domingo, 22 de julio de 2012

Dario y Maxi (a 10 años...)


26/06/2002 a 26/06/2012
DIEZ AÑOS DE LA MASACRE DE AVELLANEDA

El 26 de junio de 2002 diversas organizaciones sociales y políticas coincidieron en un plan de lucha por alimentos, trabajo, pago de planes de empleo, por el aumento de los subsidios de 150 a 300 pesos y por el fin de la represión.

Más de 400 efectivos, tanto uniformados como de civil, participaron del operativo para enfrentar la protesta social. Fue la primera vez que actuaron conjuntamente las cuatro fuerzas: Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal, y Policía Bonaerense. Se convocó además a personal retirado que actuó como paramilitar.

El gobierno de Eduardo Duhalde hablaba por ese entonces de una “ola de inseguridad”: cacerolazos, protestas sindicales, movilizaciones de organizaciones sociales y piqueteras eran quienes tomaban las calles en contra de las medidas económicas que empobrecían al país por esos años. La jornada del 26 de junio debía ser “aleccionadora”. Así, como resultado de un plan represivo planificado por el gobierno fueron asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y más de 30 compañeros sufrieron heridas de bala de plomo. 
Maxi Kosteki fue baleado en la entrada del supermercado Carrefour, sobre la Avda. Pavón. Una vez herido, sus compañeros lo llevaron hasta la estación de trenes de Avellaneda para pedir una ambulancia. Allí también llegó Darío Santillán, quien al advertir que policías entrarían a la estación, dijo: "Me quedo yo, salgan". Por auxiliar a Maxi, por solidaridad, a Darío lo ejecutaron por la espalda.

Luego de la Masacre comenzó una operación, sostenida por funcionarios y policías que se reprodujo en numerosos medios de comunicación, de que los “piqueteros se habían matado entre ellos”. No sólo era mentira, sino que luego se conocieron las fotos donde los policías los asesinaban.

Ahí comenzó el reclamo por justicia, el pedido de juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de la Masacre. Al cumplirse diez años, como todos los 26 de junio, los compañeros, compañeras y familiares de Santillán y Kosteki realizan numerosas actividades para recordarlos y para continuar el reclamo por juicio y castigo a los responsables políticos. 

Al ser asesinado Maximiliano Kosteki tenía 25 años, hacia pocos meses que había empezado a militar en el MTD-Guernica. Darío Alberto Santillán tenía 21 años y militaba en el MTD-Lanús, en el barrio La Fe.


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LA CAUSA A LOS RESPONSABLES MATERIALES.

Por el asesinato de Kosteki y Santillán comenzó un juicio oral en los Tribunales de Lomas de Zamora que duró del 17 de mayo de 2004 al 10 de enero de 2006.

El Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Roberto Lugones, Elisa Moyano y Jorge Roldán llevó adelante el juicio por los homicidios de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y las agresiones con balas de plomo de Aurora Cividino, Sebastián Conti, Sebastián Russo, Walter Medina, Silvina Rodríguez Barracha y Miguel Ángel Paniagua.
El fiscal encargado de la acusación durante el juicio fue el Dr. Bernardo Schell.

Los policías acusados en la causa eran: Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, por homicidio. Luego estaban acusados Félix Vega, Carlos Quevedo, Mario de la Fuente, Gastón Sierra y Lorenzo Colman, por encubrimiento agravado; y Francisco Celestino Robledo -policía retirado que realizó detenciones-, por usurpación de título y honores.

Asimismo, el tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora recomendó que se investigara la responsabilidad que podía haberle cabido en el asesinato al gobierno del gobierno de Eduardo Duhalde, quien a consecuencia de esos crímenes se vio obligado a convocar anticipadamente a elecciones presidenciales. Para ello, envió copias de los testimonios al Juzgado Federal N° 4, responsable de investigar la responsabilidad política del ex presidente Duhalde y su equipo de gobierno, y a la UFI N° 11 de Lomas de Zamora, encargado de la responsabilidad del gobernador Felipe Solá, en aquellos hechos.

Luego de la condena recibida en 2006, la defensa de los policías apeló y la sala primera de la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires dictó un nuevo fallo en 2011. Lo más importante es que se sostiene la prisión perpetua del ex comisario de la Policía Bonaerense Alfredo Fanchiotti y su chofer, el cabo Alejandro Acosta por homicidio agravado. Sin embargo, ninguno de los demás policías que recibió condenas estuvo preso, ya que las apelaciones que harán ante la Corte Suprema evitan que las condenas iniciales se hagan efectivas.

Los jueces de la sala I de la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires fueron los jueces Carlos Ángel Natiello, Horacio Daniel Piombo y Benjamín Ramon María Sal Llargués. El fiscal fue Carlos Altuve.

A continuación una breve reseña de cada uno de los condenados.

