26/06/2002 a 26/06/2012
DIEZ AÑOS DE LA
MASACRE DE AVELLANEDA
El
26 de junio de 2002 diversas organizaciones sociales y políticas coincidieron
en un plan de lucha por alimentos, trabajo, pago de planes de empleo, por el
aumento de los subsidios de 150 a 300 pesos y por el fin de la represión.
Más
de 400 efectivos, tanto uniformados como de civil, participaron del operativo
para enfrentar la protesta social. Fue la primera vez que actuaron conjuntamente las cuatro fuerzas:
Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal, y Policía Bonaerense.
Se convocó además a personal retirado que actuó como paramilitar.
El
gobierno de Eduardo Duhalde hablaba por ese entonces de una “ola de
inseguridad”: cacerolazos, protestas sindicales, movilizaciones de organizaciones
sociales y piqueteras eran quienes tomaban las calles en contra de las medidas
económicas que empobrecían al país por esos años. La jornada del 26 de junio
debía ser “aleccionadora”. Así, como resultado de un plan represivo planificado por el gobierno
fueron asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y más de 30 compañeros
sufrieron heridas de bala de plomo.
Maxi
Kosteki fue baleado en la entrada del
supermercado Carrefour, sobre la Avda. Pavón. Una vez herido, sus
compañeros lo llevaron hasta la estación de trenes de Avellaneda para pedir una
ambulancia. Allí también llegó Darío Santillán, quien al advertir que policías
entrarían a la estación, dijo: "Me quedo yo, salgan". Por auxiliar a Maxi, por solidaridad, a Darío
lo ejecutaron por la espalda.
Luego
de la Masacre comenzó una operación, sostenida por funcionarios y policías que
se reprodujo en numerosos medios de comunicación, de que los “piqueteros se
habían matado entre ellos”. No sólo era mentira, sino que luego se conocieron
las fotos donde los policías los asesinaban.
Ahí
comenzó el reclamo por justicia, el pedido de juicio y castigo a los
responsables materiales e intelectuales de la Masacre. Al cumplirse diez años, como todos los 26 de junio, los compañeros,
compañeras y familiares de Santillán y Kosteki realizan numerosas actividades
para recordarlos y para continuar el reclamo por juicio y castigo a los
responsables políticos.
Al ser asesinado Maximiliano Kosteki tenía 25
años, hacia pocos meses que había empezado a militar en el MTD-Guernica. Darío
Alberto Santillán tenía 21 años y militaba en el MTD-Lanús, en el barrio La Fe.
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LA CAUSA A LOS RESPONSABLES MATERIALES.
Por
el asesinato de Kosteki y Santillán comenzó un juicio oral en los Tribunales de
Lomas de Zamora que duró del 17 de mayo de 2004 al 10 de enero de 2006.
El Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora, integrado por los
jueces Roberto Lugones, Elisa Moyano y Jorge Roldán llevó adelante el juicio por los homicidios de Darío Santillán y
Maximiliano Kosteki, y las agresiones con balas de plomo de Aurora Cividino,
Sebastián Conti, Sebastián Russo, Walter Medina, Silvina Rodríguez Barracha y
Miguel Ángel Paniagua.
El
fiscal encargado de la acusación durante el juicio fue el Dr. Bernardo Schell.
Los
policías acusados en la causa eran: Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, por
homicidio. Luego estaban acusados Félix Vega, Carlos Quevedo, Mario de la
Fuente, Gastón Sierra y Lorenzo Colman, por encubrimiento agravado; y Francisco
Celestino Robledo -policía retirado que realizó detenciones-, por usurpación de
título y honores.
Asimismo,
el tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora recomendó que se investigara la
responsabilidad que podía haberle cabido en el asesinato al gobierno del
gobierno de Eduardo Duhalde, quien a consecuencia de esos crímenes se vio
obligado a convocar anticipadamente a elecciones presidenciales. Para ello,
envió copias de los testimonios al Juzgado Federal N° 4, responsable de
investigar la responsabilidad política del ex presidente Duhalde y su equipo de
gobierno, y a la UFI N° 11 de Lomas de Zamora, encargado de la responsabilidad
del gobernador Felipe Solá, en aquellos hechos.
Luego de la condena recibida en 2006, la defensa de los policías apeló y
la sala primera de la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires dictó
un nuevo fallo en 2011. Lo más importante es que se sostiene la prisión
perpetua del ex comisario de la Policía Bonaerense Alfredo Fanchiotti y su chofer, el cabo Alejandro Acosta por homicidio agravado. Sin embargo, ninguno de
los demás policías que recibió condenas estuvo preso, ya que las apelaciones
que harán ante la Corte Suprema evitan que las condenas iniciales se hagan
efectivas.
Los jueces de la sala I de la Cámara de Casación de
la Provincia de Buenos Aires fueron los jueces Carlos Ángel Natiello,
Horacio Daniel Piombo y Benjamín Ramon María Sal Llargués. El fiscal fue Carlos
Altuve.
A
continuación una breve reseña de cada uno de los condenados.
