En mayo de 2011 se conocieron las condenas a cadena perpetua en prision comun para los 8 acusados por la Masacre de Margarita Belen (1976, Chaco). Hubo una absolución
Hablamos con:
Gustavo, hermano de Fernando Pierola, uno de los fusilados
Dafne, hija de Carlos Zamudios, uno de los fusilados
Escuchamos las declaraciones de los abogados de Derechos Humanos que participaron de la causa
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POR HOMICIDIO AGRAVADO CON ALEVOSIA
Perpetua para los asesinos de Margarita Belén
Casi un año después del inicio del proceso en que se juzgó el fusilamiento de 15 presos políticos, 4 de las cuales permanecen desaparecidos, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal del Chaco, condenó a Gustavo Athos, Horacio Losito, Aldo Martínez Segón, Jorge Daniel Carnero Sabol, Ricardo Guillermo Reyes, Germán Emilio Riquelme, Ernesto Jorge Simoni y Luis Alberto Patetta a cadena perpetua, y absolvió al policía Alfredo Chas, acusado de ser partícipe secundario de la masacre perpetrada el 13 de diciembre de 1976.
Antes de que se concieran las sentencias, Mario Bosch, querellante por Familiares, la Secretaría de Derechos Humanos de Nación y el CELS, afirmó que "el juicio confirmó todas las hipótesis que traíamos con relación a las víctimas, y fueron apareciendo elementos para confirmar sospechas de otras. Surgieron además muchas evidencias sobre el rol de la Justicia federal, el médico de la policía y el área de Inteligencia como para continuar con la investigación".El rol del Poder Judicial fue uno de los ejes del proceso y de aquí en más será una de las causas que se desprenderán de la causa principal. La querella ya elevó un listado con nombres de quienes deberían ser los próximos imputados. Un caso paradigmático es el del ex juez federal Angel Córdoba, retirado luego de la dictadura y quien “no investigó nada”, dice Bosch en relación con la identidad de los NN. El abogado señaló que, aun considerando que no lo haya hecho porque creía que los militantes eran “atacantes”, debía haberlos identificado: en cualquier investigación un juez investiga al muerto de una banda porque puede conducirlo a los prófugos. Córdoba no lo hizo porque –dijo Bosch– "su objetivo era no investigar: eso lo hacía funcional a la impunidad del crimen".
Dafne Zamudio, hija de Carlos Zamudio, uno de los militantes asesinados el 13 de diciembe de 1976, asegura que el juicio sirvió "para instalar la verdad porque, más allá de que se sabía de la masacre, ciertos sectores creían en la teoría del enfrentamiento y justificaban la muerte. Con este juicio se pudo probar que realmente lo que pasó fue un fusilamiento"
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PERPETUA PARA OCHO MILITARES Y LIBERTAD PARA UN POLICIA POR LA MASACRE DE MARGARITA BELEN, EN CHACO
Una condena que no deja lugar a la fuga
Quince presos, cuatro que continúan desaparecidos, fueron asesinados en diciembre de 1976 en un operativo conjunto del Ejército y la policía provincial que simuló una fuga. Emoción de los familiares de las víctimas por el veredicto del tribunal.
Por Marcos Salomón (Desde Resistencia)
Transcurridos treinta y cinco años de los fusilamientos, diez de la reapertura de la causa judicial, luego de escuchar a más de 120 testigos, en 60 audiencias orales y públicas, la lectura de la parte resolutiva de la sentencia llevó menos de 30 minutos para escuchar la condena a cadena perpetua a ocho militares y al único policía sentando en el banquillo de los acusados, por el asesinato de quince víctimas, cuatro de las cuales permanecen desaparecidas. Pero nada fue tan sencillo, la convocatoria original, para las 8.30, apenas dio lugar a las “últimas palabras” de Alfredo Chas, quien en un discurso políticamente correcto hasta el hartazgo ya se había declarado inocente. El policía consiguió, en forma inesperada, la absolución.
Después, la decisión del Tribunal Oral Federal de pasar la lectura de la sentencia para las 17, que enojó a todo el público, al punto que desencadenó una reacción inesperada: como nunca sucedió a lo largo del juicio, familiares de víctimas y victimarios coincidieron en fustigar a los jueces.
