al Partido Comunista y enfrentado a la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación de derecha católica que funcionó como fuerza de choque del peronismo. Así y todo, mantuvo serias discrepancias programáticas en torno a la dirección burocrática y stalinista y, finalmente, abandonó el partido.
También desarrolló una importante actividad gremial, en particular, en la SADE. En 1973, se presentó a elecciones como candidato a presidente por la lista Movimiento de Escritores por la Liberación Nacional. El vicepresidente, Raúl Larra. Los secretarios, Juan José Manauta y Roberto Santoro y el tesorero, un poeta cuya desaparición hemos sufrido recientemente, Julio César Silvain. Lubrano Zas, Armando Tejada Gómez y Marcos Silber también integraban la lista. Dos años después participó como vocal titular con la Agrupación Gremial de Escritores, un frente cuya lista estaba encabezada por Elías Castelnuovo y Bernardo Kordon. El candidato a secretario era David Viñas; el resto se integraba con Roberto Santoro, Alberto Luis Ponzo, Rafael Vásquez, María Rosa Oliver, Iverna Codina, Héctor Borda Leaño, Carlos Alberto Brocato, Alberto Costa, Luciana Daelli, Guillermo Harispe, Isidoro Blaistein, Hebe Benasso, Hugo Ditaranto, Martín Campos, Simón Kargieman, Lubrano Zas, Nira Etchenique, Liliana Heker y María Cristina Taborda. En ninguna de las dos ocasiones ganaron.
Con relación a su militancia partidaria, ya por esta época formaba parte del PRT, al igual que Conti y Santoro. Amenazado, dejó el país por ocho años. Una vez de regreso, se lo escuchó esperanzado. La apertura democrática después de la derrota de los ’70 fue, para muchos artistas e intelectuales que habían luchado por una sociedad distinta, una forma de creer que no se había perdido todo. En sus últimas declaraciones queda claro que Costantini había abandonado, junto con el largo sufrimiento y la distancia, la identidad política que había abrazado en los ’70, aunque seguía convencido de la necesidad de un mundo mejor.
Aun así, su literatura traiciona las ideas políticas de su última etapa. Plena de confianza en la vida, la narrativa de Costantini reivindica el movimiento y la transformación y da testimonio de rebeldía frente al poder y el statu quo. “¡Diga algo doctor!”, perteneciente a su primer libro de cuentos, es prueba de lo que decimos


ESCUCHA EL INFORME DEL PROGRAMA DE RADIO "EL DESCONCIERTO DEL DOMINGO" DE QUIQUE PESOA, SOBRE HUMBERTO COSTANTINI, CON ROSANA LOPEZ RODRIGUEZ DE R&R (CON UN POEMA DE H.COSTANTINI DEDICADO A CARLOS GARDEL, LEIDO POR ARTURO BONIN)




Cuentista, novelista y autor teatral nacido en Buenos Aires. En su vida y hasta en su aspecto físico, era una especie de antítesis de Jorge Luís Borges. En 1959 y junto con Arnoldo Liberman, Oscar Castello y Víctor García Robles fundó la revista de literatura El Grillo de Papel. Publicó entre otros, Un señor alto, rubio, de bigotes (1963), Tres monólogos (1965), Más cuestiones con la vida (1967), Una vieja historia de caminantes (1969), Háblenme de Funes (1971), Los héroes de Trelew (1973), Bandeo (1975) y De dioses, hombrecitos y policías (1979). Esta última novela consiguió el Premio Casa de las Américas y ha sido traducida al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Al instaurarse la dictadura argentina en 1976, se exilió a México. Humberto Constantini escribió sobre las cosas comunes, desde el Che hasta Gardel, pasando por los conventos de Buenos Aires, los clubes sociales y culturales y las peñas literarias. Regresó a su país en 1984, tres años antes de su muerte el 7 de junio de 1987. Dejó inconclusa su novela Rapsodia de Raquel Liberman.

Poema en video: Che de Humberto Costantini por Darío Grandinetti


Sábado, 5 de junio de 2010
LITERATURA › SE PRESENTARON LOS CUENTOS COMPLETOS DE HUMBERTO COSTANTINI

Al rescate de un escritor humillado

En la Biblioteca Nacional, Horacio González y Rosana López Rodríguez pusieron en relieve la formidable prosa del autor de Villa Pueyrredón, hasta ahora condenado a ese ostracismo de los libros que salen pero nunca se reeditan.