Alfredo Luis Fanchiotti.
Era
comisario. Fue condenado a prisión perpetua en 2006 por ser coautor de doble
homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de homicidio, con la pena de
prisión perpetua: 25 años.
En 2011, por mayoría, se rechazó el recurso de su defensa.
Hoy sigue detenido en la Unidad 42 de Florencio Varela,
luego de que fuera denunciado por sus salidas ilegales de la cárcel, cuando
estaba en la Unidad 25 de Olmos, La Plata, en una unidad evangelista en donde
gozó condiciones privilegiadas de detención, como un régimen de visitas
permanentes y acceso a teléfono celular (violando la ley y en complicidad con
miembros del servicio penitenciario). Sus defensores fueron Amílcar Carlos
Chiodo y Oscar Serrano. Causa 22.993.
Alejandro Acosta.
Era cabo y chofer de Fanchiotti. Fue condenado a prisión
perpetua en 2006 por ser coautor de doble homicidio agravado por alevosía y
siete tentativas de homicidio. Recibió la pena de prisión perpetua, 25 años.
En 2011, la Cámara rechazó el pedido de su defensa, por lo
que sigue en la cárcel.
Sus
defensores fueron Daniel María Baca Paunero y Enrique Federico Bonomi. Causa
22.995.
Félix Osvaldo Vega.
Era el
jefe de Fanchiotti y el titular de la departamental de Lomas de
Zamora. Horas después de la Masacre le dijo al ex diputado Luis Zamora “Tenemos
experiencia, usted sabe perfectamente que se mataron entre ellos”. Fanchiotti
declaró en 2009 que Vega sabía del operativo represivo. Sus palabras fueron
“Salvaron a Vega, que me usó y me abandonó, entregaron mi cabeza para
tranquilizar todo”.
Vega fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado a 4 años de prisión, con cumplimiento efectivo.
La querella pedía que fuera acusado por homicidio y lesiones entendiendo que
“como jefe del operativo tiene responsabilidad por las muertes”. Eso no
sucedió.
En
la Sentencia 2011, por mayoría,
la Cámara de Casación decide absolverlo.
Sus
defensores fueron Antonio Postillone (h) y Fabián Gustavo Visser. Causa 22.998.
Francisco
Robledo.
Era un policía dado de baja que
apareció aquel 26 de junio actuando como parapolicial y realizando detenciones.
Fue condenado en 2006 por
usurpación de título y honores (usurpación de autoridad) a 10 meses de prisión.
En la Sentencia 2011, los camaristas deciden por
mayoría sobreseerlo por prescripción de la acción penal. Su defensor fue
Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.
Antonio
Gastón Sierra.
Era oficial de la Policía Bonaerense.
Fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado: 3 años de prisión.
En la sentencia de 2011, por unanimidad, los camaristas
deciden rechazar el recurso interpuesto por su defensa. Su defensor fue Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.
Mario
De La Fuente.
Ex jefe de calle de la Comisaría 1ª
de Avellaneda, fue condenado en 2006 por
encubrimiento agravado a 4 años de
prisión, con cumplimiento efectivo de la misma.
En la
sentencia de 2011, por mayoría, le reducen la pena de 4 a 3 años,
eliminando el “agravante por peligrosidad”. De la Fuente fue acusado de
encubrimiento agravado. Las fotos pusieron en evidencia que estuvo entre los
piqueteros y manipuló los cuerpos de Kosteki y de Santillán.
Su defensor fue Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.
Carlos Jesús Quevedo.
Era
oficial principal de la Policía Bonaerense. Junto a Colman, el principal Quevedo pateó a
Darío en el piso cuando agonizaba y le levantó las piernas a Maxi para
garantizar que se desangrara.
Fue
condenado en 2006 por encubrimiento agravado: 4 años de prisión, con cumplimiento efectivo de
la misma.
En
la sentencia de 2011, por
unanimidad, deciden rechazar el recurso interpuesto por la defensa.
Sus
defensores fueron Omar Luis Daer y Leonardo Mariano Churín. Causa 22.996.
Lorenzo
Colman.
Era cabo de la Bonaerense, el 26 de junio actuó de
civil. Junto
a Quevedo, Colman pateó a Darío en el piso cuando agonizaba. Fue condenado en la sentencia de 2006 por
encubrimiento agravado: 2 años de
prisión. En la sentencia de
2011, los camaristas rechazaron el recurso interpuesto por su defensa.
Sus
defensores fueron Mónica A. Castronuovo y Juan Eduardo Stepaniuc. Causa 22.997.
Carlos Leiva.
Era
sargento de la Bonaerense. El 26 de junio actuó de civil y disparó balas de
plomo.
Se
mantuvo prófugo de la justicia hasta mediados de 2003. Fue juzgado más tarde y
se lo encontró culpable de triple tentativa de homicidio. Salió de prisión en
2007.
En
septiembre de 2011 fue detenido por secuestro extorsivo, acusado de integrar
una banda de Villa Lugano.
