Con un amplio respaldo popular, el Frente Sandinista entró en Managua el 19 de julio de 1979 dando comienzo a un período de gobiernos de perfil progresista de izquierda.
Acto del Día Internacional de la Mujer trabajadora en Managua, 8 de marzo de 1988.
Acorde a una concepción ideológica socialdemócrata e incluso socialista, con fuerte presencia Marxista-leninista, y con una influencia muy grande de la teología de la liberación, trataron de introducir reformas en los aspectos socioeconómicos y políticos del Estado nicaragüense, tratando además los problemas relativos a la sanidad y a la educación que el país sufría.
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El reparto de las tierras en un país fundamentalmente agrícola y de latifundios, donde las tierras estaban en manos de una pequeña minoría, fue una de la prioridades de las nuevas autoridades, consiguiendo llevar a cabo, aunque parcialmente debido a las diferentes presiones, la reforma agraria.
La educación se consideró prioritaria. En 1979 el índice de analfabetismo era mayor del 50% (de los mayores de América) y en 2 años quedó reducido a un escaso 13% mediante una agresiva campaña de alfabetización que fue atacada por la eminente contrarrevolución que ya para entonces había sido creada con el apoyo y patrocinio de Estados Unidos.
En la misma línea se realizaron políticas sanitarias y de educación superior, así como un plan de infraestructuras. Comprometidos por una economía mixta y la defensa de los derechos humanos se vieron envueltos en una guerra de agresión que utilizó toda clase de argucias para erosionar al gobierno sandinista.
Es destacable que la mayor parte de las tierras y los negocios permanecieron en manos del sector privado, excepto los que pertenecían a la familia Somoza y algunos individuos privilegiados, este hecho llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en su resolución número 2.87, a declarar que el Gobierno de Nicaragua ha violado el derecho a la propiedad privada consagrado por el Artículo 21 de la Convención Americana (resolución que muestra los obstáculos con los que tendría que enfrentase la Revolución en su intento de modernizar y dignificar el país). Sin embargo, las medidas adoptadas por los sandinistas imponían restricciones sobre la utilización de los bienes, lo que provocó la oposición de muchos empresarios. El gobierno nacionalizó la banca y se hizo con el control del comercio exterior.
Cartel en una calle de León (Nicaragua) en marzo de 1988
Los gobiernos revolucionarios
A la entrada en Managua el 19 de julio de 1979 del FSLN le siguió la instauración de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que estaba compuesta por cinco miembros. El coordinador de la misma, que hacía las veces de presidente, fue Daniel Ortega Saavedra del FSLN al que acompañaban Sergio Ramírez y Moisés Hassan, ambos también sandinistas y el empresario Alfonso Robelo Callejas y Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro (que sería la sucesora de Ortega al final del proceso revolucionario en 1990) como independientes.
El control del Directorio Nacional del FSLN (que constaba de 9 comandantes del FSLN: Tomás Borge, Daniel Ortega, Victor Tirado, Humberto Ortega, Henry Ruiz, Jaime Wheelock, Bayardo Arce, Luis Carrión y Carlos Núñez) sobre la Junta de Gobierno hizo que los miembros independientes abandonaran la misma un año después siendo sustituidos por otros 2 miembros no sandinistas, Arturo Cruz y Rafael Córdova Rivas. Este gobierno emprendió las políticas arriba indicadas y en 1981 el gobierno de Ronald Reagan impuso un bloqueo económico y empezó a financiar a grupos armados antisandinistas conocidos como la contra. Nicaragua buscó el apoyo de la URSS y de Cuba y en 1982 firma con la URSS un pacto de cooperación económica.
Bandera del F.S.L.N
En 1984 se celebraron elecciones, no exentas de polémica por parte de contrarevolución, en las que el candidato del FSLN, Daniel Ortega, ganó por un amplio margen de votos. El gabinete se vio obligado a proclamar el estado de excepción para hacer frente a la agresión armada, donde se suprimieron algunos derechos civiles y se limitó la libertad de expresión, aúnque el principal periódico de oposición La prensa, con línea editorial cercana a la contrarevolución, se siguió editando así como se mantuvieron emisiones de las radioemisoras pertencientes a la iglesia católica. También el gobierno electo se vio obligado a la imposición del servicio militar obligatorio (denominado (SMP) Servicio Militar Patriótico) medida que resultó muy impopular.