Medida inapelable, para las 17, en punto, Gladys Yunes, presidenta del Tribunal, leyó la condena a cadena perpetua contra Athos Rennes, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Germán Riquelme, Jorge Carnero Sabol, Ricardo Reyes, Ricardo Losito (ya había sido condenado a 25 años en la causa por el ex Regimiento de Infantería 9, en Corrientes) y José Luis Patetta (también condenado a 25 años, pero en la causa Caballero que investigó la represión ilegal en el Departamento de Policía de Chaco). En cambio, fue absuelto Luis Alfredo Chas, por falta de pruebas. Todos los militares están condenados como “coautores de homicidio agravado, por alevosía y el número de víctimas”.
Tensión
Con exclamaciones y lágrimas, familiares de las víctimas escuchaban las condenas, con Patetta y Losito fueron los momentos de mayor festejo, entre aplausos y alguna ironía suelta. Pero, en general, la audiencia fue absolutamente tranquila.
En cambio, toda la calma se rompió cuando el Tribunal absolvió a Chas. Los familiares del policía rompieron en llanto (aunque no tenían mucha esperanza, porque, según testigos, adelantaron el casamiento de una nieta del imputado para evitar que, tras la sentencia, no pudiera asistir a la boda) y descargaron toda su tensión contra los familiares de las víctimas.
Chas, de pie, con cara de sorpresa, escuchó su libertad por falta de pruebas.
Igual, Juan Andrés Sala, hijo de Néstor –una de las víctimas de la Masacre– y de Mirta Clara –ex presa política– pudo descargar su bronca contra Patetta: “Vos fuiste el que asesinó a mi papá”, le gritó.
La contracara, la impotencia de la nueva generación de la Pierolada (sobrinos de Fernando Piérola, que es una de las víctimas del 13 de diciembre de 1976 que continúa desaparecida): “¿Dónde están los cuerpos de nuestros compañeros, de nuestra familia?”, preguntaban a los gritos, mientras la familia Chas era desalojada de la sala En otra parte de la sentencia, el Tribunal hizo lugar al pedido de falso testimonio presentado contra el ex soldado y escritor frustrado Alfredo Maidana. En cambio, no hizo lugar al pedido de la defensa que acusó de falso testimonio a Francisco “Tete” Romero, ministro de Educación.
Los jueces también hicieron lugar al pedido de falso testimonio planteado contra el ex médico policial Orlando Grillo, que representa la complicidad civil chaqueña en el terrorismo de Estado.
En tanto, los fundamentos completos del fallo se conocerán recién el 12 de julio, según lo anunció la jueza Yunnes. Justo el 12 de julio sería el cumpleaños de Néstor Sala, víctima de la Masacre.
El final
Sobre el final, el abrazo partido entre familiares de las víctimas contrastaba con la desazón de los familiares de los imputados. Sólo la esposa de Martínez Segón habló con la prensa, para descalificar el fallo. Para acallar cualquier rumor y como una manera de festejar un triunfo contra la impunidad de 35 años, con los dedos en V o con el puño en alto, los presentes comenzaron a cantar el Himno Nacional Argentino.
Pero, a diferencia de la sentencia en la causa Caballero, cuando todos abrazaban a los sobrevivientes que declararon en el juicio, en la sentencia por la Masacre de Margarita Belén no había sobrevivientes para abrazar. Por eso, a voz batiente, tomó mucho más fuerza y sentido el Himno cuando la sala de audiencias bramaba: “Oh juremos con gloria morir”.
Condenaron a prisión perpetua a ocho exmilitares por la Masacre de Margarita Belén en Resistencia
El Tribunal Oral Federal de Resistencia sentenció hoy a prisión perpetua a ocho represores y absolvió a uno de los imputados en la causa “Margarita Belén”, por delitos de lesa humanidad. Durante la lectura del fallo, familiares y allegados de las víctimas y organizaciones de derechos humanos encabezaron una marcha en la puerta del juzgado.
Los militares fueron acusados de fusilar a 22 presos políticos cuando eran trasladados desde el Chaco hacia el penal federal de Formosa, durante la última dictadura militar.
En horas de la tarde, se leyó el veredicto del Tribunal presidido por Gladys Yunes, en el que se condenó a perpetua en cárcel común a Gustavo Athos, Horacio Losito, Aldo Martínez Segón, Jorge Daniel Carnero Sabol, Ricardo Guillermo Reyes, Germán Emilio Riquelme, Ernesto Jorge Simoni, Luis Alberto Patetta.