Por Silvina Friera
Enhorabuena, Don José, “la cebolla tiene que estar bien doradita”. La telaraña de rabia sorda que se va tejiendo día a día en la cabeza de Ernesto –la plata se le escapa “como arena fina entre los dedos” a este vendedor ambulante de encendedores– es un relato del pasado que lastima en tiempo presente. Estos personajes son algunas de las tantísimas “pequeñas criaturas” que circulan por las venas abiertas de la obra de Humberto Costantini, un escritor que integra el panteón de los humillados y olvidados, cuyos libros no vuelven a ser publicados. Enhorabuena, para todos los lectores, los de ayer y los de hoy, se editan por primera vez sus Cuentos Completos (Ediciones RyR), prologado por Rosana López Rodríguez. En la Biblioteca Nacional (BN), Horacio González festejó la aparición del libro por “su enorme valor”. “Afirmaría para mí que casi había olvidado a Costantini, pero lo había leído en mi adolescencia por muchas razones.” Una de las razones de esa temprana aproximación es un barrio de Buenos Aires donde vivió el escritor y el director de la BN: Villa Pueyrredón.
Se hablaba de Costantini en Villa Pueyrredón; en algunas esquinas se leía El grillo de papel, El escarabajo de oro –dos revistas en las que el escritor publicó cuentos y textos críticos–; el nombre de Abelardo Castillo era conocido. González se preguntó por qué motivos entra un autor en el afán del lector. Las respuestas pueden ser muchas, pero el sociólogo se detuvo en particular en los intereses de lectura de un joven de un barrio marginal de la ciudad –él mismo–, a principios de los años ’60, y los ecos que le llegaban de las lecturas corrientes que estaban, entonces, en debate en el horizonte temporal. “En Villa Pueyrredón lo poco que conocíamos del debate de la literatura argentina, como destino barrial, sólo podía estar más cerca de Boedo que de Florida, aunque con los años se matizaría gradualmente”, repasó. Al releer los cuentos, González comprobó que aparece Villa Pueyrredón, tal como creía recordar, con dos colectivos sin los cuales no existiría el barrio: el 107 y el 217. “Villa Pueyrredón es un barrio sin destino literario, y sin embargo aparece en la literatura de Costantini, del cual no se habla mucho.”
González subrayó que no es fácil ubicar la obra de Costantini porque “desafía el modo en que se escribe la literatura argentina”. Pero más allá de ese obstáculo, propuso reflexionar sobre la herencia literaria del escritor que se puede rastrear en los Cuentos Completos, que incluyen De por aquí nomás (1958), Un señor alto, rubio, de bigotes (1972), Una vieja historia de caminantes (1967), Háblenme de Funes (1980), Bandeo (1975), En la noche (1985), y relatos publicados en revistas, que no integraron ninguno de estos libros, como “Trasvasamiento”, “Política y pantalones largos”, además del inédito “Los limonares de Sodoma”. “Parte de lo que leí me recordó algo de Roberto Mariani, sin duda no sería tan inadecuado para la época por el estilo coloquialista”, sopesó el director de la Biblioteca Nacional. “Por cierta idea de una ternura pesimista, quizás esté vinculado con Enrique Wernicke. Y a la distancia con Haroldo Conti; hay evidentemente un lirismo compartido: el lirismo de los realistas. El realismo no evita las grandes figuras de la retórica; al contrario, las tiene y muchas.” González encontró en ciertas zonas de la obra algo relacionado con los cuentos jasídicos. “El cuento jasídico refleja la enorme paradoja de la existencia: las cosas no se encuentran donde se esperaban. Y todo eso contado con una respiración de lo coloquial. Las pequeñas criaturas tienen mucho que decir; están tocadas por un sentimiento trascendente, muchas veces de naturaleza sagrada, pero tan teñido de pesimismo, de fracaso, de angustia, que muy remotamente está Roberto Arlt, sólo que envía a los personajes al otro lado, a la loma de los quinotos. No hace lo mismo Costantini”, aclaró el sociólogo.
López Rodríguez dijo que publicaron los cuentos completos del escritor porque, “a pesar de haber tenido mucho éxito internacional, sobre todo en la década del ’80, no es conocido ni divulgado en nuestro país”. Los críticos, señaló la responsable del prólogo, suelen advertir que la obra de Costantini está atravesada por la preocupación social, una tradición que conecta al autor con el boedismo y el realismo socialista. “En nuestra historia de la crítica literaria tanto boedismo como realismo socialista están considerados negativamente. El boedismo es determinista, pesimista, miserabilista”, aseguró. “Después de trabajar con los textos de Costantini, si hay algo que no aparece es este pesimismo, este determinismo para con los destinos de sus personajes”, agregó López Rodríguez. “Costantini –aclaró– se desvinculó del PC justamente por las discrepancias con el programa del estalinismo, con lo cual tampoco se puede acusar a su obra de estalinista ni de haber tenido un programa dirigido por el partido. Todavía hoy la palabra realista es mala palabra, porque al realismo se lo entiende en un sentido superficial de imitación, de copia, de reflejo. No es el verdadero sentido que tendría que tener la palabra realismo, que debe ser entendida como representación de la vida con todo el movimiento que esa vida implica.”
González destacó que “Guardado”, la historia de un militante político perseguido, es un cuento “excelente”. “La literatura de Costantini es una literatura extremadamente atenta a los desgarramientos de una sociedad, a las luchas políticas; pero hay algo vinculado a lo que les falta a las existencias. Y que nunca tendrán. Hay una idea de que el mundo político como lucha siempre implica abandonar el mundo barrial, donde se podría ser feliz. Es un combate que ocurre en la Argentina, en un barrio de la ciudad, pero sin embargo hay una apelación a la idea de género humano en su conjunto. La destreza de Costantini lo lleva a la peripecia universal, al desgarramiento de las vidas y sus angustias características. Pero va más allá del realismo socialista. La historia transcurre en un barrio de Buenos Aires, pero puede ser un barrio de San Petersburgo.”


