domingo, 22 de mayo de 2011

GENOCIDIO ARMENIO

“GENOCIDIO ARMENIO”

*El 24 de abril de 1915 comenzó la primera matanza masiva de la historia moderna: el pueblo armenio fue masacrado y obligado al exilio a manos del imperio turco-otomano

Mas de un millón 500 mil armenios fueron asesinados y otra cantidad similar tuvo que abandonar sus tierras ancestrales

*En abril de 2011 la justicia argentina reconoció a Turquía como responsable del delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio.

La demanda había sido presentada en el año 2000 por el escribano Gregorio Hairabedián, descendiente de 50 armenios victimas del genocidio.

A 96 años del inicio de la masacre, hablamos con Gregorio Hairabedián, escuchamos documentales históricos, música tradicional Armenia y otras
manifestaciones artísticas realizadas por y para el pueblo armenio

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Genocidio Armenio

El Genocidio Armenio fue el primero del siglo XX, el mismo fue perpetrado por el Imperio Turco-Otomano entre 1915 y 1923. El Gobierno de los jóvenes turcos tenía dentro de sus planes darle una solución a la Cuestión Armenia y el inicio de la primera Guerra Mundial fue el escenario propicio para lograr este objetivo.

El plan de aniquilamiento sistemático llevado a cabo por los Jóvenes Turcos culminó con la muerte de más de 1.500.000 de armenios, y con la deportación de otro millón de armenios de sus tierras ancestrales. El Genocidio Armenio conforma una realidad histórica incuestionable. Sin embargo, su victimario, el Estado Turco, lo niega sistemáticamente, logrando que este crimen permanezca impune.

Los intereses geopolíticos de las grandes potencias, principalmente de los Estados Unidos, sobre Medio Oriente, la ubicación estratégica de Turquía para la obtención de energía y su participación como miembro de la OTAN, permiten que el Estado turco continúe negando el genocidio contra los armenios, dejando en evidencia la prevalencia de ciertos intereses sobre los Derechos Humanos.

Asimismo, en la insistencia de ocultar y negar la existencia del genocidio sufrido por el pueblo armenio, el Estado Turco intenta a través de todos los medios posibles desviar y dilatar el reconocimiento de su responsabilidad en el crimen cometido. De esta forma, TODOS X ARMENIA es un sitio que acompaña los reclamos de la Diáspora y la lucha por el RECONOCIMIENTO DEL GENOCIDIO ARMENIO por parte de su responsable, el Estado de Turquía, y de la comunidad internacional en general





El Genocidio en dos palabras
La estratégica posición de la meseta de Armenia, cruce de caminos de las caravanas comerciales entre Oriente y Occidente, fomentó el interés de los pueblos que la rodeaban, y fue determinante de que haya sido conquistada sucesivamente por persas, macedonios, romanos, más tarde fue la dominación bizantina y luego la árabe. Hacia mediados del siglo XI aparecen en la región los selyúcidas, nómades mongoles del Asia Central, luego los tártaros y más tarde los turcomanos.

Entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, la región este de Armenia se convirtió en área de conflicto entre los turcos otomanos, los persas y los rusos quienes a partir de entonces comienzan a tener presencia en la geopolítica de la región.

El Genocidio Armenio

Los primeros pasos los dará el sultán Abdul Hamid (1876-1909). Entre 1884-1896 son masacrados aproximadamente 300.000 armenios. Es derrocado el sultán Hamid el poder pasa a manos de los Jóvenes Turcos.

Lo que en principio pareció el inicio de una época de paz y fraternidad, basada en la igualdad de derechos, poco a poco se fue transformando en el período más oscura de la historia armenia.

En el nuevo orden elaborado por los Jóvenes Turcos, los armenios constituían un obstáculo. La Primer Guerra Mundial facilitó la concreción de su objetivo: transformar un imperio heterogéneo en un estado homogéneo fundado en el concepto de un pueblo, una nación.

"Una de las metamorfosis más inesperadas y trágicas de la historia contemporánea armenia fue el proceso que se desarrolló de 1908 a 1914, durante el cual los Jóvenes Turcos, de apariencia liberal, se transformaron en nacionalistas extermos, ávidos de crear un orden nuevo y de suprimir la cuestión armenia, eliminando al pueblo armenio" (Richard Hovannisian "La question arménienne").