En tanto, el ex policía Alfredo Luis Chas, considerado como partícipe secundario, fue absuelto de culpa y cargo.
Los ex militares fueron sentenciados por los delitos de homicidio agravado por alevosía y por el número de partícipes; privación ilegítima de la libertad agravada por el tiempo, y desaparición forzada de personas.
El hecho ocurrió el 13 de diciembre de 1976, cuando 22 jóvenes, hombres y mujeres, la mayoría de ellos militantes peronistas, fueron fusilados en cercanías de la localidad chaqueña de Margarita Belén, cuando eran trasladados a un penal de Formosa.
Las víctimas de la denominada “masacre de Margarita Belén”, fueron: Patricio Blas Tierno, Néstor Sala, Carlos Zamudio, Luis Angel Barco, Roberto Yedro, Delicia González, Luis Díaz, Fernando Pierola, Raúl Caire, Sergio Pereyra, Carlos Duarte, Carlos Tereszecuk, Manuel Parodi Ocampo, Luis Fransen, Ema Cabral, Reinaldo Zapata y Mario Cuevas.
En tanto, no se conocen las identidades de 5 de las víctimas que no fueron identificadas, 3 hombres y 2 mujeres.
En la puerta del Juzgado Federal, ubicado frente a la plaza 25 de Mayo de la capital chaqueña, cientos de personas, representantes de organizaciones de derechos humanos, organizaciones sociales, estudiantiles y partidos políticos celebraron el fallo.
Con audio y pantalla gigante, presenciaron el veredicto mientras sostenían carteles, banderas y pancartas de la JP-Descamisados, MTD, ATE, CTA, JUP, PC, Barrios de Pie, y Movimiento 26 de Julio, entre otros.
Con cánticos y gritos los manifestantes festejaron el fallo que condenó a los imputados de violaciones a los derechos humanos.
“Es un fallo histórico” dijo a Télam el abogado querellante Mario Bosch, al finalizar la audiencia, a la vez que agregó que se trata de “un fallo de jueces independientes”.
En tanto, el letrado dijo no compartir la sentencia de absolución y señaló que esperarán conocer los fundamentos del veredicto, el próximo 12 de julio
“Se condenó a los máximos responsables de los fusilamientos a perpetua en cárcel común, sin ningún tipo de privilegios”, dijo Bosch en declaraciones a Télam.
Por su parte, Martín, el hijo de una de las víctimas de la masacre, Luis Díaz, dijo que siente “una pequeña sensación de alivio” y que “se hizo justicia”.
En este mismo sentido, Daniela, la hija de Carlos Zamudio, ejecutado hace 35 años en Margarita Belén afirmó que “se cierra una historia. En un momento se remueve toda tu vida, es terrible”, expresó en medio de las lágrimas.
Sobre los hechos de 1976, la querella relató días atrás en los alegatos que “pasadas las 3.30 (del 13 de diciembre), al menos un patrullero, y dos camiones del Ejército partieron rumbo a Formosa por la ruta 11. Antes de la 5 de la mañana el convoy detuvo su marcha a la altura del viejo camino a El Zapallar”.
“Allí fusilaron a los presos: los imputados usaron sus FAL e hicieron desaparecer a un grupo para enmascarar el asesinato como un intento de fuga, la versión oficial”.
Fueron querellantes en esta causa, los familiares de las victimas, la subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia del Chaco y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
A pocos kilómetros de Margarita Belén, un monumento recuerda a las víctimas en el mismo lugar donde fueron fusilados, con esculturas de tamaño natural que representan a los 22 jóvenes.
En tanto, en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Nordeste (de Resistencia), un gran mural recuerda la masacre, obra realizada por Amanda Mayor de Piérola, artista plástica de la Provincia de Entre Ríos y madre de Fernando Gabriel Piérola, uno de los jóvenes fusilados, bajo el título “Argentina, dolor y esperanza”.
A 35 años de este delito de lesa humanidad, los familiares de las víctimas festejaron, lloraron y se abrazaron luego de la sentencia, en compañía de centenares de personas que se concentraron frente al edificio del Tribunal Oral Federal de Resistencia.
El próximo 12 de julio se dará a conocer el fundamento de la sentencia que condenó a 8 militares por la masacre de Margarita Belén y absolvió a un policía.
