domingo, 11 de diciembre de 2011

TRABAJADORES Y DELEGADOS DE LOS 70



TRABAJADORES Y DELEGADOS DE LOS 70

Desde el año 1974 hasta 1983, las empresas multinacionales y sus socios locales financiaron, planificaron y se beneficiaron económicamente al transferir al pueblo argentino la actual deuda externa. Los ejecutores de ese plan fueron las fuerzas armadas argentinas, que secuestraron, torturaron y desaparecieron a 30.000 militantes políticos, sindicales, estudiantiles y sociales - en su mayoría, trabajadores integrantes de comisiones internas clasistas - para imponer un sistema económico, político social cuyas consecuencias aún hoy seguimos padeciendo.
El grupo “Trabajadores y Delegados de las 70” impulsa la causa penal contra los principales beneficiarios del plan genocida buscando condena para los responsables de las empresas.

Compartimos testimonios de:
HUGO CROSATTO Y JULIO DALESSANDRO, delegados de comisión interna Mercedes Benz (Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT-ERP)



PODES ESCUCHAR EL PROGRAMA


Desde el año 1974 hasta 1983, las empresas multinacionales y sus socios locales financiaron, planificaron y se beneficiaron económicamente al transferir al pueblo argentino la actual deuda externa. Los ejecutores de ese plan fueron las fuerzas armadas argentinas, que secuestraron, torturaron y desaparecieron a 30.000 militantes políticos, sindicales, estudiantiles y sociales - en su mayoría, trabajadores integrantes de comisiones internas clasistas - para imponer un sistema económico, político social cuyas consecuencias aún hoy seguimos padeciendo.

Mercedes Benz que, como otras empresas, participó en el PlanGenocida de los 70, financió el Golpe de Estado y proporciono los medios logisticos y económicos para garantizar la represión. Tambien formó parte de la operación financiera de endeudamiento externo, con la que se enriqueció. De los trabajadores de Mercedes Benz hay 14 compañeros detenidos-desaparecidos, 1 sobreviviente de Campo de Mayo, 1 hija apropiada por el jefe de seguridad recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo, y 3 hijos apropiados por directivos de la Empresa.

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Sinopsis de la película "Buscamos Vida" de Mascaró Cine Americano:

En Campo de Mayo, la mayor guarnición militar del ejército argentino y a solo 30 km de Buenos Aires, en un predio de 8.000 hectáreas, funcionaron los centros clandestinos de detención El Campito, Las Casitas, el Hospital Militar y la Prisión Militar de Encausados. Allí fueron secuestrados, torturados y posteriormente desaparecidos más de 5.000 hombres y mujeres de nuestro pueblo mientras resistían la feroz embestida del terrorismo de Estado. En la maternidad clandestina del Hospital Militar de Campo de Mayo nacieron unos 200 niños que fueron posteriormente apropiados.

Con los testimonios de quienes pudieron sobrevivir a este genocidio contra la clase obrera, Buscamos Vida cuenta el accionar de esa maquinaria del terror sobre los prisioneros en este campo de concentración. Buscamos vida es también, como un ejercicio de memoria contra el olvido, la historia de un pueblo que persiste en la búsqueda de la verdad y la justicia; de quienes, con memoria fértil, abrazan los sueños de tantos intentos por construir un mundo libre.


Este documental relata las atrocidades cometidas por los militares de Campo de Mayo con la orden y bajo la batuta de las empresas y sus directivos (muchos de ellos apropiadores de niños de desaparecidos) de la zona norte del gran Buenos Aires.

Especialmente aparece con claridad que la dictadura no fue sólo porque los militares son malos, sino que hubo un interés económico para hacer desaparecer gente.

La mayoría de los 5.000 desaparecidos que pasaron por Campo de Mayo eran trabajadores de las grandes empresas de la zona, FORD, MERCEDES BENZ, DANA, FATE, OSAUR, ASTANZA, TENSA, LA CANTABRICA, PERKINS MOTORES, DALMINE SIDERCA (SIDERURGICA) y muchas más empresas que colaboraron con vehículos, dinero y con sus propias instalaciones para hacer los campos de concentración.

La película genera elementos para un debate posterior a su proyección que intentaremos desarrollar, donde se podrá analizar qué ruptura y qué continuidades hay con el pasado.