El financiamiento de la intromisión armada por parte de los EE.UU. se mantuvo incluso en contra de la decisión del Congreso de ese país en 1985 (aunque no se ejecutó hasta octubre de 1986) mediante los fondos obtenidos por la venta ilegal de armas a Irán (en plena guerra Irán-Iraq, donde Irak era el aliado oficial de los EE.UU.) conocido como el caso irangate. La intromisión de los Estados Unidos llegó a ser tan intensa y evidente que la Corte Internacional de Justicia condenó la misma en sentencia del 27 de junio de 1986 (ver Nicaragua contra Estados Unidos)
En 1988 comenzaron las conversaciones para un proceso de paz que culminaron en las elecciones de febrero 1990 donde el FSLN se enfrentó a una coalición de todos los partidos de la oposición liderada por Violeta Chamorro, la UNO (Unión Nacional Opositora) que gozó del apoyo del gobierno estadounidense. Estas elecciones dieron el poder a la señora Chamorro que pasó a ser la presidenta de Nicaragua y puso así fin al primer período revolucionario.
en las elecciones del 2006 el FSLN volveria a retomar el poder con Daniel Ortega como presidente, consiguiendo importantes avances en materia social y economica de la mano del ALBA y las buenas relaciones con Cuba, Venezuela y Ecuador.
El Sandinismo es una corriente política de carácter popular y nacionalista nicaragüense, de tendencia socialdemócrata, de contenido antimperialista y que promueve la integración de la región latinoamericana. A los partidarios y simpatizantes de esta corriente se les denomina Sandinistas.
El Sandinismo debe su nombre al guerrillero nicaragüense Augusto Nicolás Calderón Sandino, quien durante los años 1926 a 1933 libró una guerra patriótica en contra de tropas interventoras de los Estados Unidos de Norteamérica, las cuales desde 1912 garantizaban la estabilidad requerida por grandes compañías de esa potencia para establecerse en Nicaragua.
De la abundante correspondencia y manifiestos públicos emitidos por Sandino durante la guerra, Carlos Fonseca Amador recabó el sustento teórico necesario para la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que, a su vez, estructuró una resistencia armada en contra de la Dictadura de Anastasio Somoza Debayle y llegó al Poder gracias a la Insurrección Popular, contando para ello con el apoyo de todos los diversos sectores de la nación nicaragüense, el 19 de Julio de 1979. Para el año de 1990 el FSLN fue derrotado en elecciones populares por una coalición opositora y a raíz de disputas internas han surgido nuevos Movimientos autónomos e independientes como son el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) y el Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS) que se denominan sandinistas por sostener los mismos ideales originales.
La lucha de Sandino
El conflicto entre conservadores y liberales se cerró en falso cuando el liberal Moncada accedió a firmar en Tipitapa el llamado "pacto del Espino Negro" (por el árbol bajo el que se acordó). En este pacto se aceptaba la presidencia de Adolfo Díaz, y se repartían distintas prebendas a los jefes rebeldes. Todos los generales y caudillos liberales aceptaron el trato, excepto Augusto César Sandino. Se inició así una cruenta lucha contra las tropas norteamericanas de ocupación.
Sandino era un obrero que había estado trabajando en las plantaciones de banano y caña de azúcar de Honduras y Guatemala y en las empresas petrolíferas de México. Con algunos ahorros producto de su trabajo volvió a Nicaragua y compró armas para intervenir en el conflicto interno entre liberales y conservadores. Sandino no aceptó nunca el "pacto del Espino Negro" y mantuvo una lucha sin cuartel para liberar Nicaragua de los marines norteamericanos. Su "pequeño ejército loco" mantuvo en jaque durante varios años a las tropas americanas y finalmente fue necesario que éstas se retiraran y dejaran en su lugar a un cuerpo recién formado (la Guardia Nacional) para que se pudiese llegar a un acuerdo.Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional urdió en 1934 un complot para asesinar a Sandino y hacerse con el poder. En 1936 derrocó al presidente Sacasa y se proclamó presidente tras unas elecciones llenas de irregularidades celebradas en 1937.