LOS RESPONSABLES POLÍTICOS Y LA CAUSA.
Mabel
Ruiz, madre de Maximiliano Kosteki, fallecida el 7 de septiembre de 2003, había
iniciado una investigación judicial que hubiera sido el caso Kosteki y
Santillán II, referida a la
responsabilidad de los funcionarios que tenían cargos en el momento de
la masacre.
La
causa, radicada en el Juzgado Federal Nº 4 a cargo del juez Ariel Lijo, nunca
avanzó más allá de su mera existencia formal. Finalmente
fue archivada un mes antes de este nuevo reclamo de justicia, a diez años.
La causa es la número N° 14.215. El Fiscal Miguel Ángel
Osorio, a cargo de la Fiscalía Federal Nº 10, era el responsable de la
investigación.
En
el inicio del primer juicio, uno de los abogados de la querella, el Dr. Claudio Pandolfi aseguró “Fanchiotti y Acosta (...) implementaron de
manera coordinada y siguiendo un designio común un plan que tenía como
objeto disparar con sus escopetas, previamente cargadas con cartuchos con
postas de plomo, contra los manifestantes con el fin de dar muerte a un número
indeterminado de ellos”.
Viendo el antes, el durante y el después del 26 de
junio de 2002 se ve la coordinación de las fuerzas de seguridad con el poder
político. En efecto, Fanchiotti declaró en su momento "Me hicieron una cama, me abandonaron todos y me
atribuyen toda la responsabilidad, estoy preso por orden directa de
Duhalde". En esa declaración testimonial, Fanchiotti dijo que el 25 de
junio de 2002 hubo una reunión en el Ministerio de Seguridad bonaerense en la
que los jefes de Inteligencia fueron informados del plan para "aplicar
represión para restablecer el orden con precisión quirúrgica, para separar a
los caceroleros de los piqueteros". Fanchiotti contó que el jefe
departamental de Lomas de Zamora, Félix Vega, sabía del plan y cuando quiso
poner al frente del operativo a su segundo, Mario Mijín, el policía le dijo que
"ni loco porque iba a haber quilombo". Por eso terminó yendo él.
Mijín apareció al poco tiempo suicidado.
Además existe la evidencia sobre la responsabilidad de
la SIDE en los asesinatos, las confesiones de Atanasof que declaró que el
gobierno "iba a una guerra" con los piqueteros un día antes de que se
produjeran los asesinatos con munición de guerra, los informes que Juan José
Álvarez dijo tener para inculpar a los piqueteros, como parte del plan
criminal.
A pesar de todas las pruebas y líneas de investigación
abiertas, la causa política nunca prosperó. Federico Orchani del Frente Popular
Darío Santillán, que es querellante en la causa criticó la inacción judicial.
“Hubo una decisión de que no avanzara la investigación sobre las
responsabilidades políticas. Por eso a Duhalde le transmitimos la condena
social por los asesinatos y lo escrachamos en cada uno de los lugares donde se
presenta”.
LOS
AUTORES INTELECTUALES Y RESPONSABLES POLÍTICOS DE LA MASACRE DE AVELLANEDA.
Eduardo Duhalde
2002: Presidente de la Nación.
Actividad reciente: Sin cargos, pero con intenciones de reaparecer en la escena política nuevamente. Fue candidato a presidente en las elecciones del año 2011, dentro del espacio del Peronismo Federal, enfrentado al kirchnerismo, quedando en el tercer lugar en las elecciones generales, con 5,8% de los votos.
El Frente Popular Darío Santillán llevó adelante una campaña de escraches bajo la consigna “Duhalde es nuestro candidato a la cárcel”.
2002: Presidente de la Nación.
Actividad reciente: Sin cargos, pero con intenciones de reaparecer en la escena política nuevamente. Fue candidato a presidente en las elecciones del año 2011, dentro del espacio del Peronismo Federal, enfrentado al kirchnerismo, quedando en el tercer lugar en las elecciones generales, con 5,8% de los votos.
El Frente Popular Darío Santillán llevó adelante una campaña de escraches bajo la consigna “Duhalde es nuestro candidato a la cárcel”.
Felipe Solá
2002: Gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Actividad reciente: Actualmente es diputado nacional por el bloque Unión Peronista.
Juan José Álvarez
2002: secretario de Seguridad Interior de la Nación.
Actividad reciente: Ha caído en desgracia por una investigación que sacó a la luz su pertenencia a la SIDE durante la última dictadura militar.
Fue diputado nacional en alianza con el kirchnerismo por dos períodos entre 2003 y 2011. Trabajó para los gobiernos de Aníbal Ibarra y Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires.
Carlos Soria
2002: jefe de la SIDE.
Actividad reciente: En 2011 fue electo gobernador de Río Negro, designado por Cristina Fernández de Kirchner. Murió el 1 de enero de 2012 de un disparo, en un hecho que aún se investiga y por el cual está imputada su esposa.
Tras su muerte, intentaron denominar con su nombre un
barrio de Rio Negro, lo cual fue repudiado por el Frente Popular Darío
Santillán de Alto Valle.