Buscamos vida (los crímenes en Campo de Mayo) por mascarocineamericano
http://www.mascaro-cine-americano.blogspot.com/
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PRESENTARON UNA REVISTA COMO PRUEBA DEL APOYO FINANCIERO A LA DICTADURA

HÉCTOR RATTO, QUIEN ESTUVO SECUESTRADO BAJO EL TERRORISMO DE ESTADO, LLEVÓ A LA JUSTICIA EJEMPLARES DEL MANUAL DE INFORMACIONES, UNA REVISTA MILITAR CON PUBLICIDAD DE DIVERSAS EMPRESAS. LA PUBLICACIÓN CONTINÚA APARECIENDO.

Por Gustavo Veiga PAGINA12

La publicación tiene 54 años y su vida completa dedicada a la inteligencia militar. Se llama, como no podía ser otra manera, Manual de Informaciones. Su sede actual queda en Campo de Mayo, pero durante la última dictadura se editaba en Viamonte y Callao, donde funcionó el temible Batallón 601. Varios ejemplares de esa época son prueba documental en un juicio por violaciones a los derechos humanos. Héctor Ratto, un ex trabajador de Mercedes Benz que estuvo detenido-desaparecido, los aportó en el marco de la causa 4012. Sostiene que la automotriz donde se desempeñó y otras compañías como Ford, Techint y Astarsa (que ya no existe) financiaron a los servicios del régimen mediante “la publicación de avisos comerciales destinados a dicho estamento militar”. Un repaso al número correspondiente a noviembre-diciembre de 1978 confirma su aserto. Allí aparecen publicidades considerables de esas empresas y de otras como Bunge y Born, IBM, Bridas, Citröen, Frávega, Alfombras Meller, los bancos Nación, Deutsche y Popular Argentino, entre otros. El staff de la revista tenía varios integrantes del personal civil de inteligencia que figuran en los listados que difundió el gobierno nacional el año pasado.


Creado en 1957 bajo el auspicio de la jefatura del entonces Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), el Manual de Informaciones tomó como modelo “las publicaciones que editaba la División de Informaciones y Educación de las Tropas del Ejército de Estados Unidos, conocidas bajo el nombre de Armed Forces Talk”. Hoy, según puede leerse en su sitio de Internet, “es una publicación trimestral donde se desarrollan temas de interés particular para el personal especialista en inteligencia militar”. Sus primeras ediciones se distribuían de manera gratuita en cuadernillos de 16 páginas y con trabajos presentados “como proyectos de clases de instrucción y charlas de conducción interior concebidas para motivar, consolidar y robustecer las convicciones democráticas”. Algo muy poco probable, ya que en el ’57 gobernaba el general Pedro Eugenio Aramburu, uno de los militares que habían derrocado a Perón en 1955, cuando se produjo la autodenominada Revolución Libertadora.

Dos décadas después, el director de la revista era el teniente coronel Mauro Borghi y su secretario general, el mayor retirado Federico Carbia. La secretaria Blanca Nélida Kesseler, los diseñadores Perla Lila Riachi, Carlos Torres y Carlos Ghellinaza y la responsable del área publicitaria, América Echezarreta, figuran entre los 4300 agentes del personal civil de inteligencia que dio a conocer el actual subjefe del Ejército, general de división César Gerardo Milani, el 5 de febrero de 2010.

No aparece en esa lista, curiosamente, el único periodista de la redacción mencionado en el staff durante la dictadura. Se trata de Enrique Martínez Codó, quien aún continúa escribiendo en el Manual. Este veterano periodista versado en temas de espionaje es un estudioso de la CIA y sus técnicas de recolección de información. En el número de enero-febrero-marzo de este año (ahora la publicación es trimestral) escribió sobre el Open Source Center u OSC, por sus siglas en inglés, algo así como el Centro de Explotación de las Fuentes Abiertas de Inteligencia de Estados Unidos. “Si es verdad que del 85 al 90 por ciento de la Inteligencia global proviene de fuentes abiertas, parecería que los esfuerzos y estudios realizados para crear un organismo específico de esta actividad –llámese OSC u Osint– no estarían desacertados como algunos piensan y que sería oportuno hacerlo cuanto antes... siempre de acuerdo con las tiranías presupuestarias”, reclama Martínez Codó.

Otto Skorzeny, el militar nazi que rescató a Benito Mussolini en el Gran Sasso el 12 de septiembre de 1943, también tenía su espacio en la revista durante la dictadura. En el número que presentó como prueba el obrero Ratto ante la Justicia para incriminar a Mercedes Benz por su respaldo publicitario, se reproduce un artículo del coronel austríaco que sirvió a las órdenes de Hitler.