La dinastía de los Somoza
Comenzaba así un largo periodo en la historia de Nicaragua en el cual la familia Somoza se convertiría en la dinastía que explotó y gobernó el país casi sin ningún escrúpulo.
A partir de 1937, Anastasio Somoza dirigió el país con mano de hierro, reformó la constitución y se alió con los Estados Unidos, país que apoyó su régimen dictatorial. Somoza acumuló tierras y riquezas y se hizo dueño de algunas de las empresas más productivas del país. Se atribuye una frase a Somoza cuando fue preguntado acerca de sus muchas fincas y posesiones: "que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua". Otra frase célebre del presidente Roosevelt sobre Somoza es "Será un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra".Somoza murió por efecto de los disparos de Rigoberto López Pérez, un poeta leonés, que se infiltró en septiembre de 1956 en un fiesta en su honor. En este atentado murió el propio Rigoberto López. El suceso originó una oleada de represión sin precedentes y muchos opositores fueron detenidos y torturados. El hijo de Anastasio Somoza García ("Tacho"), Luis Somoza Debayle, se hizo cargo del poder gracias al control que la familia tenía sobre la Guardia Nacional, único cuerpo armado del país. A la muerte de Luis Somoza en 1967 le sucedió su hermano Anastasio Somoza Debayle ("Tachito"), tras un breve período con algún presidente títere. Anastasio Somoza Debayle gobernó el país hasta que fue derrocado en 1979. La acumulación de riquezas por parte de la familia continuó sin ningún escrúpulo. Cuando en diciembre de 1972 se produjo el terrible terremoto que destruyó Managua, una parte importante de la ayuda internacional fue desviada a los almacenes de la familia y vendida.
La lucha del Frente SandinistaEn 1962 Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de la familia Somoza. Los inicios de la lucha del Frente Sandinista estuvieron plagados de dificultades, pero poco a poco fue logrando implantación, sobretodo entre jóvenes estudiantes de la Universidad y obreros.
La oposición a los Somoza fue creciendo en los años 70 y las acciones de los sandinistas cada vez se hicieron más audaces. Así, por ejemplo, en 1974 una fuerza sandinista tomó como rehenes a importantes funcionarios del régimen que se habían dado cita en la casa de José María Castillo, un hombre de negocios amigo de Anastasio Somoza. Los sandinistas consiguieron en aquella ocasión que fuesen liberados numerosos prisioneros políticos, a la vez que su causa era difundida por todo el mundo.En 1976 Carlos Fonseca murió en un combate con la Guardia Nacional. El Frente Sandinista se dividió en varias tendencias a la vez que el apoyo popular a su causa crecía.En 1978 una fuerza sandinista ocupó el Palacio Nacional de Managua (sede del congreso somocista) y consiguió la liberación de más presos políticos. La situación se hizo cada vez más tensa y estalló una insurrección popular que, finalmente, fue aplastada.
La revolución sandinistaCon el triunfo de la revolución comenzaba un nuevo período lleno de ilusión pero también de dificultades. El país había quedado destrozado por la guerra, las víctimas habían sido muy numerosas y los Estados Unidos mostraban una actitud recelosa ante las nuevas autoridades nicaragüenses.
Triunfo de la Revolución: 19 de Julio de 1979
Se formó una junta de 5 miembros para administrar el país y Daniel Ortega, un comandante sandinista, fue nombrado coordinador. Se anuló la constitución somocista y se inició la obra de reconstrucción del país. Se llevó a cabo una intensa campaña de alfabetización, se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza y de sus más importantes colaboradores, aunque se respetaron otras propiedades y empresas. Se dieron los primeros pasos para mejorar la atención sanitaria y para llevar a cabo una reforma agraria. El proyecto sandinista no pasaba por el reparto indiscriminado de tierras a los campesinos, sino por el agrupamiento de éstos en cooperativas de trabajadores. Ello provocó algunos roces y decepciones entre quienes habían pensado que la revolución daría paso a la propiedad de la tierra. Por otra parte, muchos nicaragüenses afines a Somoza emigraron a Miami donde constituyeron, junto con los cubanos exiliados, un poderoso grupo de influencia en la política norteamericana.