Alfredo Luis Fanchiotti.
Era comisario. Fue condenado a prisión perpetua en 2006 por ser coautor de doble homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de homicidio, con la pena de prisión perpetua: 25 años.
En 2011, por mayoría, se rechazó el recurso de su defensa.
Hoy sigue detenido en la Unidad 42 de Florencio Varela, luego de que fuera denunciado por sus salidas ilegales de la cárcel, cuando estaba en la Unidad 25 de Olmos, La Plata, en una unidad evangelista en donde gozó condiciones privilegiadas de detención, como un régimen de visitas permanentes y acceso a teléfono celular (violando la ley y en complicidad con miembros del servicio penitenciario). Sus defensores fueron Amílcar Carlos Chiodo y Oscar Serrano. Causa 22.993.

Alejandro  Acosta.
Era cabo y chofer de Fanchiotti. Fue condenado a prisión perpetua en 2006 por ser coautor de doble homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de homicidio. Recibió la pena de prisión perpetua, 25 años.
En 2011, la Cámara rechazó el pedido de su defensa, por lo que sigue en la cárcel.
Sus defensores fueron Daniel María Baca Paunero y Enrique Federico Bonomi. Causa 22.995.

Félix Osvaldo Vega.
Era el jefe de Fanchiotti y el titular de la departamental de Lomas de Zamora. Horas después de la Masacre le dijo al ex diputado Luis Zamora “Tenemos experiencia, usted sabe perfectamente que se mataron entre ellos”. Fanchiotti declaró en 2009 que Vega sabía del operativo represivo. Sus palabras fueron “Salvaron a Vega, que me usó y me abandonó, entregaron mi cabeza para tranquilizar todo”.
Vega fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado a 4 años de prisión, con cumplimiento efectivo. La querella pedía que fuera acusado por homicidio y lesiones entendiendo que “como jefe del operativo tiene responsabilidad por las muertes”. Eso no sucedió.
En la Sentencia 2011, por mayoría, la Cámara de Casación decide absolverlo. 
Sus defensores fueron Antonio Postillone (h) y Fabián Gustavo Visser. Causa 22.998.

Francisco Robledo.
Era un policía dado de baja que apareció aquel 26 de junio actuando como parapolicial y realizando detenciones. Fue condenado en 2006 por usurpación de título y honores (usurpación de autoridad) a 10 meses de prisión.
En la Sentencia 2011, los camaristas deciden por mayoría sobreseerlo por prescripción de la acción penal. Su defensor fue Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.

Antonio Gastón Sierra.
Era oficial de la Policía Bonaerense.
Fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado: 3 años de prisión.
En la sentencia de 2011, por unanimidad, los camaristas deciden rechazar el recurso interpuesto por su defensa. Su defensor fue Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.

Mario De La Fuente.
Ex jefe de calle de la Comisaría 1ª de Avellaneda, fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado a 4 años de prisión, con cumplimiento efectivo de la misma.
En la sentencia de 2011, por mayoría, le reducen la pena de 4 a 3 años, eliminando el “agravante por peligrosidad”. De la Fuente fue acusado de encubrimiento agravado. Las fotos pusieron en evidencia que estuvo entre los piqueteros y manipuló los cuerpos de Kosteki y de Santillán.
Su defensor fue Javier Gastón Raidán. Causa 22.994.

Carlos Jesús Quevedo.
Era oficial principal de la Policía Bonaerense. Junto a Colman, el principal Quevedo pateó a Darío en el piso cuando agonizaba y le levantó las piernas a Maxi para garantizar que se desangrara.
Fue condenado en 2006 por encubrimiento agravado: 4 años de prisión, con cumplimiento efectivo de la misma.
En la sentencia de 2011, por unanimidad, deciden rechazar el recurso interpuesto por la defensa.
Sus defensores fueron Omar Luis Daer y Leonardo Mariano Churín. Causa 22.996.

Lorenzo Colman.
Era cabo de la Bonaerense, el 26 de junio actuó de civil. Junto a Quevedo, Colman pateó a Darío en el piso cuando agonizaba. Fue condenado en la sentencia de 2006 por encubrimiento agravado: 2 años de prisión. En la sentencia de 2011, los camaristas rechazaron el recurso interpuesto por su defensa.
Sus defensores fueron Mónica A. Castronuovo y Juan Eduardo Stepaniuc. Causa 22.997.

Carlos Leiva.
Era sargento de la Bonaerense. El 26 de junio actuó de civil y disparó balas de plomo.
Se mantuvo prófugo de la justicia hasta mediados de 2003. Fue juzgado más tarde y se lo encontró culpable de triple tentativa de homicidio. Salió de prisión en 2007.
En septiembre de 2011 fue detenido por secuestro extorsivo, acusado de integrar una banda de Villa Lugano.


LOS RESPONSABLES POLÍTICOS Y LA CAUSA.

