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Blog Agustin Tosco
Agustin Tosco.com
El 29 de enero de 1974 la Triple A difunde en Buenos Aires una “lista negra” de personalidades que “serán inmediatamente ejecutadas en donde se las encuentre”. La lista incluye a Hugo Bressano (Nahuel Moreno), dirigente del PST, Silvio Frondizi, Mario Hernández, Gustavo Roca y Mario Roberto Santucho (dirigentes del PRT/ERP); los dirigentes sindicales Armando Jaime, Raimundo Ongaro, Rene Salamanca (PCR) y Agustín Tosco; Rodolfo Puiggros – ex rector de la UBA – Manuel Gaggero (director del diario El Mundo), Roberto Quieto (dirigente de Montoneros), Julio Troxler ex subjefe de policía de la Pcia. de Buenos Aires y cercano al Peronismo de Base; coroneles Perlinger y Cesio, Monseñor Angelelli; senador nacional Luís Carnevale y otros, la mayoría de los cuales serían asesinados en el futuro cercano.
Por Osvaldo Bayer
Qué alegría profunda. Poder verlo de nuevo a Agustín Tosco
en el video documental Tosco, grito de piedra, de Adrián Jaime. Tosco, como
siempre, lleno de vida, saludando con el puño izquierdo cerrado. Oírlo en los
grandes mitines de la gloria de los obreros de aquellos tiempos. Hablar claro,
decir la cosas sin temor a las calificaciones partidistas. Agustín Tosco, el
mejor líder obrero que conocí en mi vida. Un Hijo del Pueblo.
Los monumentos en la Argentina no están para los hacedores
de la dignidad y de la solidaridad sino para los generales genocidas, como
aquel del “desierto”. Para los héroes del pueblo, y más si es bien de abajo, no
hay monumentos. No, ahí, en este documental, aparece tal cual fue: con su ropa
humilde, con su rostro al frente, con su palabra clara, absolutamente clara y
sus propósitos de llevar justicia a todos los barrios.
Lo conocí en el congreso organizativo de la CGT, en 1956.
Congreso que era nada menos que presidido por un capitán de navío, Patrón
Laplacete. Nada menos. Las Fuerzas Armadas con el automandato de ser ellas las
que dictaban la vida obrera. Realidades argentinas. Pero también ese dirigente
obrero de 26 años, allí con esa claridad y ese coraje civil a toda prueba: no, señores,así no se hacen las cosas. Ni con bombardeos, ni a balazos, ni con cárceles, ni dictaduras uniformadas. Sí con asambleas y con marchas por la calles. A los 27
años de edad ya era secretario general de Luz y Fuerza de Córdoba.
El film sobre él nos trae los momentos fundamentales. Tosco
en las calles del Cordobazo, Tosco en las asambleas obreras, Tosco en los actos
con miles de obreros y estudiantes. Su palabra. Un país para todos, con pan
para todos, con techo para todos, con escuelas para todos. Y fundamentalmente
con trabajo para todos, y allí, los obreros, sí el trabajo, pero también
cultura, y las horas de descanso para la cultura, jugar con sus niños, el amor
con sus mujeres. Agustín Tosco, cariñosamente “El Gringo”. Querido para
siempre, para siempre en el recuerdo.
Voy en busca de algo que escribí hace doce años. Cuando los
“gordos” de la CGT trataban por todos los medios de ningunear la figura más
limpia de la historia sindical argentina de las décadas del ’60 y del ’70. Y lo
dije así: “Tosco no era antiperonista, era antiburócrata. Un enemigo acérrimo
de la burocracia sindical. Porque justamente allí, para él, estaba el cáncer
del movimiento obrero: la falta de democracia de base, el caudillismo, la
prebenda, el acomodo, en fin, la corrupción”. Barrionuevo, un símbolo de todo
eso. “Es decir, el fiel reflejo de la falta de democracia interna que
perennemente habían padecido los dos partidos clásicos de la política
argentina.” Y en esto no fue con eufemismos. Siempre los denunció, sin pelos en
la lengua, con el adjetivo que los pintaba de cuerpo entero. Basta con dos
ejemplos. Dijo Tosco, textualmente: “Rucci y sus discípulos son prisioneros por
sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les
presta el aparato policial; presos de una cárcel de la que jamás podrán salir:
la de la claudicación, indignidad y participacionismo”.