Alfredo Atanasoff
2002: Jefe de Gabinete.
Actividad reciente: Actual diputado nacional por el Peronismo Federal, en su segundo mandato.
Jorge Vanossi
2002: Ministro de Justicia de la Nación.
Actividad reciente: Fue diputado nacional por el macrismo durante el período el 2003-2007.
Aníbal Fernández
2002: Secretario general de la Presidencia.
Actividad reciente: Es senador nacional desde 2011. En 2009 fue Jefe de Gabinete de la Nación designado por Cristina Fernández de Kirchner.
Jorge Matzkin
2002: Ministro del Interior de la Nación.
Actividad reciente: Es operador político del Peronismo Federal y empresario de medios en la provincia de La Pampa. En 2008 fue procesado por amenazar a un peón rural en La Pampa, y fue sobreseído. En 2011 baleó a un hombre que intentó asaltar a uno de sus hijos, pero tenía sus permisos de portación de armas vencidos y podría caberle el delito de intento de homicidio.
Luis Genoud
2002: Ministro de Seguridad y Justicia de la provincia de Buenos Aires, es decir, el conductor político de la Policía Bonaerense.
Actividad reciente: Es ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
En 2004 fue involucrado en la desaparición de un empleado de SEGBA durante la última dictadura militar. Sin embargo, por ser un alto miembro del Poder Judicial, Genoud está beneficiado por el artículo 250 del Código Procesal Penal que indica que no está obligado a comparecer ante los Tribunales.
Alfredo Atanasoff
2002: Jefe de Gabinete.
Actividad reciente: Actual diputado nacional por el Peronismo Federal, en su segundo mandato.
Jorge Vanossi
2002: Ministro de Justicia de la Nación.
Actividad reciente: Fue diputado nacional por el macrismo durante el período el 2003-2007.
Aníbal Fernández
2002: Secretario general de la Presidencia.
Actividad reciente: Es senador nacional desde 2011. En 2009 fue Jefe de Gabinete de la Nación designado por Cristina Fernández de Kirchner.
Jorge Matzkin
2002: Ministro del Interior de la Nación.
Actividad reciente: Es operador político del Peronismo Federal y empresario de medios en la provincia de La Pampa. En 2008 fue procesado por amenazar a un peón rural en La Pampa, y fue sobreseído. En 2011 baleó a un hombre que intentó asaltar a uno de sus hijos, pero tenía sus permisos de portación de armas vencidos y podría caberle el delito de intento de homicidio.
Luis Genoud
2002: Ministro de Seguridad y Justicia de la provincia de Buenos Aires, es decir, el conductor político de la Policía Bonaerense.
Actividad reciente: Es ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
En 2004 fue involucrado en la desaparición de un empleado de SEGBA durante la última dictadura militar. Sin embargo, por ser un alto miembro del Poder Judicial, Genoud está beneficiado por el artículo 250 del Código Procesal Penal que indica que no está obligado a comparecer ante los Tribunales.
Oscar Rodríguez
2002: Vicejefe de la SIDE
Actividad reciente: En 2008, Néstor Kirchner ordenó cobijarlo en Uruguay como "consejero" en la embajada argentina en Montevideo. Ocupó el cargo hasta principios de 2011.
2002: Vicejefe de la SIDE
Actividad reciente: En 2008, Néstor Kirchner ordenó cobijarlo en Uruguay como "consejero" en la embajada argentina en Montevideo. Ocupó el cargo hasta principios de 2011.
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LAS PROMESAS DEL EX PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER.
En octubre de 2003, Néstor Kirchner recibió a
Alberto Santillán y a dirigentes piqueteros del MTD-Aníbal Verón en la Casa
Rosada. En ese encuentro, el entonces presidente prometió crear una comisión
investigadora por la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Tras la
reunión, Alberto Santillán relató que Kirchner les aseguró que se iba a
proceder igual que con la investigación del caso AMIA,
que se abrirían todos los archivos que fueran necesarios para que pagaran
quienes tuvieran que pagar, sin que importara el nombre de los responsables.
“Me dio un abrazo y golpeándome la espalda me dijo que
se iba a investigar hasta las últimas consecuencias”, recordó Alberto
Santillán. Al día de hoy, la comisión nunca vio la luz.
Sobre aquella promesa incumplida, Santillán dijo
sentirse defraudado por el ex presidente, y lo consideró “cómplice” por la
falta de investigación. “Kirchner mintió sobre la vida de mi hijo y eso no se
lo voy a perdonar nunca”, aseguró el padre de Darío en el documental ‘La crisis
causó dos nuevas muertes’.
CAMBIO DE NOMBRE A
LA ESTACIÓN AVELLANEDA.
La comisión de Transportes de
la Cámara de Diputados aprobó a mediados de mayo de este año un proyecto de ley
para que la estación de trenes de Avellaneda cambie de nombre y pase a llamarse
"Darío Santillán y Maximiliano Kosteki". El dictamen fue girado
a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías, donde se espera que reciba un
rápido tratamiento para poder ser votado en la Cámara baja.