La querella del ex trabajador de la automotriz alemana sostiene que “se trata de la revista editada por la Jefatura de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, es decir por la comandancia de los grupos de tareas (secuestradores, torturadores y homicidas) que participaban del terrorismo de Estado desatado en nuestro país y que se investiga en esta causa. Dicha revista contenía material destinado a instruir a los agentes de Inteligencia y grupos de tareas en espionaje, secuestros y otros delitos, contra militantes políticos, sindicales, sociales o de derechos humanos”.

Para los actuales editores, en cambio, “la revista –que se encuentra abocada a mantener e incrementar el prestigio logrado en sus 50 años de vida– se ha transformado en un elemento de consulta y actualización profesional, doctrinaria y técnica sobre la materia, para el personal militar y civil tanto especialista como no especialista”. Cuando Ratto presentó su querella no sabía que el Manual de Informaciones, ya en democracia, seguía publicándose de manera ininterrumpida.

-NOTA COMPLETA

El objetivo de este ciclo es poner de relieve no solo la participación activa de las empresas en el Terrorismo de Estado, sino su rol fundamental en la planificación e imposición de un modelo de país funcional a sus intereses.

Mucho antes del Golpe Cívico Militar del 24 de Marzo de 1976, ante la imposibilidad de frenar el avance popular, los empresarios y los militares se reunían en la guarnición más grande del país, CAMPO DE MAYO perteneciente al Ejército Argentino, para planificar el más grande GENOCIDIO contra la clase obrera. Los trabajadores y delegados de los 70 estamos participando en los juicios que se están llevando a cabo contra los genocidas, responsables de las desapariciones de más de 5000 compañeros que muchos de ellos fueron secuestrados dentro de las propias fábricas y llevados a Campo de Mayo. Así como se está enjuiciando a la mano de obra (Las 3 armas y fuerzas de seguridad), ahora estamos impulsando el juicio y castigo a los instigadores e ideólogos, las empresas multinacionales que al amparo de la represión generalizada en el país, entregaron a la dictadura militar las listas de las comisiones internas, delegados, activistas, con los nombres de los compañeros que posteriormente fueron desaparecidos. Estas empresas se beneficiaron contrayendo un endeudamiento externo que la dictadura transfirió al pueblo argentino.

Por lo dicho nos estamos reuniendo ex trabajadores de MERCEDES BENZ, TENSA, FORD, FIAT, PERKINS, ACINDAR, ASTARSA, CHRYSLER, EATON EJES, MOLINOS RIO DE LA PLATA, ETC.

Si tenés datos o sos familiar o amigo de compañeros trabajadores que fueron reprimidos o que están desaparecidos sumate a este reclamo de justicia. Juntos seremos más.

Trabajadoresydelegadosdelos70@hotmail.com

www.trabajadoresydelegadosdelos70.blogspot.com

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JUAN MANUEL FANGIO, Uno de los ídolos preferidos del régimen, fue presidente de la automotriz que mandó a secuestrar a sus obreros.

Por Christian Rémoli

En 1977 el Chueco le dio la espalda a las desapariciones de Mercedes Benz, la firma que presidía. A 55 años de su primer triunfo con un F 1 en Buenos Aires, ésta es la crónica de un error histórico.Quienes lo conocieron dicen que fue un hombre parco, de convicciones firmes. Y ante todo, humilde. Recuerdan que nunca sacó chapa por ser el mejor piloto de la historia argentina. Su muñeca y su coraje fueron las marcas registradas arriba del auto. Debajo de él, siempre se interesó por dejar claro que era apolítico, aunque su vida, como la de cualquier deportista profesional, está marcada por un contexto difícil de soslayar.

Por ejemplo, Fangio fue jefe de mesa del Partido Conservador en su Balcarce natal durante la década del ’30. El peronismo lo favoreció –junto a Benedicto Campos y Froilán González– con la compra de dos Ferrari y una Maserati. Fue perseguido por la Libertadora a partir de 1955 y secuestrado por revolucionarios cubanos en 1959. Y debido a los excelentes contactos que supo tejer corriendo para Mercedes Benz, la marca de autos con sede en Stuttgart lo convirtió en presidente ejecutivo en la Argentina desde 1974.