Mabel Ruiz, madre de Maximiliano Kosteki, fallecida el 7 de septiembre de 2003, había iniciado una investigación judicial que hubiera sido el caso Kosteki y Santillán II, referida a la  responsabilidad de los funcionarios que tenían cargos en el momento de la masacre.

La causa, radicada en el Juzgado Federal Nº 4 a cargo del juez Ariel Lijo, nunca avanzó más allá de su mera existencia formal. Finalmente fue archivada un mes antes de este nuevo reclamo de justicia, a diez años. La causa es la número N° 14.215. El Fiscal Miguel Ángel Osorio, a cargo de la Fiscalía Federal Nº 10, era el responsable de la investigación.

En el inicio del primer juicio, uno de los abogados de la querella, el Dr. Claudio Pandolfi aseguró “Fanchiotti y Acosta (...) implementaron de manera coordinada y siguiendo un designio común un plan que tenía como objeto disparar con sus escopetas, previamente cargadas con cartuchos con postas de plomo, contra los manifestantes con el fin de dar muerte a un número indeterminado de ellos”.

Viendo el antes, el durante y el después del 26 de junio de 2002 se ve la coordinación de las fuerzas de seguridad con el poder político. En efecto, Fanchiotti declaró en su momento "Me hicieron una cama, me abandonaron todos y me atribuyen toda la responsabilidad, estoy preso por orden directa de Duhalde". En esa declaración testimonial, Fanchiotti dijo que el 25 de junio de 2002 hubo una reunión en el Ministerio de Seguridad bonaerense en la que los jefes de Inteligencia fueron informados del plan para "aplicar represión para restablecer el orden con precisión quirúrgica, para separar a los caceroleros de los piqueteros". Fanchiotti contó que el jefe departamental de Lomas de Zamora, Félix Vega, sabía del plan y cuando quiso poner al frente del operativo a su segundo, Mario Mijín, el policía le dijo que "ni loco porque iba a haber quilombo". Por eso terminó yendo él. Mijín apareció al poco tiempo suicidado.

Además existe la evidencia sobre la responsabilidad de la SIDE en los asesinatos, las confesiones de Atanasof que declaró que el gobierno "iba a una guerra" con los piqueteros un día antes de que se produjeran los asesinatos con munición de guerra, los informes que Juan José Álvarez dijo tener para inculpar a los piqueteros, como parte del plan criminal.

A pesar de todas las pruebas y líneas de investigación abiertas, la causa política nunca prosperó. Federico Orchani del Frente Popular Darío Santillán, que es querellante en la causa criticó la inacción judicial. “Hubo una decisión de que no avanzara la investigación sobre las responsabilidades políticas. Por eso a Duhalde le transmitimos la condena social por los asesinatos y lo escrachamos en cada uno de los lugares donde se presenta”.

LOS AUTORES INTELECTUALES Y RESPONSABLES POLÍTICOS DE LA MASACRE DE AVELLANEDA.

Eduardo Duhalde
2002: Presidente de la Nación.
Actividad reciente: Sin cargos, pero con intenciones de reaparecer en la escena política nuevamente. Fue candidato a presidente en las elecciones del año 2011, dentro del espacio del Peronismo Federal, enfrentado al kirchnerismo, quedando en el tercer lugar en las elecciones generales, con 5,8% de los votos.
El Frente Popular Darío Santillán llevó adelante una campaña de escraches bajo la consigna “Duhalde es nuestro candidato a la cárcel”.

Felipe Solá
2002: Gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Actividad reciente: Actualmente es diputado nacional por el bloque Unión Peronista.

Juan José Álvarez
2002: secretario de Seguridad Interior de la Nación.
Actividad reciente: Ha caído en desgracia por una investigación que sacó a la luz su pertenencia a la SIDE durante la última dictadura militar.
Fue diputado nacional en alianza con el kirchnerismo por dos períodos entre 2003 y 2011. Trabajó para los gobiernos de Aníbal Ibarra y Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires.

Carlos Soria
2002: jefe de la SIDE.
Actividad reciente: En 2011 fue electo gobernador de Río Negro, designado por Cristina Fernández de Kirchner. Murió el 1 de enero de 2012 de un disparo, en un hecho que aún se investiga y por el cual está imputada su esposa.
Tras su muerte, intentaron denominar con su nombre un barrio de Rio Negro, lo cual fue repudiado por el Frente Popular Darío Santillán de Alto Valle.

Alfredo Atanasoff
2002: Jefe de Gabinete.
Actividad reciente: Actual diputado nacional por el Peronismo Federal, en su segundo mandato.

Jorge Vanossi
2002: Ministro de Justicia de la Nación.
Actividad reciente: Fue diputado nacional por el macrismo durante el período el 2003-2007.

Aníbal Fernández
2002: Secretario general de la Presidencia.
Actividad reciente: Es senador nacional desde 2011. En 2009 fue Jefe de Gabinete de la Nación designado por Cristina Fernández de Kirchner.