Pronto empezaron los problemas. Una parte importante de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica y, ayudada y financiada por Estados Unidos, inició una guerra contra el régimen sandinista. En el curso de esta guerra las atrocidades fueron enormes y los recursos dedicados a la misma cada vez eran mayores. Fue necesario instituir un servicio militar y eso causó descontento de muchas personas en Nicaragua. Las cooperativas de campesinos fueron el blanco preferido de los contrarrevolucionarios (o "contras") y los errores de los sandinistas hicieron que una parte de la población que inicialmente apoyaba al gobierno se decantase por la "contra".
Escena común en la Nicaragua revolucionaria:
Un campesino se dirige al trabajo armado
con un fusil en previsión de un ataque de la "contra"
Una ola de solidaridad mundial fue la respuesta a la agresión. Se formaron numerosos comités de solidaridad con Nicaragua y los gobiernos europeos desarrollaron importantes proyectos de colaboración con el pequeño país que pugnaba por salir de su atraso. Muchos nicaragüenses fueron enviados a estudiar a universidades extranjeras y brigadas de cooperantes y voluntarios acudían a poner su grano de arena (y a veces a hacer su particular revolución) al agitado contexto nicaragüense.
La guerra dificultaba las comunicaciones, consumía recursos ingentes y ocasionaba una gran escasez en el país. El gobierno de Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de la Haya y requerido, sin éxito, para que cesase en su guerra de agresión contra Nicaragua. En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas atentamente por observadores internacionales y Daniel Ortega fue elegido presidente.
Cartel contra la intervención norteamericana en Nicaragua
La guerra de agresión continuó y en 1985 los Estados Unidos decretaron un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contra cuando se descubrió que la CIA vendía armas a Irán (contraviniendo el bloqueo decretado por las Naciones Unidas) y con el dinero obtenido apoyaba a la "contra" nicaragüense. También se descubrió el pago de armas con cocaína y el desvío de armamento supuestamente destinado a otros países hacia la "contra" nicaragüense.Para financiar la guerra, el gobierno sandinista recurrió a la devaluación de la moneda, lo que provocó una espiral inflacionista sin precedentes. Los precios subían día a día y la escasez aumentaba, mientras el país dedicaba a veces hasta la mitad de su presupuesto a la guerra.
La intervención de otros países, en el marco de unos acuerdos de paz globales para la región (en aquella época había conflictos armados en Guatemala y El Salvador) se tradujo en la celebración de nuevas elecciones en 1990 que, contra todo pronóstico, fueron ganadas por una coalición derechista, la UNO (Unión Nacional Opositora)
Desde la derrota electoral de los sandinistas hasta nuestros días
A raíz de las elecciones de abril de 1990, fue elegida presidente doña Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, periodista y político conservador asesinado en 1978 por orden de Somoza. La victoria de la UNO trajo, con el tiempo, la pacificación del país. Durante varios años las carreteras de muchas zonas fueron inseguras debido a las bandas de ex-contras ("recontras"), ex-sandinistas ("recompas") o mixtas ("revueltos") que se dedicaban al saqueo. A pesar de haber quedado en minoría, los sandinistas tenían todavía mucho poder e influencia en el país.Comenzó el regreso de los nicaragüenses exiliados en Miami y la devolución de propiedades y tierras a sus antiguos dueños. Sin embargo, el gobierno no fue capaz de desalojar a muchas cooperativas de trabajadores de las tierras a las que habían accedido gracias a la revolución.
Se puso en marcha un duro plan de ajuste económico que logró, mediante un cambio en la moneda, contener la inflación galopante, a costa de hundir en la miseria a amplias capas de la población nicaragüense y se hicieron intentos por reconstruir infraestructuras dañadas.En 1996 unas nuevas elecciones dieron la victoria a Arnoldo Alemán (del derechista "Partido Liberal") y los sandinistas volvieron a quedar en segundo lugar. Las luchas internas por el poder dentro del sandinismo, la corrupción de algunos de sus dirigentes y el cansancio de la población han terminado por desprestigiar a esta opción política.