De película. La fábrica de San justo de Mercedes Benz era desde 1969 un foco de conflicto candente para los gobiernos y para Smata (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor). En 1974, la lucha gremial hizo que la empresa decidiera despedir a los 14 miembros de la comisión interna para que Smata, de la mano del histórico dirigente José Rodríguez, pudiera intervenir la fábrica. El 8 de octubre de 1975, los trabajadores hicieron una huelga que acabó con la intervención del sindicato. El poder dentro de la fábrica pasó a manos de una comisión interna conocida como el Grupo de los 9, una continuación de aquella lucha de fines de los ’60. Y el ministro de Trabajo de Isabel Perón, Carlos Ruckauf, no tardó en declarar la ilegalidad de la huelga. Y Smata pidió con nombre y apellido que despidieran a 115 obreros, dentro de los cuales estaban los 14 obreros que permanecen desaparecidos hasta hoy. El 24 de diciembre de 1975, los Montoneros secuestraron a Enrique Metz, jefe de producción de la empresa, y pidieron la reincorporación de los despedidos. Allí, Juan Manuel Fangio tomó cartas en el asunto con un rol que demuestra que no era una figura decorativa dentro de Mercedes Benz, tal como se lo suele presentar. Y junto al embajador alemán, Jörg Kastl, movió todos los hilos que pudo para recuperar a Metz. La empresa finalmente cedió ante Montoneros, pero algo se rompió: Metz se exilió y dejó en su lugar a Juan Tasselkraut, un gerente con aires de matón.

Así, a partir del 24 de marzo de 1976, y con todas las actividades gremiales suspendidas por el golpe, empezaron a suceder dentro de la fábrica una serie de acontecimientos que cualquier director de películas de terror envidiaría.

El 29 de abril fue secuestrado de su lugar de trabajo Juan José Martín. Estuvo desaparecido durante 18 días. Horas antes de su liberación llegó a su domicilio un telegrama en el que la empresa le concedía una licencia “por lo que había pasado”. ¿Cómo sabía eso la Mercedes Benz y de su liberación horas antes de suceder? Preguntas sin respuesta.

Hacia fines de 1976, los obreros le hicieron el segundo paro a los militares (el primero fue de la Peugeot). Alfredo Martin llevaba más de 30 años en la empresa y era un empleado ejemplar. No importó. Estuvo en la Brigada de San Justo pero fue liberado. Dos años más tarde, hubo un cambio en la jefatura de la vigilancia de la fábrica. El 2 de julio de 1978, Héctor Volpi fue reemplazado por Rubén Lavallén, subcomisario de la Brigada. La primera vez que escuchó su voz, a Martín se le congeló la sangre: él había sido su torturador. Bonus Track: Lavallén fue el apropiador de Paula Logares, primera nieta recuperada por Abuelas en 1984.

José Vizzini fue chupado el mismo día que Martín, pero aún está desaparecido. La empresa le siguió pagando el sueldo durante 10 años a su familia. Su hijo, Fabio, tenía un año. Actualmente trabaja en Mercedes Benz. No es todo: la empresa le solventó los estudios y lo capacitó en Stuttgart. Como el conflicto seguía, el Ejército entró a la fábrica a fines del ’76. Los trabajadores nombraron un delegado por sección para discutir los aumentos salariales. Sorpresivamente, el 5 de enero de 1977 las autoridades los convocaron a una reunión en las oficinas de Libertador y San Martín de Tours para llegar a un acuerdo. Los delegados llamaron con entusiasmo a una asamblea general para comunicar la buena nueva. Sin embargo, hubo una sorpresa macabra: esa misma noche desaparecieron dos trabajadores más, Esteban Reimer y Víctor Ventura. Ellos habían negociado las mejoras.

Los directivos pusieron a disposición de los trabajadores una trafic y una serie de contactos para averiguar la suerte de ambos. Esos contactos eran Balbín, la curia y Suárez Mason. Los dos obreros siguen desaparecidos. Las detenciones no cesaban. En agosto del ’77 el trabajador Juan José Ratto sufrió una golpiza tremenda por parte de dos civiles en la puerta de la fábrica. Pero cometieron un pequeño error: en realidad buscaban a Héctor Ratto. “Fui llamado por el gerente Tasselkraut, el gerente de producción –recuerda Ratto–. Me dijo que había dos personas que me venían a buscar con una orden de arresto. Mientras esperábamos que la orden se hiciera efectiva, porque no la traían con ellos, fui testigo de cómo Tasselkraut pasaba información por teléfono de Diego Núñez, otro trabajador secuestrado esa misma noche que nunca más apareció.”

Por entonces, la empresa donó un aparato de neonatología al Hospital de Campo de Mayo. Allí –según cuentan algunos ex trabajadores– los ejecutivos “hacían cola” para llevarse a los bebés que nacían de los vientres de las madres que estaban en cautiverio.

Mercedes Benz era la principal proveedora automotriz del Ejército. Sin ir más lejos, durante el Mundial 78 los micros de las delegaciones fueron todos de la marca alemana, que además tuvo un gesto reparador: le regaló a cada uno de los integrantes del Ente Autárquico Mundial 78 un 0 km. El EAM 78, además de ser quien dio la concesión a Mercdes Benz, dejó una cuenta impaga al Estado Argentino por U$$ 550 millones.