Jorge Matzkin
2002: Ministro del Interior de la Nación.
Actividad reciente: Es operador político del Peronismo Federal y empresario de medios en la provincia de La Pampa. En 2008 fue procesado por amenazar a un peón rural en La Pampa, y fue sobreseído. En 2011 baleó a un hombre que intentó asaltar a uno de sus hijos, pero tenía sus permisos de portación de armas vencidos y podría caberle el delito de intento de homicidio.

Luis Genoud
2002: Ministro de Seguridad y Justicia de la provincia de Buenos Aires, es decir, el conductor político de la Policía Bonaerense.
Actividad reciente: Es ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
En 2004 fue involucrado en la desaparición de un empleado de SEGBA durante la última dictadura militar. Sin embargo, por ser un alto miembro del Poder Judicial, Genoud está beneficiado por el artículo 250 del Código Procesal Penal que indica que no está obligado a comparecer ante los Tribunales.

Oscar Rodríguez
2002: Vicejefe de la SIDE
Actividad reciente: En 2008, Néstor Kirchner ordenó cobijarlo en Uruguay como "consejero" en la embajada argentina en Montevideo. Ocupó el cargo hasta principios de 2011.
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LAS PROMESAS DEL EX PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER.

En octubre de 2003, Néstor Kirchner recibió a Alberto Santillán y a dirigentes piqueteros del MTD-Aníbal Verón en la Casa Rosada. En ese encuentro, el entonces presidente prometió crear una comisión investigadora por la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Tras la reunión, Alberto Santillán relató que Kirchner les aseguró que se iba a proceder igual que con la investigación del caso AMIA, que se abrirían todos los archivos que fueran necesarios para que pagaran quienes tuvieran que pagar, sin que importara el nombre de los responsables.
“Me dio un abrazo y golpeándome la espalda me dijo que se iba a investigar hasta las últimas consecuencias”, recordó Alberto Santillán. Al día de hoy, la comisión nunca vio la luz.
Sobre aquella promesa incumplida, Santillán dijo sentirse defraudado por el ex presidente, y lo consideró “cómplice” por la falta de investigación. “Kirchner mintió sobre la vida de mi hijo y eso no se lo voy a perdonar nunca”, aseguró el padre de Darío en el documental ‘La crisis causó dos nuevas muertes’.

CAMBIO DE NOMBRE A LA ESTACIÓN AVELLANEDA.

La comisión de Transportes de la Cámara de Diputados aprobó a mediados de mayo de este año un proyecto de ley para que la estación de trenes de Avellaneda cambie de nombre y pase a llamarse "Darío Santillán y Maximiliano Kosteki". El dictamen fue girado a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías, donde se espera que reciba un rápido tratamiento para poder ser votado en la Cámara baja.

El proyecto actual retoma una iniciativa anterior, que venía siendo presentada desde el año 2006 por el diputado Eduardo Macaluse.  En su fundamentación, consensuada con los familiares y por el Frente Darío Santillán se expresa: “Sus nombres representan la dignidad y la solidaridad, en contraste con la prepotencia y la crueldad de los poderosos que planificaron y ejecutaron sus crímenes. Este aporte a la memoria colectiva constituirá un paso más acompañando el reclamo de justicia”.

En el predio lindero a la Estación la cooperativa de obra “Raimundo Villaflor”, desarrolló un polo textil que ocupa a 20 trabajadoras. A esta actividad laboral se suma una constante actividad militante y cultural que dio forma a un espacio en construcción permanente, que incluye obras de reconocidos artistas junto a grafittis, intervenciones y esculturas soldadas a la infraestructura tradicional de la estación. Allí se convocaron muestras artísticas, festivales solidarios y resultó un lugar de encuentro de las organizaciones populares de la zona sur del conurbano bonaerense.

Uno de los integrantes de la Cooperativa Raimundo Villaflor, Federico Orchani afirmó: Ahora, con la posibilidad de ser reapropiado hasta en su nombre, desde el trabajo colectivo el espacio se constituye como presente y futuro de organización, memoria y dignidad”. 

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JORNADAS DARÍO SANTILLÁN EN LA UNIVERSIDAD DE AVELLANEDA.

Este año comenzaron las jornadas Darío Santillán, que se convertirán en una Cátedra Libre en la UNDAV. Se realizan en la sede de la UNDAV, en España 350, Avellaneda.
La primera de las jornadas fue sobre medios hegemónicos y comunicación popular, y se debatió sobre del rol de la comunicación popular en las organizaciones barriales desde el 2002 a la actualidad. Participaron Alberto Santillán, padre de Darío, y miembros de la Revista Sudestada, del portal Marcha, del documental “La crisis causó 2 nuevas muertes”, integrantes del Colectivo de Trabajadores de Prensa y de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), entre otros.
El segundo fue sobre cultura y arte político y el tercero, el miércoles 6 de junio a las 18 hs, tendrá como eje el tema “Juventud, Militancia y Nuevos Valores”, en donde participaron Pablo Ferreyra, hermano de Mariano y Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arrga.
Para más información, catedradariosantillan@gmail.com


DOCUMENTAL.