En este contexto histórico, un sector del campesinado nicaragüense lucha por salir adelante desde la propiedad colectiva de sus tierras (herencia de la revolución), en un intento por salir de la miseria y la marginación y por desarrollar un proyecto de economía popular alternativa.
Eduardo Galeano cuenta la historia de la Revolución Sandinista
1963
Río Coco
En los hombros lleva el abrazo de Sandino,
que el tiempo no ha borrado. Treinta años después, el coronel Santos López vuelve a la guerra, en la selva del norte, para que Nicaragua sea.
Hace un par de años nació el Frente Sandinista. Lo nacieron, junto a Santos López, Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge y otros muchachos que no conocieron a Sandino pero quieren continuarlo. La tarea costará sangre, y ellos lo saben:
- Tanta inmundicia no puede ser lavada con agua, por muy bendita que esté -dice Carlos Fonseca.
Perdidos, sin armas, ensopados por la lluvia eterna, sin comer pero comidos, jodidos, rejodidos, deambulan por la selva los guerrilleros. No hay peor momento que la caída del sol. El día es día y la noche, noche, pero el atardecer es hora de agonía y espantosa soledad; y los sandinistas no son nada todavía, o casi nada.
1976
Selva de Zinica
Carlos
Criticaba de frente, elogiaba por la espalda. Miraba como gallo enojado, por miope y por fanático, bruscos ojos azules del que veía más allá de los otros, hombre de todo o nada; pero las alegrías lo hacían brincar como a niño chico y cuando dictaba órdenes parecía que estaba pidiendo favores.
Carlos Fonseca Amador, jefe de la revolución de Nicaragua, ha caído peleando en la selva.
Un corones trae la noticia e la celda donde Tomás Borge yace reventado por la tortura.
Juntos habían andado mucho camino, Carlos y Tomás, desde los tiempos en que Carlos vendía diarios y caramelos en Matagalpa; y juntos habían fundado, en Tegucigalpa, el Frente Sandinista.
- Murió -dice el coronel.
- Se equivoca, coronel -dice Tomás
1977
Managua
Tomás
Atado a una argolla, tiritando, todo enchastrado de mierda y sangre y vómito, Tomás Borge es un montoncito de huesos rotos y de nervios desnudos, una piltrafa que yace en el suelo esperando el próximo turno de suplicio.
Pero ese resto de él todavía puede navegar por los secretos ríos que lo viajan más allá del dolor y la locura. Dejándose ir llega a otra Nicaragua; y la ve.
A través de la capucha que le estruja la cara hinchada por los golpes, la ve: cuenta las camas de cada hospital, las ventanas de cada escuela, los árboles de cada parque, y ve a los dormidos parpadeando, encandilados, los muertos de hambre y los muertos de todo que están siendo despertados por los soles recién nacidos de su vuelo.
1977
Archipiélago de Solentiname
Cardenal
Las garzas, que están mirándose al espejo, alzan los picos: ya vuelven las barcas de los pescadores, y tras ellas las tortugas que vienen a parir a la playa.
En un barracón de madera, Jesús come sentado a la mesa de los pescadores. Come huevos de tortuga y carne de guapotes recién pescados, y come yuca. La selva, buscándolo, mete sus brazos por las ventanas.
A la gloria de este Jesús escribe Ernesto Cardenal, el monje poeta de Solentiname. A su gloria canta el zanate clarinero, pájaro sin adornos, siempre volando entre pobres, que en las aguas del lago se refresca las alas. Y a su gloria pintan los pescadores. Pintan cuadros fulgurantes que anuncian el Paraíso, todos hermanos, nadie patrón, nadie peón; hasta que una noche los pescadores que pintan el Paraíso deciden empezar a hacerlo y atraviesan el lago y se lanzan al asalto del cuartel de San Carlos.
- ¡Jo-dío! ¡Jo-dío!
A muchos mata la dictadura mientras los buscadores del Paraíso caminan por las montañas y los valles y las islas de Nicaragua. La masa se levanta, el gran pan se eleva...