Del 23 al 24 de Abril de 1915 fueron detenidos, deportados a Anatolia y asesinados unos 650 dirigentes armenios de Constantinopla. A partir de entonces, se dio la orden de deportación de la población civil, desde las zonas de guerra en el Cáucaso, hacia los centros de reinstalación, en los desiertos de Siria y Mesopotamia.

El mismo esquema de arresto y asesinato de los líderes y de los hombres mayores de 15 años, así como la deportación del resto de la población -mujeres, ancianos y niños-, hacia los desiertos de Siria, se repitió en todos las localidades armenias.

Esta larga marcha, que para muchos fue el camino hacia la muerte, era acompañada de violaciones, torturas y robo de lo poco que llevaban consigo los deportados. Los pocos que lograron sobrevivir, fueron trasladados a distintos puntos del Medio Oriente donde el hambre y las epidemias hicieron su parte.

Los hechos descriptos fueron encuadrados dentro del concepto de GENOCIDIO. Este término fue creado por Raphael Lemkin y aplicado por primera vez durante el juicio a los principales responsables del crimen contra los judios, durante la Segunda Guerra Mundial.

Helen Fein, quien prioriza la responsabilidad del estado en el acto de genocidio, afirma lo siguiente: "las víctimas de los genocidios premeditados del siglo XX -judíos, gitanos, armenios- fueron asesinados para que los designios del estado en vista de un orden nuevo fueran realizados. En los dos casos, la guerra fue utilizada para transformar a la nación con el objeto de adaptarla a las concepciones de la élite en el poder, eliminando a grupos considerados extranjeros, enemigos por definición".

A partir de entonces, la emigración de los armenios fue casi total. De 2.100.000 almas en el Imperio Otomano, en 1912, de acuerdo con las estadísticas del Patriarcado Armenio de Constantinopla se pasó a 77.435, en 1927, concentradas especialmente en Estambul y aproximadamente 50.00 en 1993.

A pesar de la política de negación que encaró el gobierno turco, sobre todo a partir de 1920, los archivos europeos y americanos, así como el análisis de los hechos a partir de los testimonios de los sobrevivientes, demuestran que el Genocidio armenio fue un hecho premeditado, destinado a la eliminación del pueblo armenio por no renunciar a la preservación de su cultura.


Lo que vino después

Mientras estos acontecimientos sucedían en el Imperio Otomano, la Armenia transcaucásica logró su independencia en 1918. La capitulación turca al finalizar la Primer Guerra hizo renacer la esperanza del retorno, acrecentada con la decisión de la Conferencia del Paz de París, en enero de 1919, de separar Armenia, Siria, Palestina y Mesopotamia del Imperio Otomano.

En 1919, la armada francesa, facilitó el regreso de los sobrevivientes armenios a Cilicia, bajo su protección, pero fue por poco tiempo. Las rivalidades entre los aliados así como el interés de éstos por captar la simpatía del nuevo jefe turco, Mustafá Kemal, marcaron el destino final de los armenios. La retirada de la armada francesa de Cilicia dejó a los armenios librados a su suerte, dando lugar a nuevas matanzas.

El genocidio, hecho traumático en la historia armenia, determinó la conformación de la gran diáspora, origen de las diversas comunidades armenia de Europa y de América.

El reconocimiento del genocidio armenio tiene por dueña a la humanidad en su conjunto. Es la misma humanidad su beneficiaria.

Pero tiene un enemigo concreto: la barbarie, el salvajismo y la irracionalidad encarnadas en aquellos Jóvenes Turcos que mutilaron, exterminaron, usurparon y blandieron su hacha contra la razón misma.
A pesar de todo, no es venganza lo que reclamamos, porque estamos a salvo de las ínfimas pasiones. Pero si nuestros antepasados sufrieron la fuerza irrefrenable de la brutalidad criminal y sin embargo siguieron predicando el amor..., nuestra obligación es no olvidar.

Sabemos que el camino es largo, pero lo hemos emprendido con entereza, porque la moral está de nuestra parte y porque el Derecho -el universal, el consuetudinario y el positivo internacional-, nos sostiene.

No proponemos caminos equívocos ni soluciones utópicas, solamente exigimos la aplicación plena y efectiva del Derecho, y el reconocimiento por parte del actual estado turco, legítimo sucesor de aquel imperio otomano, del sultan Hamid, de los Jóvenes Turcos, de Kemal Ataturk.