Este año se estrenó el documental de Miguel Mirra “Darío Santillán, la dignidad rebelde”. En él Mirra realiza entrevistas a familiares de Darío Santillán y a sus compañeros de Lanús y Almirante Brown, haciendo un repaso por su acercamiento a la militancia durante la escuela secundaria, los inicios de los Movimientos de Trabajadores Desocupados y la represión del 26 de junio.
Sobre la película, -realizada en video digital-, Mirra señaló: "Quise averiguar quién era, y para eso me puse en contacto con quienes supieron de su compromiso social y de su carácter de referente en las comunidades. Era importante también rescatar su último acto solidario y recordar algunos de los emprendimientos que encaró, entre ellos la bloquera que estaba armando en Monte Chingolo para fabricar bloques con los cuales los vecinos pudieran construir sus casas, emprendimiento que hoy funciona como cooperativa en un lugar llamado Roca Negra." 

En mayo de este año se presentó la biografía sobre Darío Santillán, de editorial Planeta, escrita por el periodista de Clarín Ariel Hendler, por Juan Rey y por Mariano Pacheco, compañero de militancia de Darío e integrante del Frente Popular Darío Santillán.
El libro, cuyo título es “Darío Santillán. El militante que puso el cuerpo”, relata la vida de Santillán desde sus inicios y reconstruye los pasos de este militante del Movimiento de Trabajadores Desocupados hasta su asesinato en 2002.
Sus autores aseguraron que el libro “es un homenaje también a la memoria de Darío, quien tenía actitud de compromiso general con los proyectos que emprendía. Esta es una manera de rendirle homenaje a una militancia juvenil que realmente le puso el cuerpo a las balas en los peores momentos, que fue la gran protagonista en los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001 que terminó con el gobierno de De la Rúa”. 


ENTREVISTA COMPLETA A MARIANO PACHECO EN "ATRAPADOS EN LIBERTAD"





El libro “Darío y Maxi. Dignidad piquetera” comenzó a gestarse por la necesidad de sus compañeros de indagar a fondo en lo que había sucedido aquel 26 de junio en el puente Pueyrredón. Resultaba fundamental denunciar la acción represiva y persecutoria que sufrieron los piqueteros, que no mostró diferencias con la última dictadura militar.
Finalmente se convirtió en un detallado trabajo de investigación que develó la trama política detrás de la decisión de reprimir la lucha social.
Fue publicado en 2003 y este año, en el marco del décimo aniversario de la masacre, el libro será reeditado.


Este año se editará el libro-álbum para niños y jóvenes  “Darío”, de la editorial El Colectivo. Los textos son de Silvia Pagliata y las ilustraciones y diseño de Alejandra Andreone, Natalia Revale y Florencia Vespignani.

ENTREVISTA A FLORENCIA EN "LA VOZ DE LAS MADRES"







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¿QUÉ ES EL FRENTE POPULAR DARÍO SANTILLÁN?

El Frente Popular Darío Santillán (FPDS) nace en el 2004. Es un MOVIMIENTO SOCIAL Y POLÍTICO, MULTISECTORIAL Y AUTÓNOMO, CON VOCACIÓN REVOLUCIONARIA.
Nace a partir de la confluencia de distintas organizaciones (mayoritariamente de trabajadores/as desocupados/as, pero también de otros sectores), con distintos perfiles ideológicos, pero que coincidían en el antiimperialismo, el anticapitalismo, la construcción del poder popular, y en la necesidad de transitar un proceso de unidad basado en el desarrollo de prácticas comunes y reflexión compartida. Con ese piso de acuerdos nos lanzamos a conformar una organización unitaria.
Web FPDS
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"Darío y Maxi son un ejemplo para la militancia”
Al cumplirse una década de la Masacre del Puente Pueyrredón, los familiares de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán dialogaron con INFOnews para recordar la lucha de ambos, hablar del presente de la causa y reflexionar sobre la militancia juvenil en la actualidad.
Vanina Kosteki y Leonardo Santillán son hermanos de Maxi y Darío, los dos jóvenes asesinados el 26 de junio de 2002 cuando las fuerzas de seguridad desataron una feroz represión contra un corte impulsado por un conjunto de organizaciones piqueteras. Hoy, ambos familiares pelean para lograr justicia para los dos militantes y por lograr que su legado siga presente entre los jóvenes y trabajadores que comienzan a organizarse.
Leonardo señala que el décimo aniversario de la Masacre los encuentra “con algunas emociones cruzadas” porque, por un lado, se encuentran “preparando todo lo que es el homenaje y la conmemoración, con un libro biografía y un documental”, además de las actividades planificadas como festivales, una vigilia y un acto unitario de todas las organizaciones hoy al mediodía en el Puente.
Sin embargo, por otro lado, la semana pasada se conoció la noticia del traslado del ex comisario y condenado por el crimen, Alfredo Fanchiotti, lo que generó “bastante bronca” entre los familiares.
Vanina es aún más contundente en su reflexión: “A 10 años de la masacre del Puente Pueyrredón, nos encontramos con una causa apelada en la Corte Suprema y otra (la de las responsabilidades políticas) archivada”.