El
proyecto actual retoma una iniciativa anterior, que venía siendo presentada
desde el año 2006 por el diputado Eduardo Macaluse. En su fundamentación, consensuada con los
familiares y por el Frente Darío Santillán se expresa: “Sus nombres representan
la dignidad y la solidaridad, en contraste con la prepotencia y la crueldad de
los poderosos que planificaron y ejecutaron sus crímenes. Este aporte a la
memoria colectiva constituirá un paso más acompañando el reclamo de justicia”.
En
el predio lindero a la Estación la cooperativa de obra “Raimundo Villaflor”,
desarrolló un polo textil que ocupa a 20 trabajadoras. A esta actividad laboral
se suma una constante actividad militante y cultural que dio forma a un espacio
en construcción permanente, que incluye obras de reconocidos artistas junto a
grafittis, intervenciones y esculturas soldadas a la infraestructura
tradicional de la estación. Allí se convocaron muestras artísticas, festivales
solidarios y resultó un lugar de encuentro de las organizaciones populares de
la zona sur del conurbano bonaerense.
Uno
de los integrantes de la Cooperativa Raimundo Villaflor, Federico Orchani
afirmó: Ahora, con la posibilidad de ser reapropiado hasta en su nombre, desde
el trabajo colectivo el espacio se constituye como presente y futuro de
organización, memoria y dignidad”.
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JORNADAS DARÍO
SANTILLÁN EN LA UNIVERSIDAD DE AVELLANEDA.
Este
año comenzaron las jornadas Darío Santillán, que se convertirán en una Cátedra
Libre en la UNDAV. Se realizan en la sede de la UNDAV, en España 350, Avellaneda.
La
primera de las jornadas fue sobre medios hegemónicos
y comunicación popular, y se debatió sobre del rol de
la comunicación popular en las organizaciones barriales desde el 2002 a la
actualidad. Participaron Alberto Santillán, padre de Darío, y miembros de la
Revista Sudestada, del portal Marcha, del documental “La crisis causó 2 nuevas
muertes”, integrantes del Colectivo de Trabajadores de Prensa y de la Red
Nacional de Medios Alternativos (RNMA), entre otros.
El segundo fue sobre cultura y arte político y el
tercero, el miércoles 6 de junio a las 18 hs, tendrá como eje el tema
“Juventud, Militancia y Nuevos Valores”, en donde participaron Pablo Ferreyra,
hermano de Mariano y Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arrga.
Para más información, catedradariosantillan@gmail.com
DOCUMENTAL.
Este año se estrenó el documental de Miguel Mirra
“Darío Santillán, la dignidad rebelde”. En él Mirra realiza entrevistas a
familiares de Darío Santillán y a sus compañeros de Lanús y Almirante Brown,
haciendo un repaso por su acercamiento a la militancia durante la escuela
secundaria, los inicios de los Movimientos de Trabajadores Desocupados y la
represión del 26 de junio.
Sobre la película, -realizada en video digital-, Mirra
señaló: "Quise averiguar quién era, y para eso me puse en contacto con
quienes supieron de su compromiso social y de su carácter de referente en las
comunidades. Era importante también rescatar su último acto solidario y
recordar algunos de los emprendimientos que encaró, entre ellos la bloquera que
estaba armando en Monte Chingolo para fabricar bloques con los cuales los
vecinos pudieran construir sus casas, emprendimiento que hoy funciona como
cooperativa en un lugar llamado Roca Negra."
En mayo de este año se presentó
la biografía sobre Darío Santillán, de editorial Planeta, escrita por el
periodista de Clarín Ariel Hendler, por Juan Rey y por Mariano Pacheco,
compañero de militancia de Darío e integrante del Frente Popular Darío
Santillán.
El libro, cuyo título es “Darío Santillán. El
militante que puso el cuerpo”, relata la vida de Santillán desde sus inicios y
reconstruye los pasos de este militante del Movimiento de Trabajadores
Desocupados hasta su asesinato en 2002.
Sus autores aseguraron que el libro “es un
homenaje también a la memoria de Darío, quien tenía actitud de compromiso
general con los proyectos que emprendía. Esta es una manera de rendirle
homenaje a una militancia juvenil que realmente le puso el cuerpo a las balas
en los peores momentos, que fue la gran protagonista en los hechos del 19 y 20
de diciembre de 2001 que terminó con el gobierno de De la Rúa”. ENTREVISTA COMPLETA A MARIANO PACHECO EN "ATRAPADOS EN LIBERTAD"
El libro “Darío y Maxi. Dignidad
piquetera” comenzó a gestarse por la necesidad de sus compañeros de indagar a
fondo en lo que había sucedido aquel 26 de junio en el puente Pueyrredón.
Resultaba fundamental denunciar la acción represiva y persecutoria que
sufrieron los piqueteros, que no mostró diferencias con la última dictadura
militar.
Finalmente se convirtió en un detallado trabajo de
investigación que develó la trama política detrás de la decisión de reprimir la
lucha social.