“El Estado turco cometió genocidio”

Lunes 4 de abril de 2011

EL JUEZ OYARBIDE CONDENO MEDIANTE UNA RESOLUCION DECLARATIVA LA MATANZA DEL PUEBLO ARMENIO

A casi un siglo del asesinato de un millón y medio de personas mediante “una estructurada planificación exterminadora” llevada adelante por Turquía, el juez argentino hizo pública una inédita sentencia de repercusión internacional.





“El Estado turco ha cometido el delito de genocidio contra el Pueblo Armenio, en el período comprendido entre los años 1915 y 1923”, en el que fueron asesinadas un millón y medio de personas mediante una “estructurada planificación exterminadora”. La sentencia, a casi un siglo de aquellos hechos aberrantes, fue firmada muy lejos de donde ocurrieron: fue leída ayer, en los tribunales porteños, por el juez federal Norberto Oyarbide, el primer magistrado en el mundo que aplica para el caso armenio la jurisdicción universal en un proceso que equiparó a los Juicios por la Verdad que se llevaron a cabo en Argentina cuando las leyes de impunidad impedían juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. La condena es una “resolución declarativa”, es decir que no tiene efectos penales, pero tendrá un importante valor para que las familias de las víctimas y sobrevivientes de aquella matanza se presenten en otros foros internacionales.

“Esta sentencia es un paso fundamental en un proceso que esperamos lograr que termine en el reconocimiento de Turquía del genocidio armenio, un genocidio impune”, le explicó a Página/12 Federico Gaitán Hairabedian, nieto y abogado de Gregorio Hairabedian, quien impulsó la apertura de la causa en los tribunales porteños en diciembre de 2000 y ahora analiza recurrir a alguna instancia internacional. Por entonces Gregorio apostó a rescatar la experiencia de los juicios por la verdad, en especial “en el juicio para saber el destino de Rodolfo Walsh”, con la expectativa de que se investigara la suerte de familiares, de las provincias armenias de Palú y Zeitún, en poder del entonces Imperio Otomano. Oyarbide aprovechó el carácter novedoso de la experiencia para leer la sentencia ante las cámaras. Eligió uno de los testimonios y lo repasó conmovido. Era la historia de Bautista Kuyumdjian, que llegó a la Argentina a los tres años. Desde chico escuchó relatos sobre cómo el “exterminio de los armenios” se “canalizaba mediante la expansión territorial de los turcos (...) llegaba el ejército a un pueblo e intimando a todo el pueblo a salir de él (...) El pueblo entero salía caminando, llevando los enseres que podían a través del desierto para llegar a la población siguiente (...) en el camino, el ejército turco acosaba a los caminantes y la muerte venía por hambre, por sed, por agotamiento, por enfermedad, o directamente causadas con alevosía y ensañamiento (...) a su padre, contaba, le tocó ver cómo un soldado turco abría el vientre de una mujer armenia embarazada, sacaba ese pequeño ser todavía no nacido, lo ensartaba en una bayoneta y les decía a los armenios, ahora pídanle ayuda a su Dios, al Dios de ustedes”.

El juez explicó que la sentencia toma conceptos de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, y datos de documentos clasificados que aportaron Alemania, Inglaterra, Francia, Bélgica y Estados Unidos, entre otros. Entre ellos hay, por ejemplo, cables diplomáticos de funcionarios alemanes en el Imperio Otomano que hablaban de un plan sistemático de exterminación. De ese material, dice el juez, “surge la existencia de homicidios, lesiones graves a la integridad física y mental de la población civil perseguida (en forma masiva), sometimiento a condiciones de vida destructivas, medidas destinadas a impedir nacimientos y traslado por la fuerza de niños”. Recuerda, en función de aportes del querellante, que la persecución se basaba en razones “religiosas (al identificar al pueblo armenio con el cristianismo), étnicas, nacionales y geopolíticas”.

La sentencia señala que “ningún genocidio se hubiera perpetrado si el Estado turco no lo hubiera proyectado e instrumentado, y las grandes potencias en conflicto no lo hubieran permitido”. Fue, añade, “un plan de eliminación de una nación entera, en forma previa a lo que los nazis denominaron ‘la solución final’” (por el plan de aniquilamiento de los judíos). La resolución dice que está comprobado “el carácter de víctima de los familiares de Hairabedian” y concluye que se “ha cometido delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio”. Para los querellantes, se “inicia una nueva etapa, que es la de la reparación”.