“La posible liberación de Fanchiotti lo tomamos como una burla del gobierno y el fiscal, que primero dijo una cosa y ahora hace otra. Hoy, el mismo fiscal que lo condenó, le da la posibilidad de la libertad pasando por encima de cientos de detenidos que reúnen las condiciones para ese traslado”, explicó Vanina.
Por otra parte, la hermana de Maxi también habló del juicio próximo a los asesinos del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra: “Vamos a estar en el juicio para que la familia de Mariano tenga justicia”. En ese sentido, Vanina marcó que Mariano al igual que “un montón de compañeros” son una continuación de la lucha de Maxi y Darío.
“Mariano Ferreyra estaba en el Puente Pueyrredón a los 14 años el día después de los asesinatos y a él lo mataron a los 21 años. A Luciano Arruga lo desaparecieron cuando tenía 16 años. Hoy, mi hija, tiene 17 años y está luchando. Mi hijo de 7 años también. Quizás no es por las necesidades de ellos, sino por la conciencia de que hay que luchar y estar en las calles por lo que le falta a otros. La lucha no se hace quedándose quietos”, reflexionó Vanina.
Por su parte, Leonardo aseguró que “la imagen de Darío demostró en donde está la militancia, que está ponerse en el lugar del otro, estar donde las cosas están mal”.
“Darío nos marca un camino de hacer diciendo, de la coherencia, de la palabra con los hechos. Y también está la cuestión de asumir responsabilidades. El cambio no está por un solo lado, sino que es un cambio integral que está en la movilización, en la lucha en el barrio. Darío y Maxi son un ejemplo para la militancia”, concluyó.
Por esta razón, la hermana de Maxi consideró que “el Puente (Pueyrredón) va a estar colmado de jóvenes, de artistas, de adolescentes en reclamo de justicia”.

Una vida entre el arte y la militancia

La habitación de Maximiliano Kosteki en su casa de Glew quedó como él la había dejado. Su madre, Mabel Ruiz, prefería que fuera así. Sobre el escritorio, un dibujo. Sobre la silla, un pantalón y una camisa. En la pared, muchas frases, de otros y de él. “Lo único que destroza los sueños es resignarse”, por ejemplo.

Por:

Rodolfo González Arzac

“Maximiliano era respetuoso, bondadoso, tranquilo como agua de tanque. Y si hay algo que rescato y de lo que no me puedo arrepentir como mamá es justamente de eso, de que vivió totalmente en libertad”, dijo Mabel en una entrevista, en 2003, pocos días antes de morir tras una complicación después de una operación vesicular en el Hospital Argerich. Mabel Ruiz había postergado demasiado una visita al médico. La búsqueda de justicia apenas la había dejado respirar. Alberto Santillán, el padre de Darío, con quien había trabado una pequeña amistad, la visitaba: trabajaba de enfermero allí.

Maxi era el cuarto de cinco hermanos. Tenía 22, estaba por cumplir 23 cuando murió acribillado en la estación de Avellaneda. Pintaba desde los diez años. Durante un tiempo, tomó clases con maestras particulares. Y a los 13, después de dejar el colegio, cuando le dijeron que algo tenía que hacer, un día pasando por la estación de Banfield vio los murales y dijo: “Eso es lo que quiero hacer”. Y entonces: estudió dibujo, pintura, escultura, cerámica, grabado y fileteado. Y volvió a la escuela, a la Media número 15 con orientación artística en Lanús. Porque quería entrar en Bellas Artes. El mismo día en que murió, en Barcelona, se exponían muchos de sus dibujos y pinturas. El reconocido artista León Ferrari, tras su muerte, conoció su obra y quedó sorprendido.