1978
Managua
"La Chanchera"
llama el pueblo nicaragüense al Palacio Nacional. En el primer piso de este pretencioso partenón discursean los senadores. En el segundo, los diputados.
Un mediodía de agosto, un puñado de guerrilleros al mando de Edén Pastora y Dora María Téllez asalta la Chanchera, t en tres minutos se apodera de todos los legisladores de Somoza. Para recuperarlos, Somoza no tiene más remedio que liberar a los sandinistas presos. El pueblo ovaciona a los sandinistas todo a lo largo del camino al aeropuerto.
Éste va siendo un año de guerra continua. Somoza lo inauguró mandando matar al periodista Pedro Joaquín Chamorro. Entonces el pueblo en furia incendió varias empresas del dictador. Las llamas arrasaron a la próspera Plasmaféresis, S. A., que exportaba sangre nicaragüense a los Estados Unidos; y el pueblo juró que no descansará hasta enterrar al vampiro, en algún lugar más oscuro que la noche, con un a estaca clavada en el corazón.
1979
Siuna
Retrato de un obrero en Nicaragua
José Villarreina, casado, tres hijos. Minero de la empresa norteamericana Rosario Mines, que hace setenta años volteó al presidente Zalaya. Desde 1952, Villarreina escarba oro en los socavoces de Siuna; pero sus pulmones no están todavía del todo podridos.
A la una y media de la tarde del 3 de julio de 1979, Villarreina asoma por una de las chimeneas del socavón y un vagón de mineral le arranca la cabeza. Treinta y cinco minutos después, la empresa comunica al muerto que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 18, 115, y 119 del Código de Trabajo, queda suspendido por incumplimiento de contrato.
1979
En toda Nicaragua
Corcovea la tierra
mas que en todos los terremotos juntos. Los Aviones sobrevuelan la selva inmensa arrojando napalm y bombardean las ciudades erizadas de barricadas y trincheras. Los sandinistas se apoderan de León, Masaya, Jinotega, Chinandega, Estelí, Carazo, Jinotepe...
Mientras Somoza espera un préstamo de 65 millones de dólares, que cuenta con el visto bueno del Fondo Monetario Internacional, en toda Nicaragua se pelea árbol por árbol y casa por casa. Enmascarados tras las caretas o pañuelos, los muchachos atacan con fusiles o machetes o palos o piedras o lo que venga; y si el fusil no es de verdad el de juguete sirve para impresionar.
En Masaya, que en lengua india significa Ciudad que arde, el pueblo, sabio en pirotecnia, convierte los tubos de agua en cañones de morteros y también inventa la bomba de contacto, sin mecha, que estalla al golpear. En medio del tiroteo caminan las viejecitas cargando grandes bolsas llenas de bombas, y las van distribuyendo como quien reparte pan.
1979
En toda Nicaragua
Que nadie quede solo,
que nadie se pierda, que se armó la runga, reventó la mierda, el gran corre-corre, el pueblo arrecho peleando a puro pecho contra tanques y tanquetas, camiones y avionetas, rifles y metralletas, todos el mundo a la bulla, de aquí nadie se raja, sagrada guerra mía y tuya y no guerrita de rifa y rafa, pueblo fiero, arsenal casero, a verga limpia peleando, si no te morís matando vas a morirte muriendo, que codo a codo es el modo, todos con todo, pueblo siendo.
1979
Managua
"Hay que estimular el turismo",
ordena el dictador mientras arden los barrios orientales de Managua, incendiados por los aviones.
Desde el búnker, gran útero de acero y cemento, gobierna Somoza. Allí no se escucha el trueno de las bombas, ni los aullidos de la gente, ni nada se ve ni se huele. En el búnker vive Somoza desde hace tiempo, en pleno centro de Managua pero infinitamente lejos de Nicaragua; y en el búnker se reúne, ahora con Fausto Amador.
Fausto Amador, padre de Carlos Fonseca Amador, es el administrador general del hombre más rico de Centroamérica. El hijo, fundador del Frente Sandinista, entendía de patria; el padre, de patrimonio.