Genocidio armenio

El genocidio armenio a veces también llamado holocausto armenio, gran calamidad o masacre armenia, fue la deportación forzosa y masacre1 de un número indeterminado de civiles armenios, calculado aproximadamente en la muerte de entre un millón y medio y dos millones de personas , durante el gobierno de los Jóvenes Turcos, en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1917, durante la Primera Guerra Mundial.

Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados. Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos los asirios y los griegos de Ponto. Algunos autores consideran que estos actos son parte de la misma política de exterminio.

La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el mismo día en que las autoridades otomanas detuvieron a unos 250 intelectuales armenios que eran líderes de la comunidad de armenios en Estambul. Posteriormente los militares otomanos expulsaron a los armenios de sus hogares y les obligaron a marchar cientos de kilómetros -por el desierto de lo que hoy es Siria- privados de alimentos y agua. Las masacres no respetaron la edad o el sexo de las víctimas, y las violaciones y otros tipos de abusos sexuales eran frecuentes.

Aunque la República de Turquía, sucesora del Imperio otomano, no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran realmente,6 no admite que se tratase de un genocidio, arguyendo que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.7 A pesar de esta tesis, casi todos los estudiosos -incluso algunos turcos- opinan que los hechos encajan en la definición actual de genocidio.8 9 10

Es generalmente considerado el primer genocidio sistemático moderno; de hecho, es el segundo caso más estudiado de genocidio, después del Holocausto. Hasta la fecha 22 Estados han reconocido oficialmente el genocidio.

En 1914, antes de estallar la Primera Guerra Mundial, en el Imperio otomano había una importante población armenia, aunque no hay acuerdo en cuanto a las cifras. Según el informe aportado por la comisión armenia al congreso de Berlín, en 1878, la cifra era de 3.000.000. Por su parte, las autoridades otomanas mencionaban en 1867 la existencia de una población de 2.400.000 armenios dentro de sus fronteras,15 si bien tras el Tratado de San Stefano, cuando la "cuestión armenia" empieza a considerarse como un problema para el Imperio, la cifra se rebaja por los turcos a entre 1.160.000 y 1.300.000.15 Otras estimaciones oscilan entre 1.325.000 (la cifra más baja) y 2.100.000 (la más elevada).15 Aunque se concentraba principalmente en el este de Anatolia, había también una comunidad armenia considerable en el oeste, especialmente en la capital, Estambul, donde todavía hoy habita una importante minoría armenia.

Primeras razones para el genocidio armenio

La primera razón por la que ocurre el genocidio en Armenia es porque los armenios eran cristianos y los turcos eran musulmanes. En 1915 el Imperio otomano entra en guerra junto con los Imperios Centrales (Alemania y Austria-Hungría), debido a que Alemania ofrece todos los territorios rusos que conquisten y así Rusia tendría que luchar en dos frentes a la vez, lo cual debilitaría su ejército y causaría su colapso. Pero esto no se produjo. En 1916 se comete el genocidio armenio por los turcos en plena guerra. Se secuestraba a los armenios y al día siguiente eran ejecutados. Al principio se ejecutaba a los varones de edad militar, entre 16 y 45 años. Sólo tenían de 15 a 30 minutos para abandonar sus hogares. Eran deportados hacia Iraq y Siria. Lo que básicamente convirtió la deportación de los armenios en genocidio fue las condiciones en las que se llevó a cabo la deportación. Por ejemplo, una gran parte de la población fue enviada al desierto para morir de hambre y sed. Otros eran asesinados por el ejército turco. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expropiada.

Situación de la minoría armenia

Los armenios eran tradicionalmente conocidos como Millet-i Sadıka ("Nación leal") por los turcos, puesto que vivían en armonía con los otros grupos étnicos del Imperio, sin conflictos de importancia con la autoridad central, a pesar de las diferencias étnicas y religiosas y de tener menos derechos que los súbditos musulmanes del Imperio, ya que eran considerados dhimmi por las leyes

Primeras masacres

Una caricatura política francesa contemporánea retrata al sultán Abdul Hamid II como un carnicero de los armenios.

Durante la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a difundirse, entre los armenios, movimientos de orientación nacionalista. El Imperio otomano, que había debido aceptar en el Tratado de San Stefano la independencia de Rumania, Serbia y Montenegro, además de la semiindependencia de Bulgaria, quería evitar a toda costa la creación de un Estado armenio, previsiblemente favorable a Rusia, en el este de Anatolia.