Hombre fundamental en el Cordobazo, una de las rebeliones
justas más increíbles de la historia de nuestro pueblo. Obreros y estudiantes.
Lucha a brazo partido contra el Ejército. Y esto aparece en el film en escenas
que muestran todo el arrojo de la gente para terminar con las humillaciones.
Son muy sentidas las intervenciones de los testigos, protagonistas muy cercanos
a este luchador de abajo, cuando relatan las características personales de
Tosco en esos días. Por supuesto, la cárcel. Las injustas detenciones bien
prolongadas que sufrió este dirigente de Luz y Fuerza. Condenado a ocho años
por un tribunal militar, recuperó la libertad a los diecisiete meses. Sus
cartas: nunca vencido, nunca lágrimas, siempre esperanzas.
Trelew. Cuando el golpe contra la cárcel que liberó a
dirigentes del ERP trató de liberarlo también a Tosco, él se negó. Creía más en
la fuerza de sus compañeros de las fábricas que obligarían a la dictadura
militar a finalmente dejarlo en libertad. Un momento indescriptible cuando
sale, por fin, de atrás de las rejas para respirar nuevamente el aire de la
libertad.
El retorno de Tosco a Córdoba fue triunfal.
Y seguirá siendo él mismo un dirigente sindical que primero
trabajaba y luego era dirigente, sin ningún dinero adicional, ni auto con
chofer. Su línea fue clara: alianza con los peronistas surgidos de la base y
repudio valiente a los peronistas del populismo demagógico y corrupto. No a
Osinde, a López Rega, a Otero (a) “Oterito”, el ministro de Trabajo, que una
vez dijo: “Si el general Perón me manda a limpiar su baño, voy y lo limpio”.
Pero cuando Rucci, el secretario general de la CGT
oficialista, cae víctima de un atentado, Tosco será el primero en estar contra
esa acción. Dirá: “Nuestro gremio, Luz y Fuerza, denunció permanentemente a la
burocracia sindical cuyo principal exponente era José I. Rucci. Mas ello no
llevará a nuestro gremio nunca a la acción de los atentados personales para
desembarazar al sindicalismo argentino de tránsfugas y traidores. Sólo la lucha
por la plena democracia sindical de bases se considera camino apta para la
autodeterminación de los trabajadores. Por eso se condenó abiertamente el
asesinato del secretario general de la CGT Nacional”. Como se ve, lo denomina
taxativamente asesinato.
Pero, igual, la persecución a Tosco por parte del gobierno
justicialista de Isabel va a ser despiadada. En octubre de 1974 es intervenido
el sindicato de Luz y Fuerza, Tosco va a pasar a la clandestinidad, perseguido.
Es cuando se va a enfermar y no se lo puede internar, porque iba a ser
ejecutado cuando se supiera el lugar donde se encontraba. Es atendido por
amigos médicos que también se juegan la vida. Hasta que Tosco muere, el 5 de
noviembre de 1975. Tenía apenas 45 años de edad.
Pero ahora vendrá lo peor. A su entierro irán miles de
cordobeses. A pesar de las amenazas de la Triple A gubernamental. Cuando
comenzaron los discursos de despedida, comenzó la venganza del régimen. Desde
los techos, a balazos, la policía y sus ayudantes. La violencia extrema. La
gente tuvo que huir. Quedó el cementerio sembrado de zapatos, carteras de
mujer, paraguas. El poder corrupto se despedía de quien sólo quería un país
justo para todos.
Pero siempre el tiempo hace justicia. ¿Quién respeta hoy a
ese gobierno corrupto hasta la médula de los huesos, quién se acuerda de sus
represores? Serán maldecidos por todos los tiempos. En cambio, la figura de
Tosco emerge cada vez más en la esperanza de que vengan otros como él. El film
nos permite conocerlo más, estar otra vez con él. Ver su fuerza. Y sus
triunfos, a pesar de los corruptos, de los traidores, de los deshonestos, de
los uniformes. Tosco, grito de piedra. El espontaneísmo de las masas. El
Cordobazo. La honestidad, la humildad. La enorme fuerza que le dio el ideal de
soñar con una sociedad sin hambre y sin explotación. Sí, repitámoslo: un Hijo
del Pueblo.
Acto muy emotivo. La escuela media número 2 de Villa Pueyrredón fue bautizada con el nombre de Agustín Tosco. Para celebrar el evento se hizo un acto muy emotivo. Aquí la cobertura de la jornada.
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