El Chueco. Cuando los familiares y los trabajadores de la fábrica habían recorrido todas las comisarías y removido cielo y tierra para ubicar el paradero de los desaparecidos, tuvieron la idea de ir a verlo a Fangio. Era abril del ’77. El ex automovilista era una figura pública a la que los militares no podían rechazar y que –debido a su popularidad– no corría ningún riesgo. “Pensamos que de la misma manera que había intervenido por el secuestro de Metz en el 75, podía mover sus contactos en el Ejército para que aparecieran los compañeros”, afirma Fachal. Hicieron el pedido formal pero nunca los atendió. “Siempre estaba ocupado, de viaje, o reunido”.

Fiel a su estilo, Fangio habló con los hechos. El 25 de mayo de 1977 viajó con Videla a Venezuela. En la misma comitiva iban –entre otros– Pascual Mastellone, Edmundo Rivero, Roberto De Vicenzo y Luis Leloir. Esto quedó documentado en la tapa de la revista Gente del 29 de mayo del mismo año. La historia de los secuestros en Mercedes Benz estuvo casi silenciada hasta 1999. Ese año la periodista alemana Gaby Weber hizo un trabajo de investigación acerca de tales desapariciones. Y fue plasmado en su libro La conexión alemana y en el documental Milagros no hay... (Las desapariciones de Mercedes Benz). Además llevó las pruebas a la Justicia por lo que fueron citados a declarar, en el marco de los Juicios por la Verdad, Carlos Ruckauf, José Rodríguez, el comisario Lavallén y varios de los gerentes de la empresa, entre ellos Tasselkraut. En el documental de Weber se aprecia cuando el juez le consulta a Tasselkraut si el alza de producción de la fábrica después del ’78 se debió a que cesaron los conflictos internos. “Y…milagros no hay, doctor”, contesta con una sonrisa de costado quien después de 1983 fue enviado por la empresa a Sudáfrica, España y luego retirado con una jubilación de privilegio.

Los juicios. Como consecuencia del trabajo de Weber, Mercedes Benz de Alemania decidió abrir las puertas a la investigación, a partir de un pedido de los accionistas críticos de la empresa. Aunque los familiares y ex trabajadores habían pedido al frente de este trabajo a Adolfo Pérez Esquivel, la empresa colocó al catedrático alemán Christian Tomuschat que la deslindó de responsabilidades ante las desapariciones, pero que –paradójicamente– realizó un informe con algunos documentos, que demostraban el contacto estrecho que existía entre la empresa y el Ejercito. En una reproducción de un acta de directorio correspondiente a este informe Pedro D’Elías, gerente general, señala el 24 de agosto de 1977 que “sobre una importante conversación fijada por el comandante de la Zona 1, general Sassiaiñ (...) El gobierno está decidido a eliminar la subversión.”

En la Argentina hay dos juicios abiertos. Uno está en el marco de la causa del Batallón 601 de Campo de Mayo, que tiene a su cargo la Cámara Federal de San Martín. La causa es por asociación ilicita, contra las autoridades de MBA (actualmente Daimler Chrysler), Carlos Ruckauf, ministro de Trabajo del gobierno de Isabel Perón, José Rodríguez y las autoridades militares. El otro juicio, en el mismo marco que el anterior, es por la supuesta apropiación indebida por parte de Juan Tasselkraut y de su hermano, Alejandro, de tres bebés, Christian (hijo de Juan), Andrés y Pablo Tasselkraut (hijos de Alejandro).

Y hay una causa presentada en Estados Unidos, a través de la ley Alien Torts Claims Act (Reclamo por Agravios Ajenos), que realizan todos los familiares y las víctimas del terrorismo de Estado de la fábrica de Mercedes Benz, para así obtener una indemnización, parte de la cual destinarían a la construcción de un hospital para la comunidad de González Catán. El quíntuple campeón murió en 1995, sin haberse pronunciado nunca al respecto.

LA CORTE DE SAN FRANCISCO ABRIÓ EL CAMINO AL PRIMER JUICIO CIVIL CONTRA LA EMPRESA

EE UU juzgará a Mercedes Benz por su relación con la dictadura Publicado el 11 de Noviembre de 2011 //Por Gabriel Morini

El Tribunal estadounidense rechazó el último recurso presentado por la firma. La reparación podría llegar a los 200 millones de dólares.

-Nota Completa



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