Masacres hamidianas

Entre 1894 y 1897 se produjeron las llamadas "Masacres hamidianas", llamadas así por el nombre del sultán otomano bajo cuyo mandato se perpetraron, Abdul Hamid II, conocido por esta razón como el "Sultán Rojo".19 El número de víctimas armenias en las matanzas hamidianas fue calculado por el etnógrafo William Ramsay en unas 200.000,20 aunque actualmente muchos señalan como más acertada la cifra de 300.000.21

Hamid nunca fue directamente implicado en la orden de las matanzas, pero se sospechó su aprobación tácita por no actuar para ponerles fin.22 Frustrados por la indiferencia europea ante las matanzas, los armenios del partido político Dashnaktsutiun se hicieron con el control de las gestiones del Banco Otomano el 26 de agosto de 1896. Este incidente trajo la simpatía y compasión por los armenios a Europa y fue alabado por la prensa europea y americana, que denominó a Hamid como "el gran asesino" y "el Sultán sangriento."

El genocidio

Enver Pasha reaccionó ante su aplastante derrota en la batalla de Sarikamis culpando a los armenios. Ordenó que todos los reclutas armenios del ejército otomano fuesen desarmados, desmovilizados y destinados a campos de trabajo. La mayoría de ellos fueron ejecutados o convertidos en peones camineros El 24 de abril de 1915, cuatro días después del estallido de la revuelta de Van, el gobierno de los Jóvenes Turcos consideró que afrontaba una sublevación popular de corte nacionalista dentro de los límites de su imperio siguiendo el modelo eufemístico de Grecia, Serbia y Bulgaria, y optó por deportar a sectores importantes de la población armenia hacia el sureste de Anatolia. Según fuentes armenias, ese mismo día se ordenó el arresto de 250 intelectuales armenios, de los cuales la mayoría fueron ejecutados de inmediato.28 A esto siguieron poco después -a partir del 11 de junio de 1915- órdenes para la deportación de cientos de miles -tal vez más de un millón - de armenios de todas las regiones de Anatolia (excepto zonas de la costa oeste) a Mesopotamia y lo que actualmente es Siria. Muchos fueron a la ciudad siria de Dayr az Zawr y el desierto circundante. El gobierno turco no puso los medios para proteger a los armenios durante su deportación, ni en su lugar de llegada.

Tras el reclutamiento de la mayoría de los hombres y los arrestos de ciertos intelectuales, tuvieron lugar masacres generalizadas a lo largo de todo el Imperio. En Van, el gobernador Cevdet Bey ordenó a tropas irregulares cometer crímenes para forzar a los armenios a rebelarse y justificar así el cerco de la ciudad por el ejército otomano.30 Según el mercenario venezolano Nogales, que sirvió en el ejército turco, Cevdet Bey mandó asesinar a todos los varones armenios de la ciudad31 Según los autores turcos,32 en Van lo que aconteció no fue sino una revuelta armenia y la posterior represión de la misma por las tropas otomanas durante las mismas fechas.

Se calcula que existieron unos 26 campos de concentración para confinar a la población armenia (Dayr az-Zawr, Ra's al-'Ain, Bonzanti, Mamoura, Intili, İslahiye, Radjo, Katma, Karlik, Azaz, Akhterim, Mounboudji, Bab, Tefridje, Lale, Meskene, Sebil, Dipsi, Abouharar, Hamam, Sebka, Marat, Souvar, Hama, Homs y Kahdem), situados cerca de las fronteras con Siria e Irak.33 Según fuentes armenias algunos de ellos pudieron haber sido únicamente lugares de emplazamiento de fosas comunes y otros lugares de confinamiento donde morían de epidemias e inanición.

La fuerza de ocupación británica estuvo implicada activamente en la creación de una contrapropaganda en tiempos de guerra (durante la Primera Guerra Mundial el Imperio otomano luchó integrado en la coalición de las "Potencias Centrales", compuesta por Austria-Hungría, Alemania y Bulgaria). Por ejemplo, Eitan Belkind fue un espía británico y un miembro de la Nili (red de espionaje judía que apoyaba a Gran Bretaña frente al Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial), que se infiltró en el ejército otomano como funcionario. Fue destinado a la oficina central de Hamal Paşa. Asegura haber presenciado la incineración de 5.000 armenios en tal campo.35 Según fuentes armenias, entre el 24 y el 25 de abril de 1915 fueron apresadas unas 650 personalidades, escritores, poetas, abogados, médicos, sacerdotes, políticos; luego fueron deportados y asesinados en los meses siguientes.