Fue publicado en 2003 y este año, en el marco del
décimo aniversario de la masacre, el libro será reeditado.
Este año se editará el libro-álbum
para niños y jóvenes “Darío”, de la
editorial El Colectivo. Los textos son de Silvia
Pagliata y las ilustraciones y diseño de Alejandra Andreone, Natalia Revale y
Florencia Vespignani.
ENTREVISTA A FLORENCIA EN "LA VOZ DE LAS MADRES"
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¿QUÉ ES EL FRENTE POPULAR DARÍO SANTILLÁN?
El Frente Popular Darío Santillán
(FPDS) nace en el 2004. Es un MOVIMIENTO SOCIAL Y POLÍTICO, MULTISECTORIAL Y
AUTÓNOMO, CON VOCACIÓN REVOLUCIONARIA.
Nace a partir de la confluencia de
distintas organizaciones (mayoritariamente de trabajadores/as desocupados/as,
pero también de otros sectores), con distintos perfiles ideológicos, pero que
coincidían en el antiimperialismo, el anticapitalismo, la construcción del
poder popular, y en la necesidad de transitar un proceso de unidad basado en el
desarrollo de prácticas comunes y reflexión compartida. Con ese piso de
acuerdos nos lanzamos a conformar una organización unitaria.
Web FPDS
Web FPDS
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"Darío y Maxi son un ejemplo para la militancia”
Al cumplirse una década de la Masacre del Puente Pueyrredón,
los familiares de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán dialogaron con INFOnews
para recordar la lucha de ambos, hablar del presente de la causa y reflexionar
sobre la militancia juvenil en la actualidad.
Vanina Kosteki y Leonardo Santillán son hermanos de Maxi y
Darío, los dos jóvenes asesinados el 26 de junio de 2002 cuando las fuerzas de
seguridad desataron una feroz represión contra un corte impulsado por un
conjunto de organizaciones piqueteras. Hoy, ambos familiares pelean para lograr
justicia para los dos militantes y por lograr que su legado siga presente entre
los jóvenes y trabajadores que comienzan a organizarse.
Leonardo señala que el décimo aniversario de la Masacre los
encuentra “con algunas emociones cruzadas” porque, por un lado, se encuentran
“preparando todo lo que es el homenaje y la conmemoración, con un libro
biografía y un documental”, además de las actividades planificadas como
festivales, una vigilia y un acto unitario de todas las organizaciones hoy al
mediodía en el Puente.
Sin embargo, por otro lado, la semana pasada se conoció la
noticia del traslado del ex comisario y condenado por el crimen, Alfredo
Fanchiotti, lo que generó “bastante bronca” entre los familiares.
Vanina es aún más contundente en su reflexión: “A 10 años de
la masacre del Puente Pueyrredón, nos encontramos con una causa apelada en la
Corte Suprema y otra (la de las responsabilidades políticas) archivada”.
“La posible liberación de Fanchiotti lo tomamos como una
burla del gobierno y el fiscal, que primero dijo una cosa y ahora hace otra.
Hoy, el mismo fiscal que lo condenó, le da la posibilidad de la libertad
pasando por encima de cientos de detenidos que reúnen las condiciones para ese
traslado”, explicó Vanina.
Por otra parte, la hermana de Maxi también habló del juicio
próximo a los asesinos del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra:
“Vamos a estar en el juicio para que la familia de Mariano tenga justicia”. En
ese sentido, Vanina marcó que Mariano al igual que “un montón de compañeros”
son una continuación de la lucha de Maxi y Darío.
“Mariano Ferreyra estaba en el Puente Pueyrredón a los 14
años el día después de los asesinatos y a él lo mataron a los 21 años. A
Luciano Arruga lo desaparecieron cuando tenía 16 años. Hoy, mi hija, tiene 17
años y está luchando. Mi hijo de 7 años también. Quizás no es por las
necesidades de ellos, sino por la conciencia de que hay que luchar y estar en
las calles por lo que le falta a otros. La lucha no se hace quedándose
quietos”, reflexionó Vanina.
Por su parte, Leonardo aseguró que “la imagen de Darío
demostró en donde está la militancia, que está ponerse en el lugar del otro,
estar donde las cosas están mal”.
“Darío nos marca un camino de hacer diciendo, de la
coherencia, de la palabra con los hechos. Y también está la cuestión de asumir
responsabilidades. El cambio no está por un solo lado, sino que es un cambio
integral que está en la movilización, en la lucha en el barrio. Darío y Maxi
son un ejemplo para la militancia”, concluyó.
Por esta razón, la hermana de Maxi consideró que “el Puente
(Pueyrredón) va a estar colmado de jóvenes, de artistas, de adolescentes en
reclamo de justicia”.
Una vida entre el
arte y la militancia
La habitación de
Maximiliano Kosteki en su casa de Glew quedó como él la había dejado. Su madre,
Mabel Ruiz, prefería que fuera así. Sobre el escritorio, un dibujo. Sobre la
silla, un pantalón y una camisa. En la pared, muchas frases, de otros y de él.