Presentación de Cuentos Completos de H. Costantini - 1 from Razón y Revolución - CEICS on Vimeo.



Presentación de Cuentos Completos de H. Costantini - 2 from Razón y Revolución - CEICS on Vimeo.



El principio del miedo (PUBLICADO EN ABRIL DE 2009)

Ganadora del premio Casa de las Américas en 1979, esta novela de Costantini transita los meses previos al golpe de Estado de marzo del ’76 y echa luz sobre los mecanismos policiales de infiltración en los círculos culturales.
De Dioses, hombrecitos y policías
Humberto Costantini

Ediciones Lea
223 páginas
De qué país da cuenta la obra de Costantini? Un lugar donde el aroma a glicinas y la candidez de la vida en un barrio quedaron en el baúl de los recuerdos. El país del ómnibus 110 que atravesaba la avenida Nazca y el chofer regordete y con las mejillas rojas hablaba con los pasajeros y daba su función diaria entre risas y espejos. El barrio era Villa Pueyrredón donde la memoria insiste en volver una y otra vez con su carga de sentidos. Humberto Costantini (Buenos Aires, 1924-1987) da cuenta de aquel país con un tono acodado en lo más sagrado del imaginario popular: la amistad, el amor, la poesía. De Dioses..., novela ganadora del Premio Casa de las Américas en 1979 es la historia del accionar represivo que vivió el país en los meses previos al golpe de Estado de marzo de 1976. Lo hace desde las reuniones que una Agrupación de poetas lleva a cabo en una casona de Villa del Parque. Apelando por momentos al humor, al tono irónico que genera el encuentro semanal de los amantes de los versos, obsesionados por leer sus trabajos en público. Costantini como una trama secreta, como un rumor subterráneo, va echando luz sobre los mecanismos policiales para infiltrar toda reunión social, para saber vida y obra de los asiduos concurrentes de las tertulias (“De acuerdo con los datos que poseemos la actividad de la célula es intensa”). En este contexto de violencia ininterrumpida el lenguaje es un bálsamo para amortiguar tanto odio, tanta paranoia en un lugar donde justamente se persiguen las palabras. Costantini logra que la vieja casona, el umbral y las magnolias de la calle Marcos Sastre generen una y otra vez presencias insustituibles.
El autor que escribió en las revistas El grillo de papel, El escarabajo de oro y Propósitos, entre otras publicaciones, deja en claro que todo verdor perecerá, pero él estará allí para narrarlo. Que aparecerán las chicas de la UMA (Unión de Mujeres Argentinas), las manifestaciones de los años ’70, las palabras revire, julepeados y el tono épico para ahuyentar tanta desgracia.
El autor, exiliado en México durante siete años, siete meses y siete días, es recordado entre poetas y escritores por su libro de poemas Cuestiones con la vida. En especial por sus poemas “Yanquis hijos de...” que fue recitado en festivales al aire libre, peñas y cumpleaños por doquier. En la novela, en cambio, el escritor arriesga lo suyo en la construcción de una gran escena de terror sin solución de continuidad. Como un mecanismo de relojería va transitando y exponiendo una pieza desgajada y reconstruyendo las partes. El lector por fortuna advierte el truco, pero no puede dejar de ver el procedimiento. La escritura atada a la pasión, los grupos de cultura de ese entonces creando un lugar de pertenencia y el amor al fin como un puñal tibio en el bloque de hielo que era aquel país dominado por el miedo y los coches sin chapa. La escritura entonces construye su propio azar, su propia música a prueba de balas.