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Vida y muerte en Margarita Belén
Un día de justicia. Fue el primer juicio por delitos de lesa humanidad que se realizó en la provincia
Ocho represores fueron condenados a prisión perpetua por la masacre de 22 militantes, ocurrida en Chaco en 1976.
La orden secreta tenía un número, el 4.000/76; una fecha, 11 de diciembre de 1976, y una firma, la del general Cristino Nicolaides: las exactas coordenadas de la muerte en la Masacre de Margarita Belén. La propaganda militar lo presentó como un enfrentamiento desatado cuando “subversivos” asaltaron el convoy, a cargo del mayor Athos Renes, que trasladaba presos revoltosos desde Chaco a Formosa. Los prisioneros y asaltantes murieron con balazos en la nuca y no hubo bajas del bando contrario. La farsa quedó al descubierto en la sentencia del juicio a las juntas militares: había sido un fusilamiento masivo, liso y llano.
La noche del 13, los militantes fueron torturados casi hasta la muerte y llevados en dos camiones del Ejército hasta el paraje de Margarita Belén, donde fueron ejecutados. De los 22 –en su mayoría peronistas, varios ligados a las combativas Ligas Agrarias–, cinco fusilados siguen siendo anónimos. Cuatro siguen prófugos, el eufemismo impúdico de la desaparición. Varios cadáveres fueron negados y finalmente entregados en cajones de madera ordinaria, con la orden expresa de no abrirlos. De ni siquiera poder llorarlos. Como en Trelew, como la Unidad 9 de La Plata, pegaban el zarpazo. A hombres y mujeres. Esta vez, entre ellos, estaba el Flaco Néstor Sala.El Flaco y Mirta. Domingo a las cinco de la tarde del 12 de diciembre de 1976, en la prisión regional del norte U7. Las autoridades avisan de un traslado para esa noche. Néstor Sala, su metro noventa erguido sobre una mesada, grita:
–Compañeros, voy a decir algo duro. No tenemos fuerzas para resistir. El precio a pagar puede ser más alto que el grupo de compañeros a los que han de trasladarnos.
Sus compañeros no están de acuerdo, quieren tomar el pabellón. Los camiones del Ejército rodean el Penal, los milicos se salen de la vaina por reprimir y los penitenciarios amenazan con dejarlos entrar. Sala insiste:
–Compañeros, no hagamos locuras. Midamos nuestra fuerza sin echar por la borda lo conquistado. Hay que salvar al conjunto.
Algunos, en las celdas que rodean el hall, empiezan a llorar. El Flaco ha predicho su muerte a los 33 años, como Evita y el Che, y su última voluntad ha sido que lo dejen hablar. Pide que les cuenten a sus hijos por qué murieron, habla para la posteridad:
–Vamos a demostrarles que también sabemos morir con honor. Les prometemos, compañeros, que vamos a caer peleando. Yo solamente les pido que cuando nos lleven, ustedes canten fuerte la marchita.
Y así sucede. Según el poema de Jorge Falcone que recrea ese último acto, los que quedan despiden con una ceremonia peronista a los 13 reclusos marcados para morir. El celador que saca al Flaco del calabozo también llora: le pide perdón por acatar órdenes de su capitán.
Esa noche el penal es un infierno. Hay baile y requisa feroz para todos. Las autoridades militares ordenan que estuvieran en “condiciones” para el traslado, lo que se traduce en tortura sin límite. Al Flaco lo cargan inerme en uno de los camiones.
Atrás quedan los momentos felices de su infancia en Ezpeleta, de la cuna proletaria, del centro de estudiantes en Arquitectura de La Plata con el Flaco Klein. De la peña del ’69, para recaudar fondos para un entierro, en la que se conocieron con Mirta Clara: el cuadro Montonero, sobreviviente de cuatro cárceles y ocho años de cautiverio, batalladora incansable en democracia y una de las cinco candidatas argentinas en 2005, entre mil mujeres del mundo, al Premio Nobel de la Paz, que era entonces la joven que vendía vino en la barra. Se esfuma la militancia en FAP y los meses venturosos de primavera camporista en los que fueron voceros del poder popular. La llegada de Mariana al mundo en agosto del ’74. El exilio interno en el Chaco apacible. Se borra la alegría, aún preso, de haber sido padre de un varón.