Testimonios occidentales acerca del genocidio

En 1918 se publicó serializada en periódicos, y en 1919 en libro, el Relato del embajador Morgenthau, obra de Henry Morgenthau, quien fue embajador de Estados Unidos ante el Imperio otomano entre 1913 y 1916

El reconocido escritor austríaco Franz Werfel conoció a varios supervivientes del genocidio armenio y plasmó sus relatos en el libro Los cuarenta días del Musa Dagh, que fue publicado en 1933 . El mercenario venezolano Rafael de Nogales Méndez, que fue oficial del ejército otomano durante la Primera Guerra Mundial, dejó también testimonio de las masacres en su obra Cuatro años bajo la Media Luna.

El historiador inglés Arnold J. Toynbee y el jurista, político e historiador británico James Bryce publicaron una obra conocida como El Libro Azul.40 Este libro incluye relatos de testigos oculares estadounidenses -tanto diplomáticos como misioneros-, alemanes, italianos, daneses, suecos, noruegos, griegos y armenios.

La perspectiva del gobierno turco en relación al genocidio

Negación del genocidio armenio

Turquía niega que las muertes acaecidas en 1915 fueran el resultado de un plan organizado por el Estado para eliminar a la población armenia bajo su soberanía, requisito para considerar un delito de genocidio, y defiende una postura que se basa en que el Imperio otomano luchó contra la sublevación en su territorio soberano de la milicia armenia, respaldada ésta por el gobierno ruso.

Turquía también critica las semejanzas con el Holocausto indicadas por ciertos sectores, afirmando que, a diferencia de los armenios, la población judía de Alemania y Europa no hizo campaña en pro de una separación ni se rebeló aliándose con potencias extranjeras.[cita requerida] Además señalan el hecho de que la sola mención de un genocidio armenio en cualquier parte del mundo puede encontrarse únicamente con una queja formal de los embajadores turcos,[cita requerida] mientras que la mención de la misma en Turquía puede acarrear la posibilidad de la apertura de un procesamiento judicial y la condena a prisión, como en el caso del escritor turco y ganador del Premio Nobel Orhan Pamuk

El gobierno de Ankara también ha criticado la exigencia del Parlamento Europeo de que Turquía reconozca la existencia del genocidio armenio. En un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores turco, Ankara niega la existencia del genocidio y afirma que "las controversias históricas deben ser evaluadas por los historiadores".Hubo una reciente oferta por parte del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, en marzo de 2005, a los historiadores turcos, armenios y del resto de las naciones, para que formaran una comisión que estableciera la verdad de los acontecimientos de 1915.42 La oferta fue aceptada por el Estado armenio pero con la condición de entablar primero buenas relaciones con el Estado turco

Las relaciones entre Turquía y Armenia siguen estancadas. Turquía ha cerrado sus fronteras terrestres con Armenia, debido al control armenio de Nagorno-Karabaj.43 Armenia ha declarado en varias ocasiones que está preparada para restablecer las relaciones diplomáticas y abrir la frontera sin condiciones previas[cita requerida], aunque Turquía demanda que abrir sus fronteras demostraría un respaldo a la ocupación armenia de Nagorno-Karabaj e ignorar su conflicto con Azerbaiyán.

El 10 de octubre de 2009 representantes de los gobiernos turco y armenio, firmaron en Zúrich (Suiza), un acuerdo para poner fin a las hostilidades. Los acuerdos firmados prevén la creación de una comisión mixta de historiadores para realizar "un examen científico imparcial de los archivos y documentación" sobre aquellos sucesos.,44 así mismo este acuerdo prevé el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos estados y la apertura de su frontera común.







ENTREVISTA A GREGORIO HAIRABEDIAN

Miércoles 24 de marzo de 2010

Gregorio Hairabedian es escribano y preside la Fundación Luisa Hairabedian, enfocada a la tarea de revertir la impunidad del Genocidio cometido por el estado turco contra los armenios a principios del siglo XX y todos los crímenes de lesa humanidad sufridos por otros pueblos. Nació en la ciudad de Córdoba en 1932, hijo de Hovhannés Hairabedian y Lusaper Barsumian. La familia paterna era de Palú y la materna de Zeitún. Esos territorios históricamente armenios, hoy forman parte de Turquía, después de que fueran usurpados por el Imperio otomano. La familia Hairabedian inició un Juicio por el Derecho a la Verdad, con el propósito de obtener datos sobre más de 40 familiares asesinados durante el Genocidio de 1915.