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Un escritor que nunca deja de volver
Hablar de Humberto Constantini es referirse a una generación que eligió, en este caso, la pluma y el fusil, la revolución y la humanidad para llevar adelante la vida.
Hablar de Constantini es remitirse a Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Francisco Urondo y Roberto Santoro, por nombrar sólo algunos. Cuando ellos aparecen desde sus historias, sus libros y sus heroísmos es imposible no detenerse a pensar en los dolores del país y sus miserias actuales. Pero también, cuando esa generación asoma se tiene la certeza que se puede y que lo único que se deben romper son las cadenas.
Militante del PRT-ERP, Constantini nació el 8 de abril de 1924 en Buenos Aires. Hijo único de inmigrantes judíos italianos, sus días transcurrieron en el barrio de Villa Pueyrredon. Egresado en la carrera de veterinaria, este oficio no fue el único en su vida: ceramista, investigador y vendedor fueron sus labores mientras escribía y corregía con una disciplina y “atornillado a la silla”, como a él le gustaba decir. Casado con Nela Nur, tuvieron tres hijos y su primer libro de cuentos, “De por aquí nomás”, se publicó en 1958.
Coherente a la generación del ’70, el motor que lo impulsó a la militancia revolucionaria fue la figura de Ernesto Guevara y la Revolución Cubana. Anteriormente, había integrado el Partido Comunista, del que se alejó por las divergencias que mantenía con la conducción prosoviética.
Cuando el país cayó bajo el férreo mecanismo represivo de la dictadura militar de 1976, Constantini se exilió en México a regañadientes. En el país azteca continúo aferrado a la literatura y también llevó adelante una serie de programas de radio. El 16 de enero de 1984 regresó a Buenos Aires, luego de un exilio de 7 años, 7 meses y 7 días. El 7 de junio de 1987, una enfermedad lo venció. Los que lo conocieron, aseguran que Constantini estuvo escribiendo hasta la última noche de su vida.

Bibliografía de Humberto Constantini

De por aquí nomás (cuentos) ediciones en 1958/1965/1969
Un señor alto, rubio de bigotes (cuentos) ediciones en 1963/1969/1972
Tres monólogos (teatro) ediciones en 1964/1969
Cuestiones con la vida (poemas) ediciones en 1966/1970/1976/1982/1986
Una vieja historia de caminantes (cuentos) edición en 1970
Háblenme de Funes (tres novelas breves) ediciones en 1970/1980
Libro de Trelew (narración épica) edición en 1973
Más cuestiones con la vida (poemas) edición en 1974
Bandeo (cuentos) ediciones en 1975/1980
De Dioses, hombrecitos y policías (novela) ediciones en 1979/1984
Una pipa larga, larga, con cabeza de jabalí (teatro) edición en 1981
La larga noche de Francisco Sanctis (novela) edición en 1984
En la noche (cuentos) edición en 1985
Chau, Pericles (teatro completo) edición en 1986
La rapsodia de Raquel Liberman (novela; dos tomos de tres concluidos; 1987)



Grabación de la presentación del libro 'Cuentos Completos 1945-1987' de Humberto Costantini.
Hablan Lilian y Oscar Garrido, Jorge Boccanera y Luis Bruschtein. Con la participación especial de Alejandro del Prado. La presentación se realizó en la librería Barrilete del Centro Cultural Razón y Revolución en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Condarco 90), el 03 de septiembre de 2010.
ISBN 978-987-1421-33-6, 1ra edición, CEICS-Ediciones RyR 2010, Buenos Aires, Argentina, www.razonyrevolucion.org.ar









Presentacion 2012 Intervención de Arturo Bonín en la presentación del libro "Poesía y Teatro. Obra completa", de Humberto Costantini, Ediciones ryr. Martes 21 de agosto de 2012, Biblioteca Nacional. Intervención de Luis Brizuela y Miriam Berkowsky en la presentación del libro "Poesía y Teatro. Obra completa", de Humberto Costantini, Ediciones ryr. Martes 21 de agosto de 2012, Biblioteca Nacional. Barrilete Libros, librería y centro cultural de Razón y Revolución. Los mejores libros nuevos y usados de Izquierda, Marxismo, Psicología, Economía, Educación, Comunicación, Filosofía, Sociología, Historia, Arte, Política, Literatura y Poesía. Condarco 90 (Flores, CABA) Tel: 4611-7695 consultas@barriletelibros.com.ar Humberto Costantini (1924-1987) nació y murió en Buenos Aires. Militó desde joven en el Partido Comunista, aunque su principal experiencia política la hizo en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, junto a Roberto Santoro y Haroldo Conti. Veterinario de profesión, abrazó la literatura desde muy joven. De su obra pueden destacarse los volúmenes de cuentos De por aquí nomás, Háblenme de Funes, Bandeo y En la noche, así como los poemarios Cuestiones con la vida y Más cuestiones con la vida. Incursionó también en el teatro y la novela. En este último género se destaca La larga noche de Francisco Sanctis, traducida a varios idiomas.

1 comentario:

Blanca Bernasconi dijo...

Yo fui su alumna en el taller literario de los jueves, en el exilio mexica. Fui una de sus alumnas preferidas. Aún no me creo que se haya ido. Nunca pude aceptarlo. Mi nombre es Blanca Bernasconi