“Lo único que destroza los sueños es resignarse”, por ejemplo.
Por:
Rodolfo González Arzac
“Maximiliano era respetuoso, bondadoso, tranquilo como agua
de tanque. Y si hay algo que rescato y de lo que no me puedo arrepentir como
mamá es justamente de eso, de que vivió totalmente en libertad”, dijo Mabel en
una entrevista, en 2003, pocos días antes de morir tras una complicación
después de una operación vesicular en el Hospital Argerich. Mabel Ruiz había
postergado demasiado una visita al médico. La búsqueda de justicia apenas la
había dejado respirar. Alberto Santillán, el padre de Darío, con quien había
trabado una pequeña amistad, la visitaba: trabajaba de enfermero allí.
Maxi era el cuarto de cinco hermanos. Tenía 22, estaba por
cumplir 23 cuando murió acribillado en la estación de Avellaneda. Pintaba desde
los diez años. Durante un tiempo, tomó clases con maestras particulares. Y a
los 13, después de dejar el colegio, cuando le dijeron que algo tenía que
hacer, un día pasando por la estación de Banfield vio los murales y dijo: “Eso
es lo que quiero hacer”. Y entonces: estudió dibujo, pintura, escultura,
cerámica, grabado y fileteado. Y volvió a la escuela, a la Media número 15 con
orientación artística en Lanús. Porque quería entrar en Bellas Artes. El mismo
día en que murió, en Barcelona, se exponían muchos de sus dibujos y pinturas.
El reconocido artista León Ferrari, tras su muerte, conoció su obra y quedó
sorprendido.
Maxi había paseado perros. Había hecho malabares y
artesanías en la plaza de Glew. Había tenido algún que otro trabajo temporario
de paga escasa. Había tenido durante dos años una novia con la que luego se
peleó. Dicen que despreciaba a los punteros políticos. Dos meses antes de su
muerte, se había acercado al Movimiento de Trabajadores Desocupados de
Guernica. Su primera marcha fue el 1º de Mayo de 2002, a Plaza de Mayo. Para
ese día dibujó un ángel, con la cara cubierta y un palo en sus manos. Quince
días después, llevó en otra manifestación la bandera de su barrio. El 26 de junio
fue la primera vez que debió enfrentarse a la represión. Por la mañana, antes
de salir en tren hacia el puente Pueyrredón, le pidió a sus compañeros
participar de las tareas de seguridad (relata el libro Darío y Maxi, dignidad
piquetera). Horas más tarde, después de escuchar varios disparos, avanzó con
otros piqueteros hacia el frente. A las 12:42 recibió un disparo sobre la
Avenida Pavón. “Me dio la yuta, me quema, llevame”, le pidió a uno de sus
compañeros. Lo llevaron hasta la estación, a dos cuadras. Sangraba por la boca
y la nariz. Ahí, tendido en el piso, lo encontró Darío Santillán. “Me quedo
yo”, le dijo al resto. Y no se movió de ahí.<
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La imposibilidad de
ser indiferente//Darío Santillán
Por: R. G. A.
Dos obras recientes, elaboradas con trabajo y talento,
trazan un retrato complejo y certero, emotivo y riguroso, sobre la vida de
Darío Santillán. Por un lado, el libro Darío Santillán, el militante que puso
el cuerpo. Y por otro, el documental Darío Santillán, la dignidad rebelde. De
esas fuentes vienen estos datos, este puñado de historias, a diez años de su
muerte.
Cosas que le gustaban al pequeño Darío Santillán: ir al
arroyo del otro lado de la calle Monteverde en Don Orione para sacar pececitos
y anguilas con su amigo Matías; acompañar a su padre Alberto a dónde fuera;
hacer taekwondo; mirar Astroboy y Mazinger Z; meter las narices, a modo de
aventura, en el predio del Cottolengo que funcionaba cerca de su casa; escuchar
las historias obreras de su abuelo Juan Severiano; dibujar y jugar a la mancha
o al Family Game.
Cosas que le encantaban al adolescente del mismo nombre:
Guns & Roses, Los Redonditos de Ricota, Nirvana, Hermética, Mozart, el
cuarteto Cedrón; nadar; sacar fotos; las clases de literatura de su profesora
Andrea y las de historia de Pedro (en el colegio Piedra Buena); la cerveza y el
ejemplo de Ernesto “Che” Guevara.
Darío no era muy bueno para los deportes. Ni para el baile.
Ni fue en el colegio de los más populares. Ni un gran alumno. Ni el más simpático.
Ni el más revoltoso. Fue uno más. Uno que se encabronaba rápido. Uno alto, que
parecía más grande, de pelo largo y un poco de barba, que, de repente, en la
militancia encontró un mundo. El suyo. “No es que fuera una persona cerrada,
sino que hasta entonces no había encontrado a la gente con quien entenderse”,
recordó Leo, el menor de sus tres hermanos, el mismo al que trataba de rescatar
de su reviente, el mismo que después del asesinato se puso al frente de la
pequeña fábrica sin patrón de bloques de cemento que había puesto en marcha
Darío.