- ¿De qué manera este tipo de acciones se ven condicionadas por la actual coyuntura, mientras Turquía presiona para ser admitida por la Comunidad Europea?

- Hasta ahora, no conocemos que la incorporación o no de Turquía a la Comunidad Europea, pueda condicionar a la Justicia en general y a la Argentina, en particular.

- ¿Cuánto de genuino espíritu patriótico y cuánto de intereses privados se puede percibir en la decidida voluntad del gobierno de Armenia por entablar relaciones con Turquía?

No puedo determinar el grado de genuino patriótismo de los miembros del gobierno de Armenia. Sólo sé que Armenia socialista, a la que ellos derrotaron interrumpiendo el histórico proceso revolucionario en que estaba involucrada, con sus aciertos y errores, nació y se desarrolló con conquistas sociales y culturales, por todos reconocidas, sin necesidad de tener relaciones diplomáticas con el gobierno de Turquía.

- ¿Podrían encontrarse aspectos beneficiosos para los armenios en caso de apertura de las fronteras e inicio de vínculos comerciales?

- Me remito a la respuesta anterior.

- ¿Cómo debería posicionarse Armenia -más allá de su acercamiento a Turquía- en relación a las potencias, como Estados Unidos, Rusia, Irán y los países europeos?

- Me parece que el posiconamiento internacional del gobierno de Armenia es una decisión soberana de su pueblo, esto es, de los ciudadanos que de un modo u otro elige a sus miembros. Tengo entendido que las elecciones que se realizan con ese fin han sido, invariablemente, tachadas de fraudulentas o puestas en tela de juicio por irregularidades en su desarrollo. Señalar a Estados Unidos como potencia a la que debería acercarse Armenia, me parece un despropósito. Basta conocer los desastres que sus clases dominanates diseminan en los pueblos que buscan liberarse del dominio imperial.

- ¿Podría ser atendida una postura uniforme de los gobiernos de América Latina ante los foros internacionales, en favor del reclamo de reconocimiento del Genocidio?

- Entiendo que los pueblos de América Latina y los gobiernos que expresan sus ansias emancipadoras, tienen o tendrían en su caso de una mayor, precisa y auténtica información de los hechos históricos..

- ¿Cree que se trabaja atinadanente en esa dirección en el seno de las instituciones comunitarias de la Argentina?

- No conozco lo que ocurre en el seno de las instituciones comunitarias en relación a América Latina , salvo algunas y espaciadas informaciones de medios periodísticos de la Colectividad que en algunos casos me parecen interesantes potencialmente, aún no en acto.

- ¿Ve posible una relación sin tensiones de Armenia con Turquía sin someterse a los dictados de las potencias, teniendo en cuenta la situación sin solución del frente abierto en Gharapagh?

- Armenia, después de la caída o derrota de la URSS por el imperialismo, ha entrado en un torbellino de inestabilidad y vulnerabilidad que se puede pronosticar de largo aliento. Despoblada, desindustrializada, sin recursos naturales, sumada a la inestabilidad social, política, y geopolítica, con todas esas desventajas objetivas, me resulta dificil imaginar una salida con paz, seguridad, libertad y progreso que seguramente ansían el pueblo trabajador y las conciencias sanas de Armenia y de la diáspora. No obstante, no se pueden arriar las históricas banderas de liberación nacional ni renunciar a las inéditas conquistas sociales y culturales logradas gracias a su integración a un Estado multinacional (URSS) y a la solidaridad de sus pueblos. No se trata de meras expresiones de deseos, sino de un proyecto liberador que superando errores y desviaciones inmanentes a causas de esa naturaleza, encuentre en la actualidad compleja que estamos atravesando, un punto de apoyo que el propio pueblo de Armenia debe determinar, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas existentes que, por su naturaleza y potencia, trata de reducirla a Armenia a una mera factoría de los renovados propósitos imperialistas de las clases dominantes turcas.

2 comentarios:

Marcos dijo...

Falta el link de descarga.

ATRAPADOS EN RADIO (contacto) dijo...

aca esta marcos, perdon y gracias otra vez!
te recomiendo escribirnos a atrapadosenlibertad@hotmail.com (para que podamos darte una respuesta mas rapida!)