Maxi había paseado perros. Había hecho malabares y artesanías en la plaza de Glew. Había tenido algún que otro trabajo temporario de paga escasa. Había tenido durante dos años una novia con la que luego se peleó. Dicen que despreciaba a los punteros políticos. Dos meses antes de su muerte, se había acercado al Movimiento de Trabajadores Desocupados de Guernica. Su primera marcha fue el 1º de Mayo de 2002, a Plaza de Mayo. Para ese día dibujó un ángel, con la cara cubierta y un palo en sus manos. Quince días después, llevó en otra manifestación la bandera de su barrio. El 26 de junio fue la primera vez que debió enfrentarse a la represión. Por la mañana, antes de salir en tren hacia el puente Pueyrredón, le pidió a sus compañeros participar de las tareas de seguridad (relata el libro Darío y Maxi, dignidad piquetera). Horas más tarde, después de escuchar varios disparos, avanzó con otros piqueteros hacia el frente. A las 12:42 recibió un disparo sobre la Avenida Pavón. “Me dio la yuta, me quema, llevame”, le pidió a uno de sus compañeros. Lo llevaron hasta la estación, a dos cuadras. Sangraba por la boca y la nariz. Ahí, tendido en el piso, lo encontró Darío Santillán. “Me quedo yo”, le dijo al resto. Y no se movió de ahí.<

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La imposibilidad de ser indiferente//Darío Santillán     
Por:  R. G. A.
Dos obras recientes, elaboradas con trabajo y talento, trazan un retrato complejo y certero, emotivo y riguroso, sobre la vida de Darío Santillán. Por un lado, el libro Darío Santillán, el militante que puso el cuerpo. Y por otro, el documental Darío Santillán, la dignidad rebelde. De esas fuentes vienen estos datos, este puñado de historias, a diez años de su muerte.  
Cosas que le gustaban al pequeño Darío Santillán: ir al arroyo del otro lado de la calle Monteverde en Don Orione para sacar pececitos y anguilas con su amigo Matías; acompañar a su padre Alberto a dónde fuera; hacer taekwondo; mirar Astroboy y Mazinger Z; meter las narices, a modo de aventura, en el predio del Cottolengo que funcionaba cerca de su casa; escuchar las historias obreras de su abuelo Juan Severiano; dibujar y jugar a la mancha o al Family Game.
Cosas que le encantaban al adolescente del mismo nombre: Guns & Roses, Los Redonditos de Ricota, Nirvana, Hermética, Mozart, el cuarteto Cedrón; nadar; sacar fotos; las clases de literatura de su profesora Andrea y las de historia de Pedro (en el colegio Piedra Buena); la cerveza y el ejemplo de Ernesto “Che” Guevara.
Darío no era muy bueno para los deportes. Ni para el baile. Ni fue en el colegio de los más populares. Ni un gran alumno. Ni el más simpático. Ni el más revoltoso. Fue uno más. Uno que se encabronaba rápido. Uno alto, que parecía más grande, de pelo largo y un poco de barba, que, de repente, en la militancia encontró un mundo. El suyo. “No es que fuera una persona cerrada, sino que hasta entonces no había encontrado a la gente con quien entenderse”, recordó Leo, el menor de sus tres hermanos, el mismo al que trataba de rescatar de su reviente, el mismo que después del asesinato se puso al frente de la pequeña fábrica sin patrón de bloques de cemento que había puesto en marcha Darío.
Dario Santillan
En el Barrio de Don Orione las doñas, las mujeres que se sumaron al Movimiento de Desocupados de Almirante Brown, lo recuerdan por su liderazgo. En la película que dirigió Miguel Mirra las imágenes no mienten: Darío, pelo largo, camisa a cuadros, habla y encanta en una asamblea, luego de una toma de tierras en el barrio La Fe, en Lanús. En el libro sobran testimonios acerca de su dedicación a toda hora en el MTD.
Pero, en un principio, nada le había resultado sencillo. Si todos recuerdan que en la primera elección para conformar el centro de Estudiantes la perdió. Darío supo escuchar y preguntar. Devoró todas las lecturas que el tiempo le permitió. Aprendió, a los tumbos, con sus compañeros de la Agrupación Juvenil 11 de julio. Descubrió la importancia de la mística a la hora del trabajo en los barrios. Se convenció de que, como decía el Che, no se podía ser indiferente. Creyó en Dios, como siempre. Confió en su familia de sangre y en la de la militancia. Y un 26 de junio de 2002, volvió sobre sus pasos durante el repliegue de una marcha, entró a la estación de Avellaneda sabiendo que el escenario era peligroso. Le pidió al resto que se fuera. Cubrió con su cuerpo a Maximiliano Kosteki. Y no se movió de ahí.