Rodeados de espejos y de flores de plástico, sentados ante una computadora, Somoza y Fausto Amador organizan la liquidación de los negocios y el desvalije total de Nicaragua.
Después , Somoza declara por teléfono:
- Ni me voy ni me van.
1979
Managua
El nieto de Somoza
Lo van y se va. Al alba, Somoza sube al avión hacia Miami. En estos últimos días los Estados Unidos lo han abandonado, pero él no ha abandonado a los Estados Unidos:
- En mi corazón, yo siempre seré parte de esa gran nación.
Somoza se lleva de Nicaragua los lingotes de oro del Banco Central, ocho papagayos de colores y los ataúdes de su padre y de su hermano. También se lleva, vivo, al príncipe heredero.
Anastasio Somoza Portocarrero, nieto del fundador de la dinastía, es un corpulento militar que ha aprendido las artes del mando y el buen gobierno en los Estados Unidos. En Nicaragua fundó y dirigió, hasta hoy, la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, un juvenil cuerpo del ejército especializado en el interrogatorio de prisioneros y famoso por sus habilidades: armados de pinza y cuchara, estos muchachos saben arrancar uñas sin quebrar las raíces y saben arrancar ojos sin lastimar los párpados.
La estirpe de los Somoza marcha al destierro mientras Augusto César Sandino pasea por toda Nicaragua, bajo lluvia de flores, medio siglo después de su fusilamiento. Se ha vuelto loco este país: el plomo flota, el corcho se hunde, los muertos se escapan del cementerio y las mujeres de la cocina.
1979
Granada
Las comandantes
A la espalda, un abismo. Por delante y a los costados, el pueblo armado acometiendo. El cuartel La Pólvora, en la ciudad de Granada, último reducto de la dictadura, está al caer.
Cuando el coronel se entera de la fuga de Somoza, manda callar las ametralladoras. Los sandinistas también dejan de disparar.
Al rato se abre el portón de hierro del cuartel y aparece el coronel agitando un trapo blanco.
- ¡No disparen!
El coronel atraviesa la calle.
- Quiero hablar con el comandante.
Cae el pañuelo que cubre la cara:
- La comandante soy yo -dice Mónica Baltodano, una de las mujeres sandinistas con mando de tropa.
- ¿Que qué?
Por boca del coronel, macho altivo, habla la institución militar, vencida pera digna, hombría del pantalón, honor del uniforme:
- ¡Yo no me rindo ante una mujer! -ruge el coronel.
Y se rinde.
1979
En toda Nicaragua
Naciendo
Tiene unas horas de edad la Nicaragua recién nacida en los escombros, verdor nuevito entre las ruinas del saqueo y de la guerra; y la cantora luz del primer día de la Creación alegra el aire que huele a quemado.
1980
En toda Nicaragua
Andando
La revolución sandinista no fusila a nadie; pero del ejército de Somoza no queda ni la banda de música. A manos de todos pasan los fusiles, mientras se desencadena la reforma agraria en los campos desolados.
Un inmenso ejército de voluntarios, armados de lápices y de vacunas, invade su propio país. Revolución, revelación, de quienes creen y crean: no infalibles dioses de majestuoso andar sino personitas nomás, durante siglos obligadas a la obediencia y entrenadas para la impotencia. Ahora, a los tropezones, se echan a caminar. Van en busca del pan y la palabra: esta tierra, que abrió la boca, está ansiosa de comer y de decir.
1980
En toda Nicaragua
Descubriendo
Mientras enseñan, los brigadistas comparten la poca comida, se agachan en el acarreo y la deshierba, se pelan las manos hachando leña y pasan la noche tendidos en el suelo, aplaudiendo mosquitos. Descubren miel silvestre dentro de los árboles y dentro de las gentes leyendas y coplas y perdidas sabidurías; poquito a poco van conociendo los secretos lenguajes de las hierbas que alegran sabores y curan dolencias y mordeduras de serpientes. Enseñando, los brigadistas aprenden toda la maldición y la maravilla de este país, su país, habitado por sobrevivientes: en Nicaragua, quien no se muere de hambre o peste o tiro, se muere de risa.
REVOLUCION SANDINISTA, LA OFENSIVA FINAL
1 comentario:
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