Dario Santillan |
Pero, en un principio, nada le había resultado sencillo. Si
todos recuerdan que en la primera elección para conformar el centro de
Estudiantes la perdió. Darío supo escuchar y preguntar. Devoró todas las
lecturas que el tiempo le permitió. Aprendió, a los tumbos, con sus compañeros
de la Agrupación Juvenil 11 de julio. Descubrió la importancia de la mística a
la hora del trabajo en los barrios. Se convenció de que, como decía el Che, no
se podía ser indiferente. Creyó en Dios, como siempre. Confió en su familia de
sangre y en la de la militancia. Y un 26 de junio de 2002, volvió sobre sus
pasos durante el repliegue de una marcha, entró a la estación de Avellaneda
sabiendo que el escenario era peligroso. Le pidió al resto que se fuera. Cubrió
con su cuerpo a Maximiliano Kosteki. Y no se movió de ahí.
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La investigación por las responsabilidades políticas, sin
culpables ni condenas
Hace poco más de un mes, el juez federal Ariel Lijo cerró el
caso. La intervención de la SIDE y el gobierno interino de Duhalde.
Entre el 10 y el 25 de junio de 2002, hubo una serie de
reuniones dentro de la Casa Rosada que diez años después nadie quiere recordar.
Fueron una decena de encuentros de alto nivel, realizados bajo la coordinación
del entonces presidente provisional Eduardo Duhalde. En esas citas, sus
protagonistas no sólo analizaron la situación social del país, sino los métodos
que debía usar el Estado para reprimirla. Públicamente, quienes participaron de
esos momentos, los justificaron ante la prensa, y explicaron que fueron citas
de rutina para coordinar la intervención de las fuerzas federales de seguridad,
junto a la Policía Bonaerense, ante la posibilidad de un incremento en los
reclamos sociales. Sin embargo, las denuncias de los movimientos sociales y las
pruebas y los testimonios que recolectó el expediente que indagó sobre los
responsables materiales, permitió abrir una investigación sobre la
responsabilidad política de los funcionarios que intervinieron en la
planificación de la Masacre de Avellaneda. El caso fue cerrado sin condenados
hace más de un mes por decisión del juez federal Ariel Lijo, quien durante casi
una década tuvo a su cargo el expediente 14.215. El caso, que fue archivado con
acuerdo del fiscal federal Miguel Ángel Osorio, nunca tuvo en cuenta las
sospechas e indicios sobre la intervención de la Secretaría de Inteligencia del
Estado (SIDE) en la articulación de un plan criminal que desembocó en el
asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki durante el estreno de ese
operativo “conjunto” que dejó dos muertos, 30 heridos graves con balas de plomo
y centenares de detenidos.
Según el ex cabo Alejandro Acosta, condenado a prisión
perpetua en 2006 como “coautor de doble homicidio agravado por alevosía y siete
tentativas de homicidio”, la última reunión de coordinación se realizó en el
territorio de la represión, es decir Avellaneda. “La SIDE participó en la
reunión previa al operativo, junto a Fanchiotti, del comando de patrullas, el
jefe de la comisaría primera de Avellaneda, Néstor Benedettis, el comisario
Raúl Rodas, a cargo del Grupo Marea Azul, y el agente Mario De la Fuente que
acompañó a Fanchiotti durante todo el tiempo”, explicó Acosta en una de las
testimoniales que el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora envió a Lijo y que,
hasta ahora, sólo forma parte de una pista que terminó archivada, junto a la
furiosa confesión de Fanchiotti, cuando dijo a los gritos que su jefe directo,
Félix Vega, jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, “sabía del plan y
quiso poner al frente del operativo al comisario inspector Mario Mijín”,
segundo jefe de la Departamental y más conocido como “El Verduguito” dentro del
centro clandestino de detención Arana, que funcionó bajo órdenes del entonces
general Ramón Camps durante la última dictadura. De acuerdo al relato de
Fanchiotti, Mijín se había negado a encabezar el operativo porque “iba a haber
quilombo”. Poco más de un año después de la Masacre, durante la tarde del
último domingo de agosto de 2003, Mijín apareció muerto en su cama con un
disparo en la sien. La justicia investigó el caso como “averiguación de
suicidio”, pero el expediente del juez Lijo nunca se preguntó sobre el
derrotero del hombre que, si no se hubiera negado, habría ocupado el papel que
desempeñó Franchiotti al frente del operativo.
Leo Santillan, Alberto Santillan, Vanina Kosteki |
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Una lista de
funcionarios beneficiados
Entre los beneficiados
por el archivo de la causa que ordenó el juez Ariel Lijo, están Eduardo
Duhalde; el entonces gobernador bonaerense y actual diputado nacional Felipe
Solá; el ex subsecretario general de la Presidencia y actual senador Aníbal
Fernández;
Tiempo Argentino
Dario y Maxi |
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