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La investigación por las responsabilidades políticas, sin culpables ni condenas
Hace poco más de un mes, el juez federal Ariel Lijo cerró el caso. La intervención de la SIDE y el gobierno interino de Duhalde.
Entre el 10 y el 25 de junio de 2002, hubo una serie de reuniones dentro de la Casa Rosada que diez años después nadie quiere recordar. Fueron una decena de encuentros de alto nivel, realizados bajo la coordinación del entonces presidente provisional Eduardo Duhalde. En esas citas, sus protagonistas no sólo analizaron la situación social del país, sino los métodos que debía usar el Estado para reprimirla. Públicamente, quienes participaron de esos momentos, los justificaron ante la prensa, y explicaron que fueron citas de rutina para coordinar la intervención de las fuerzas federales de seguridad, junto a la Policía Bonaerense, ante la posibilidad de un incremento en los reclamos sociales. Sin embargo, las denuncias de los movimientos sociales y las pruebas y los testimonios que recolectó el expediente que indagó sobre los responsables materiales, permitió abrir una investigación sobre la responsabilidad política de los funcionarios que intervinieron en la planificación de la Masacre de Avellaneda. El caso fue cerrado sin condenados hace más de un mes por decisión del juez federal Ariel Lijo, quien durante casi una década tuvo a su cargo el expediente 14.215. El caso, que fue archivado con acuerdo del fiscal federal Miguel Ángel Osorio, nunca tuvo en cuenta las sospechas e indicios sobre la intervención de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en la articulación de un plan criminal que desembocó en el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki durante el estreno de ese operativo “conjunto” que dejó dos muertos, 30 heridos graves con balas de plomo y centenares de detenidos.
Según el ex cabo Alejandro Acosta, condenado a prisión perpetua en 2006 como “coautor de doble homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de homicidio”, la última reunión de coordinación se realizó en el territorio de la represión, es decir Avellaneda. “La SIDE participó en la reunión previa al operativo, junto a Fanchiotti, del comando de patrullas, el jefe de la comisaría primera de Avellaneda, Néstor Benedettis, el comisario Raúl Rodas, a cargo del Grupo Marea Azul, y el agente Mario De la Fuente que acompañó a Fanchiotti durante todo el tiempo”, explicó Acosta en una de las testimoniales que el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora envió a Lijo y que, hasta ahora, sólo forma parte de una pista que terminó archivada, junto a la furiosa confesión de Fanchiotti, cuando dijo a los gritos que su jefe directo, Félix Vega, jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, “sabía del plan y quiso poner al frente del operativo al comisario inspector Mario Mijín”, segundo jefe de la Departamental y más conocido como “El Verduguito” dentro del centro clandestino de detención Arana, que funcionó bajo órdenes del entonces general Ramón Camps durante la última dictadura. De acuerdo al relato de Fanchiotti, Mijín se había negado a encabezar el operativo porque “iba a haber quilombo”. Poco más de un año después de la Masacre, durante la tarde del último domingo de agosto de 2003, Mijín apareció muerto en su cama con un disparo en la sien. La justicia investigó el caso como “averiguación de suicidio”, pero el expediente del juez Lijo nunca se preguntó sobre el derrotero del hombre que, si no se hubiera negado, habría ocupado el papel que desempeñó Franchiotti al frente del operativo.
Leo Santillan, Alberto Santillan,
Vanina Kosteki
Esa puja entre oficiales “patanegras” de estrechas relaciones con la SIDE, no fue profundizada, a pesar del llamado telefónico que tiene el mismo expediente archivado, entre la estación Billinghurst de la SIDE y el celular de Fanchiotti, que por entonces, además de comisario, era enlace de la casa de los espías con la jefatura de Avellaneda. Entre las páginas del expediente 14.215, también está el detalle de otras comunicaciones con el organismo de inteligencia nacional, en las mismas horas que los funcionarios de la Secretaría de Seguridad Interior, entonces a cargo de Juan José Álvarez, vieron el desarrollo de la represión desde sus oficinas, como si estuvieran viendo un campeonato de fútbol. Por esos días, faltaban tres años para que el diario Página/12 publicara el legajo personal de Álvarez como agente de la SIDE durante la dictadura. Ese dato también quedó varado en la causa judicial que, gracias a Lijo, ya no le quita el sueño a Duhalde desde hace años

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Una lista de funcionarios beneficiados
Entre los beneficiados por el archivo de la causa que ordenó el juez Ariel Lijo, están Eduardo Duhalde; el entonces gobernador bonaerense y actual diputado nacional Felipe Solá; el ex subsecretario general de la Presidencia y actual senador Aníbal Fernández;
Tiempo Argentino
Dario y Maxi
 el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof (que transita su segundo mandato como diputado del duhaldismo); y el ex ministro del Interior Jorge Matzkin, que pocas horas después de los asesinatos habló de “acciones concertadas” para sostener que “los piqueteros se mataron entre ellos”, una versión que Álvarez se encargó de distribuir por todos los medios durante la tarde del 26. Entre ese pelotón de funcionarios que zafaron de la causa 14.215, también figura Jorge Vanossi (ex ministro de Justicia y ex diputado PRO), además de Oscar Rodríguez, ex intendente de Presidente Perón, amigo personal de Duhalde y ex subsecretario de Inteligencia en 2002, cuando el organismo estaba a cargo de Carlos Soria, presuntamente asesinado por su esposa el 1 de enero de 2012. La nómina de agraciados se completa con Luis Genoud, ex ministro provincial de Seguridad y Justicia






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