En la madrugada del 13, sin fuerzas casi, el Flaco sabe que los van a matar. Lo bajan y lo ponen en un Peugeot 504, del lado del conductor. A un metro de distancia, el teniente Luis Patetta hace fuego con su Itaca. El pelotón de fusilamiento le da los tiros de gracia: 60 disparos más.Mariana. Mariana Eva Sala, la hija mayor del Flaco y Mirta, tiene hoy 36 años: tres más que su padre cuando lo fusilaron. Es flaca y espigada, como él. El lunes pasado, después de oír la condena a cadena perpetua a los ocho ex militares que fusilaron a su padre (sólo fue absuelto el policía Alfredo Chas), entre abrazos interminables, le presentaron a un tipo que lloraba: “Cuando era joven, un compañero me dio la orden de cuidar a una nena de un año que tenía los papás desaparecidos –le dijo–. Sólo sabía que se llamaba Mariana. Con mi mujer te recibimos con muchísimo amor, te cuidamos y criamos como a una princesa. Fuiste una hija para nosotros”. Mariana escuchaba al borde del llanto. El hombre le contó que un día llegó la orden de entregarla al Gorila, Patricio Blas Tierno.
“Con muchísimo miedo y dolor, te llevamos a la estación de colectivos, y aunque costó un poco que entraras en confianza, te dejamos con él. Durante todos estos años nunca supimos que pasó con vos, si estabas viva o dónde estabas”, le dijo.
Cuando empezó el juicio, el “tío Edgardo” –como lo llama Mariana– se acercó a los querellantes con lo único que había conservado más de tres décadas en su mesa de luz: la foto de princesa. Le contaron que era la primogénita de Mirta Clara y del Flaco, que había sido su compañero de encierro, aunque nunca supiera que durante meses había cuidado a su hija. “Hoy vine acá para abrazarte fuerte, porque la vida nos encuentra una vez más, porque el compromiso nos mantuvo vivos y por la memoria de aquellos compañeros caídos que tanto quisimos”, le dijo. Y le dio su foto de bebé: “Para que puedas mostrárselas a tus hijos”. Se abrazaron y lloraron a mares, “como si la vida volviera en el tiempo un segundo y fuéramos aquellos jóvenes que nunca se separaron”, escribió Mariana en un mail donde relató su encuentro con Edgardo para Miradas al Sur.
El mail estremece. No lleva un número pero sí una fecha, 20 de mayo de 2011, y una firma, la de Mariana Eva Sala: las exactas coordenadas de la vida en la Masacre de Margarita Belén. • Se había fugado. Extraditarán de Brasil al represor Norberto Tozzo
En sintonía con las prisiones perpetuas dictadas por el Tribunal Oral Federal de Resistencia para los ocho jefes y oficiales del grupo de tareas que ejecutó la masacre de Margarita Belén, el jueves, el Supremo Tribunal Federal de Brasil autorizó la extradición del ex mayor Norberto Raúl Tozzo, prófugo durante tres años y otros tres detenidos allí. Ahora sólo resta la confirmación de la presidenta Dilma Rousseff. En una verdadera ironía histórica, el reo será premiado por su paseo por Brasil. “La extradición le puso un corset a su juzgamiento, porque lo extraditan sólo por los casos de privación ilegítima de la libertad, y no por los homicidios que consideraron prescriptos según sus leyes”, aseguró el fiscal Jorge Auat a Miradas al Sur. La condena no superaría los 25 años.
Tozzo participó del traslado a los condenados. Se fugó del país luego de un escandaloso fallo de la Cámara Federal de Resistencia, en el que intervinieron los secretarios de fiscales y jueces de entonces acusados de presenciar la tortura. “Fue aberrante. Discutieron una cuestión de competencia más que un hábeas corpus. El fallo dejó a gente en libertad y Tozzo se fugó”, dijo Auat. La causa quedó paralizada dos años. “En el ínterin murieron acusados y víctimas. Un daño irreparable.” A pesar de la satisfacción del dictamen, quedó un punto oscuro: la absolución del policía Alfredo Chas, que encabezó la columna durante la masacre. “Vamos a esperar los fundamentos para ver la valoración de las pruebas que hicieron. Para nosotros era más que suficiente para condenarlo”, aseguró Auat.
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Primera entrega Atrapados en Libertad (diciembre 2009)
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